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Rodrigo masticaba un chicle de fresa tirado en un colchón en el piso frente a su aire acondicionado

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Rodrigo masticaba un chicle de fresa tirado en un colchón en el piso frente a su aire acondicionado.

Era pleno invierno y su cuerpo tiritaba de frío en su habitación, así que se fue al único lugar cálido de la casa, la sala, en donde se encontraba un aire acondicionado que hacía cálida toda la casa.

Recién se había mudado y no tenía muchas cosas.

— Y ya te digo Angie, al final la mina me dejó re tirado — el castaño se puso boca abajo en el colchón, estaba en llamada con su mejor amiga, Angie Velasco.

— Hay que ser muy gila. De igual forma, ¡No te dejes llevar por una mala experiencia!, vas a ir conociendo gente nueva — dijo la chica al otro lado del teléfono.

— Me quedé con altas ganas de un pete y una película.

Sucio.

Los dos rieron al compás.

— ¿y si llamo a Iván para que me rompa el orto? — dijo entre risas.

¿ amigo al que engañaron y quiere tomar venganza?

Ese mismo, ¿qué dices?

Si eso quieres, estaría bien — rió igual.

— Te dejo, fufu, voy a escribirle a mi nuevo amante para que venga aquí — se limpió las lágrimas que corrían por sus mejillas debido a la risa — te amo putita.

Te amo más, homosexual, acordate de usar condón — dijo antes de finalizar la llamada.

rió bajito una vez más.

Iván era un muy gran amigo suyo que vivía a dos casas de la suya. De hecho, esa era la razón por la cual se había mudado a esa zona. Le escribiría para jugar un rato a la play y que se quedara a dormir.

abrió el chat con su amigo y texteó.

ahora solo le quedaba esperar a su amigo

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ahora solo le quedaba esperar a su amigo.

conectó su parlante y volvió a acostarse para poner las canciones que el azabache pidiera.

conectó su parlante y volvió a acostarse para poner las canciones que el azabache pidiera

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Tocaron la puerta de su casa y supuso que era su invitado. Corrió a abrir y efectivamente era él.

— ¡Hola, Ivu! — se lanzó a abrazarlo.

— Hola, ro — lo sostuvo de la cintura unos segundos.

— ¿Trajiste lo que te pedí? — preguntó tirándose boca abajo en su colchón nuevamente.

— Si — balbuceo y cerró la puerta detrás de él.

el azabache apreció la vista que tenía. El perfecto trasero de rodrigo estaba al frente de su rostro, se moría por azotarlo y apretarlo.

el alto se acostó al lado del castaño, quedando de frente, cada uno con sus teléfonos.

Pasó al menos media hora así, hasta que rodrigo se canso y se tiró encima de su amigo para abrazarlo como koala.

— Rodrigo, ¿No traes nada debajo de tu camisa? — dijo en shock al sentir las piernas desnudas del ojiverde contra su cuerpo.

— No, solo un bóxer, ¿por qué? — se bajó de encima de él y lo abrazó por el pecho, escondiendo su cabeza en el cuello del ajeno.

Iván ya sabía que su mejor amigo era la persona más cariñosa del planeta, pero hoy por alguna razón se sentía diferente.

la gota que colmó el vaso fue cuando el bajo envolvió sus piernas en la cintura del otro y empezó a acariciarle la nuca.

Iván no la pensó ni un minuto más y agarró al ajeno de la cintura y dándolo vuelta, quedando él encima y el otro debajo, el cuál tenía una expresión de sorpresa.

— ¡Escuchame, no llevo ni una hora aquí y ya me estas por volver loco! — intensificó su agarre.

— ¿Qué hice ahora?

— Si querías que te rompa el orto, ahora lo voy a hacer — sonrió de lado.

— ¿posta? — preguntó sorprendido, poniendo sus manos en la nuca del menor.

— obvio, si vine para eso.

— obvio, si vine para eso

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parte dos en camino.

¿𝐏𝐎𝐒𝐓𝐀?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora