En esta vida, ni en la otra. Nada es casualidad-
"Siento algo extraño," le dije a mi hermana mientras me vestía. "Desde que conocimos a Rayan y a Lea, he tenido sueños muy raros." Continué poniéndome la chaqueta del colegio.
"Siempre con tus cosas," comentó Eleanor mientras entraba en mi cuarto.
"¿Y los sueños que se han vuelto realidad?" Le pregunté, sentándome en la cama.
"Casualidad," respondió ella, encogiéndose de hombros.
"Sabes que la casualidad no existe. Eso decía papá," dije, mi voz quebrándose un poco.
Eleanor se detuvo por un momento, su expresión suavizándose. "Lo sé," admitió. "Pero no podemos dejar que esto nos afecte. Tenemos que mantenernos enfocados en la escuela y en lo que importa."
Asentí, pero no pude evitar sentir que había algo más profundo en juego. Terminé de vestirme y bajamos a desayunar. La abuela ya estaba en la cocina, preparando tostadas y café.
"Buenos días, chicos," nos saludó con una sonrisa. "¿Listos para otro día de clases?"
"Sí, abuela," respondimos al unísono, aunque ambos sabíamos que nuestras mentes estaban lejos de los estudios.
Después de desayunar, nos dirigimos a la escuela. En el camino, traté de sacudir la sensación de inquietud, pero las palabras de papá seguían resonando en mi mente: "La casualidad no existe."
En la escuela, encontramos a Rayan y Lea en el patio. Parecían tranquilos, pero algo en sus miradas me decía que también sentían esa extraña conexión. Nos dirigimos juntos a las clases, intentando actuar con normalidad.
Durante la primera clase, no pude concentrarme. Las imágenes de mis sueños seguían apareciendo, y no podía evitar pensar en la flor de hielo y el chico misterioso. Cuando sonó el timbre del recreo, nos reunimos en el patio.
"¿Alguna novedad?" Preguntó Rayan, notando mi expresión preocupada.
"Solo el mismo sueño extraño," respondí. "Creo que hay algo más detrás de todo esto."
"¿De qué sueño hablas?" Preguntó Lea, interesada.
Les conté sobre la flor de hielo y el chico en la fuente. Lea y Rayan se miraron, como si compartieran un secreto.
"Puede que haya algo de verdad en eso," dijo Lea finalmente. "Mi abuela solía hablar de visiones y de cómo algunas personas podían ver más allá de lo evidente."
"¿Y por qué nos pasaría a nosotros?" Preguntó Eleanor, escéptica.
"Quizás estemos destinados a descubrir algo," sugirió Rayan. "Algo que está oculto y necesita ser revelado."
Nos quedamos en silencio, considerando sus palabras. Sabíamos que no podíamos ignorar lo que estaba sucediendo. Decidimos que después de la escuela investigaríamos más sobre la flor de hielo y el joven misterioso.
El resto del día pasó lentamente. Cada clase parecía una eternidad, y mis pensamientos seguían volviendo a las mismas imágenes. Finalmente, cuando sonó la última campana, nos dirigimos a la librería antigua donde habíamos encontrado el libro sobre la flor de hielo.
El dueño de la librería nos saludó con una sonrisa y nos permitió explorar.
Nos dirigimos a la estantería donde recordábamos haber visto el libro sobre la flor de hielo, pero no lo encontramos. Eleanor fue a preguntar al dueño de la librería. Mientras tanto, Rayan hojeaba un libro cercano.
"¿Qué otras visiones has tenido?" me preguntó Rayan, sin apartar la vista de las páginas.
"Tuve una hace mucho tiempo," comencé, sintiendo que un nudo se formaba en mi garganta. "En esa visión, algo terrible le sucedía a mis padres y a mi hermano, pero al final de la visión, el cuerpo de mi hermano no estaba."
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Resplandor de flores azules
FantasyTodo se sabra cuando el sol de su último respiro. La verdad solo se encuentra en el pasado. Cuenta la historia de Obsid un chico de 17 años que conoce a Rayan, un mago que lo ayudará a saber e indagar en el pasado de su familia. Al igual conoce a Ma...