Prólogo

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Lucifer

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Lucifer

Un ángel caído, mandado a la penumbra del infierno condenando me a un castigo divino, donde no podré ver la belleza de la bondad en la humanidad, sino, a lo que es la maldad, pero la maldad pura que no tiene un solo perdón.

No podía sentirme más inútil que nada, sentía que era una miseria vivir en esta oscuridad donde solo podré ver lo que yo y ella cosechamos en nuestro acto de querer demostrar nuestra libertad ante la mirada de Dios, pero no contamos con que su castigo sería tan grave, al punto de mandarnos al fuego del infierno.

No me parecía lo mejor, sentía que era una miseria total el hecho de estar en este horroroso lugar, donde la luz no llega, donde solo se escucha el eco de nuestra respiración agitada, de los quejidos lastime ros qué salían de nuestros labios, de las pequeñas gotas de agua cristalina qué resbalaban sobre nuestro rostro, para por fin procesar los actos que hemos cometido y las consecuencias de estos mismos.

Yo no pude evitar soltar mi irá, dentro se mi ser crecía una mezcla de sentimientos que solo querían salir, sentía mis adentros como esos sentimientos rasgaban por salir, pedían a gritos ser libres y destruir todo aquello que nos rodeaba, destruir donde me encontraba junto con mi amada, destruir todas mis esperanzas y mis sueños.

Pero ella me tomó con la mayor delicadeza posible, tomo mi rostro donde estaba seguro de que una expresión de odio se reflejaba, odio hacia mi padre, hacia los serafines, hacia mis hermanos, hacia el primer hombre, hacia mí. Lo noto, en su rostro reflejaba la preocupación que tenía hacia mi persona, temía qué tanto estuve reprimiendo y llegar a colapsar y perder totalmente la razón.

Aunque, en su rostro también había una sonrisa y admiración, donde me tomaba con delicadeza y comenzaba a darme las caricias más suaves para después, con su delicada voz me dijera:

Eres bellísimo, amor mío —tomó mis manos con delicadeza y beso mis nudillos —hoy nace una era, hoy dejamos de ser Luzbel y Lilith qué vivían en el paraíso donde Dios podía hacer lo que quería con nosotros, para dar paso a un nuevo reinado, donde habrá libertades, donde uno podrá ser en verdad lo que desee, donde podrás hacer y deshacer lo que te plazca.

Lilith...

Hoy muere ese ángel que vivía a costillas de su padre, muere ese ángel tímido que no le gustaba para nada las reglas que el mismo cielo imponía ante su gente y ante la humanidad, pero siempre callaba y bajaba la cabeza, hoy muerte Luzbel —vi como esa hermosa mujer se ponía de pie para después tomar mis manos y ayudarme a levantarme del suelo —. Y hoy nace el rey de las tinieblas, el rey que pone a prueba la palabra de Dios, el rey que se enfrentó a todo el cielo, el rey del infierno hoy nace Lucifer Morningstar... Mi rey y esposo.

Y así fue, desde ese día, yo Lucifer Morningstar, ángel caído al fuego del infierno me convertí en el soberano de un reino donde coexistían seres que estaban llenos de deseos impuros, de malicia, de horror, seres que solo buscaban más, exigían más, así como pecadores qué luchaban día a día pertenecer en lo más alto del infierno. Junto a Lilith, gobernamos este reino para darle un poder inimaginable, buscábamos que nuestros súbditos sean capaces de ser quienes ellos quieran y lo que quieran hacer, con ayuda de los pecados capitales del infierno, se mantuvo un balance en los círculos del mismo reino, cada uno a cargo del círculo que los representa como pecados.

Si... Él es mi madre [AppleRadio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora