las apariencias engañan

23 3 0
                                    

- Zenitsu, no iré contigo a un maid café- espetó un poco molesto.

-¡¡Tanjiro por favor, no te molestaré más!!- rogaba el chico de cabellos rubios con degradado naranja.

- No puedo, además, no tengo interés en ese tipo de lugares, quizás si le preguntas a Genya.-

-No quiero ir con ese gorila, alejará a todas las chicas lindas- lloriqueaba siendo arrastrado por el chico de cabellos rojizos que intentaba ir a la siguiente clase.

La mañana pasaba y Agatsuma no lograba convencer a su mejor amigo a ir a ese lugar, atendido por chicas hermosas, que te trataban como si fueras lo más preciado del mundo. o eso era lo que le habían contado y leído.

-Tú, ¿quieres ir?- al fin y al cabo, ya no pudo conseguir que Kamado le dijese que sí, y ya no dijo más cuando lo vió irse con su novia Kanao, que suerte tenía su amigo por tener a alguien tan bella con él.

- ¿Qué de qué?- la pregunta lo había confundido, no sabía el contexto y era obvio que no era "ella es fanática de lo sensu..".

-¿Quieres salir conmigo?- Estaba un poco irritado, estaba perdiendo tiempo y no le agradaba demasiado la idea ir con el azabache con pinta de metalero y moicano.

-No es nada contra ti pero no eres mi tipo, jamás te podría ver de esa forma y...

-No tonto! me acompañas a un maid café ahora!?- estaba de más decir que el peli negro había confundido las cosas, e hizo ponerse rojo de la verguenza a al rubio.

Luego de una intensa discusión sobre cómo decir las cosas, y que decir el contexto antes de. Al final fueron, no sin antes pasar por la casa del más bajo, para cambiarse de ropa.

Agatsuma no se sorprendía de que Shinazugawa llevara ropa informal debajo del uniforme, era común que a veces Genya no llevara la camisa de la escuela o que usara muñequeras al más puro estilo metalero infumable.

Una vez ya listos partieron al lugar, debían tomar el metro ya que este tipo de locales se encontraban un poco lejos de donde residían.

Cuando llegaron, pudieron divisar que habían varios, tenían diferentes temáticas y algunos de ellos tenían a chicas fuera atrayendo clientela. El paraíso para ambos jóvenes. Zenitsu buscaba con detención el local que había visto por internet, pero a veces era distraído por aquellas bellezas que con una melodiosa voz los invitaban a pasar al café ofreciéndoles un folleto con el menú y actividades que se realizaban.

Zenitsu sucumbió a una de ellas pero su compañero ya se encontraba adentrándose al lugar, pudo observar que la temática era ochentera, pero sin perder la esencia de un maid café, la música era agradable y los colores estaban acorde. Zenitsu se sentía morir con el trato tan lindo que las chicas habían tenido solo para ofrecerle asiento en una de las mesas junto a su acompañante, llegó a olvidar lo molesto que se sentía al haber ido con su amigo.

-En un momento serán atendidos- finalizó la chica con una reverencia para salir a buscar más clientes.

-uh, por qué jamás había venido a estos lugares- era una pregunta retórica.

-por tu culpa no llegamos al café que buscaba- el rubio estaba siendo dramático, realmente solo quería llegar a ese café concretamente porque pudo ver que una de las garzonas se parecía a Nezuko, su amor imposible.

-Ni que te hubiese puesto un arma en la cabeza para entrar- pronunció sus palabras de forma altanera, ganándose una mirada juzgadora puesto que de cierta forma tenía razón.

Ambos realizaban el menú, habían muchas bebidas, refrescos y cafés de todos los tipos y acompañamientos como pasteles y galletas, prácticamente cosas dulces.

El color de las luciérnagas-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora