Capitulo IV

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Preludio

La mirada fría de Styx causo que Mandy borrara su sonrisa y su impresión dio un giro al pensar la razón de la presencia de una estrella de talla mundial en casa de su mejor amiga, Styx dio una mirada sobre Mandy viendo el interior de la casa y notando a Star que yacía dormida sobre el sofá.

- ¿Star está bien? - preguntó Styx de forma fría.

- ¿Se conocen? - replicó Mandy.

- Responder una pregunta con otra, claro, no esperaba menos. - dijo Styx con una clara expresión de enojo.

El ídolo que por tanto tiempo Mandy había idolatrado no era exactamente lo que esperaba, Styx Frenner siempre fue representado por los medios como una persona tranquila y amigable por lo cual Mandy no entendía su comportamiento intrusivo, ella conocía bastante bien la historia del mítico Frenner pues su nombre se había conocido como una leyenda misma y desde su primera canción había causado furor en cada persona perteneciente al movimiento musical de noruega y Mandy no era la excepción, a pesar de no ser artista o parecido, Mandy sentía una gran admiración por Styx y sus compañeros, Mandy poseía cada uno de sus discos y tenía una diversa cantidad de posters de la banda e incluso más del mismo Styx.

El enojo e inconformismo de Styx cambio cuando escucho la voz de Star desde la sala quien llamaba a Mandy, el chico rápidamente paso de Mandy ingresando a la casa ante la mirada perpleja de Craffort que solo se limitó a exhalar para comenzar a sentir de nuevo la punzada proveniente del dolor de su padre con la peculiaridad de que en esta ocasión no provenía de su progenitor, era Styx quien generaba este dolor en ella.

Star saltó de alegría al ver a Styx en la sala de su casa, salió rápidamente del sofá y rodeo su cuello con sus brazos dándole un fuerte abrazo que Styx correspondió.

- Mocoso, llegaste. - dijo Star soltando a Styx - Pensé que no vendrías.

- ¿Cómo no hacerlo? No podía dejar sola a la pequeña Margot. - respondió Styx.

Star puso sus delgadas manos sobre el cuello de Styx y lo miró fijamente a los ojos.

- Mira desgraciado, atrévete a decirme así de nuevo y te juro que te mato. - dijo Star con voz burlona y una mirada desafiante. 

Mandy solo los miraba fijamente sin entender mucho de lo que sucedía, su mejor amiga no daba señal de vida hasta un día después del concierto que nadie aparentaba recordar, el sueño extraño que había tenido y Styx causándole un dolor que solo provenía de la perdida de su padre, pero ahora tenía a Frenner justo ahí, él más que nadie podía saber lo que había sucedido con el concierto y su idea ahora era enfrentar al chico con el afán de buscar respuestas, pero cuando Styx la miró fijamente en su mente pudo escucharlo de nuevo, esa voz retumbaba en su cabeza mucho más fuerte de lo normal y solo hasta ese momento lo entendió, esa voz, Styx, era él...

Los oídos de Mandy se cerraron y comenzaba a escuchar un timbre ensordecedor que aparentemente solo ella lograba escuchar, su vista se nubló mientras sostenía sus ojos ante de la mirada de Styx, llevo sus manos a sus oídos intentando controlar el dolor de aquel sonido tan fuerte, pero eso no parecía funcionar, el sonido era cada vez más fuerte y Mandy caía en el suelo retorciéndose del agudo dolor que esto le causaba, Star al percatarse del dolor sin sentido de su amiga corrió rápidamente a socorrerla, pero al momento de poner sus manos sobre ella sintió como su piel quemaba con un inmenso calor que causaba que un extraño vapor comenzara a salir de su piel.

- Es ella, lo sabia... - dijo Styx en voz baja.

Star de rodillas ante Mandy comenzaba a entrar en pánico al no saber como ayudar a su amiga, en plena desesperación comenzó a llorar pidiéndole perdón y suplicándole a Styx que por favor la ayude, su voz entrecortada y su respiración agitada, Frenner se arrodillaba con ella poniendo su mano sobre la espalda de Mandy para comenzar a recitar un peculiar rezo.

- Belial salvator et pax in eo veniet, venite et da nobis sapientiam, venite et det nobis desideratam requiem, eamus et vivamus.

Los ojos de Mandy se abrieron al escuchar las palabras proveniente de Styx, pero había algo diferente en ellos, sus ojos eran más oscuros y sus pupilas dilatadas bailaban, arqueaba su espalda sobre el suelo y el humo que emanaba su cuerpo se hacía más denso, Star pasó de la preocupación al pánico, el miedo se apoderó de cada parte de su ser y mientras retrocedía observaba como Styx sostenía la frente de Mandy.

- Tenemos que hacerlo ahora, no podemos esperar más... - dijo Styx con seriedad.

- No, por favor, ella no puede ser... - dijo Star temblando.

Al rededor de Mandy se comenzaba a formar un extraño círculo formando unos peculiares símbolos.

- Ya comenzó, no podemos hacer nada para detenerlo. - dijo Styx asombrado por lo que estaba sucediendo - La hija de Belial ha llegado más rápido de lo que esperábamos.

Styx recordó con exactitud el día del concierto, como ella entraba y caminaba entre la multitud como si nada sucediera, el cántico demoniaco no tenía efecto en ella y había arruinado por completo la resurrección de Belial, pero ahora estaba ahí, la tenía frente a él, la única forma que tenía para traerlo de vuelta. Mucho se habría dicho a lo largo de los años sobre Belial y su hija, la hija que destruiría el mundo terrenal y enfrentaría al mayor enemigo de su padre, pero algo aún no encajaba, faltaba una persona en esta ecuación, como era posible que su madre se mantuviera oculta por tanto tiempo, algo estaba mal y Styx lo sabía perfectamente.

- No, no podemos.

Styx tomó a Mandy en sus brazos separándola de los símbolos que la rodeaban, sus ojos regresaban a su color natural mientras volvía en sí, cuando Mandy logró volver a su cuerpo pudo ver como Styx la cargaba y su vista se iluminó, por un momento de silencio las miradas de ambos se conectaron, pero el momento fue interrumpido por Styx que soltaba a Mandy quien caía al suelo nuevamente.

- Bueno, ni modo. - dijo Styx.



Infierno célico | Entre todos #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora