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| Contenido explícito. Continuación de "Cupido al rescate" (ya les traje la continuación, no lloren)
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—Oye, están realmente buenos los tacos— expresó la castaña con la boca llena de aquel platillo, Nishinoya asintió
—Te lo dije, son buenos, 10 de 10— añadió llevándose otro taco a la boca.
—Es la mejor cita de la vida— dijo ella pasando el bocado, Nishinoya sonrió al instante y se acercó a darle un beso en la mejilla.
—Tal vez la confesión no salió como lo había planeado durante meses, pero las palabras que dije son parte importante de lo que iba a decirte.
—Eres perfecto, Yu, siempre me haces feliz y jamás dejas qué tenga un día de mierda.
—Es porque me encantas.
—Tu también me encantas— expresó ella bajando su mirada a los labios del chico, quien se dio cuenta e hizo lo mismo— Yu, yo quiero...
—Ven aquí— la jaló un poco para besarla, ella se acercó para sentirlo cerca y profundizar el beso, Nishinoya no aguantó más y le quitó la playera mientras qué ella sacaba el miembro duro de Nishinoya— Ahhh, como había soñado con esto.
. . .
—¡Ahhh!— gritó, despertandose de ese sueño, con la frente sudada, las manos temblando y con su miembro duro— Mierda, ¿qué me pasa?
Miró su celular, eran las 9:30 p.m. se había quedado dormido mientras hacía algunos proyectos de la universidad, agarró su celular y le marcó a Tanaka.
—¿Estás en tu casa? Si, ¿Puedo ir ahora mismo? De acuerdo, llego en cinco minutos.
Nishinoya agarró su chamarra y salió de su casa lo más rápido que pudo. Al llegar saludó a su mejor amigo y a Kiyoko, quiénes habían decidido vivir juntos.
—¿Qué pasó?
—Soñé con Hari.
—De acuerdo, ¿y que hay de malo en eso?— preguntó Kiyoko.
