Capítulo 9: Papá bueno, papá malo.

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Miranda.

Supe que esto era malo en el momento en que dos hombres uniformados entraron a mi cuarto de hospital.

Aún no podía creer que Pavel me hubiese conseguido un cuarto privado, y estaba realmente preocupada de lo que iba a costarme, pero al ver a esos hombres entrar enfundados con armas y una libreta supe que mis preocupaciones deberían estar orientadas en otra dirección.

Al menos por ahora.

–¿Cómo se encuentra? Nos gustaría hacerle unas preguntas.

"Sabemos que participa en peleas ilegales, irá a la cárcel y le quitaremos a su hija"

Solo estaba esperando que dijeran eso para salir corriendo, pierna rota o no, tomar a mi hija y desaparecer.

–¿Sufre de violencia doméstica?

¿Ah?

Bueno, eso no es lo que esperaba.

–Eh no... ¿por qué piensan eso?

El oficial más bajito con cara y cuerpo redondo dió un paso al frente. Ah, así que este era el policía bueno, el más alto robusto se mantuvo distante y sereno, policía malo.

–Bueno, es su segunda vez en el hospital, y en ambas ocasiones la ha traído un hombre que se ha identificado como su esposo, sus heridas son claras señales de golpes directos. Cuando le preguntamos al respecto, él solo dijo que se cayó de las escaleras, pero sus heridas no coinciden con ese tipo de accidente.

Mierda. De acuerdo, esto era malo desde diferentes ángulos, primero creían que ese hombre era mi esposo, segundo, creía que él me estaba golpeando y tercero...

Justo en ese momento Pavel y Amanda entraron por la puerta.

Ambos oficiales se volvieron a la puerta y se pusieron alerta de inmediato.

Amanda al ver a los dos oficiales de policía, decidió esconderse detrás del hombre que parecía un maleante.

Pude ver que Pavel también se puso en alerta al instante y no sé si de forma consciente o inconsciente dió un paso al frente cubriendo por completo a mi hija.

–¿Ella es su hija? – preguntó el oficial más grande.

–Si, ella es mi hija– dije completamente incomoda– y él es...

–Buenas tardes oficiales– dijo extendiendo una mano hacía ellos en forma de saludo, una que no correspondieron, pude ver la mandíbula de Pavel tensarse pero mantuvo la calma– ¿Cual es el motivo de su presencia aquí, si puedo preguntar?

–Si no le molesta, señor. Queremos hablar con su esposa en privado primero.

Pude ver un destello de sorpresa en él, al ser nombrada su esposa, pero de nuevo no dijo nada al respecto.

–Entiendo, solo traje a Amanda, porque estaba preocupada por su madre.

–De acuerdo, la niña puede quedarse, pero usted debe salir.

Pavel estaba más calmado y distante de lo normal. Era aterrador sin decir una palabra ni un solo gesto amenazante.

Bueno, no era sorprendente que los oficiales pensaban que él me maltrataba, era un hombre que fácilmente podría hacerlo si quisiera.

–De acuerdo, estaré afuera.

–Y señor...– añadió el oficial más bajo deteniendo la salida de Pavel– no dejé el edificio.

Pavel no respondió nada pero era evidente que estaba muy cabreado, después de todo lo había metido en un gran aprieto del que no era para nada responsable.

Sueños HúmedosWhere stories live. Discover now