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Mentiría si dijera que pude dormir. Fue una experiencia aterradora a mi parecer, pues el ruido incómodo de los enfermos tosiendo, las máquinas y el silencio que se formaba de ratos, me ponía la piel de gallina.

Mientras pensaba en lo deprimente que es mi vida en estos momentos, escuché la puerta abrirse, en esta, se encontraba el mismo doctor de antes. Ahora pude apreciar cada facción de ese hombre, y vaya, si que era guapo.

—¿Dormiste bien? —Pregunto aun sabiendo que no puedo hablar —Vengo a entregarte más medicinas —Sonrió amablemente.

El hombre picó un botón de la camilla haciendo que esta me dejara casi sentado.

—Trataremos de hacer que te muevas ¿Si?

Suavemente colocó sus manos sobre mi brazo y empezó a moverlo, era lento y delicado, como si temiera romperlo. No pude evitar hacer una mueca de dolor cuando este empezó a moverlo.

—Pronto te podrás mover mejor —Siguió con el otro brazo y así hasta llegar a mi cabeza —Aquí podría dolerte más.

Y no mintió, ha sido uno de los dolores más fuertes de mi vida después de la vez que trate de parar un gol con mi entre pierna...

—Estaremos haciendo esto todos los días —Saco de su bolsillo algo que parecía ser una jeringa pero sin la aguja —Está es la medicina que tomarás —Con una de sus manos tomo mi mentón y con la otra me daba de tomar la medicina.

Esta simple acción me hizo ponerme nervioso, supuse que era porque nunca alguien había hecho eso conmigo.

—Bien eso es todo, las enfermeras se encargarán de lo demás —Se alejo de mi y se fue de la habitación, no sin antes volver a poner la camilla en su estado original.

Tenía unas cuantas cosas que pensar después de eso...

ok hasta aquí llego lo de reescribir la historia, ya me dio weba

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ok hasta aquí llego lo de reescribir la historia, ya me dio weba

Recovery -LixJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora