-Lo mejor para los dos-

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El Gran Comedor bullía con la actividad típica de la hora del almuerzo en Hogwarts. Hermione Granger estaba sentada en su lugar habitual en la mesa de Gryffindor, absorta en un libro de Encantamientos Avanzados. A su lado, Ron y Harry discutían animadamente sobre la próxima partida de Quidditch.

De repente, una voz familiar la sacó de su concentración.

"¿Hermione? ¿Puedo sentarme contigo?" Era Karl, con una sonrisa incierta en su rostro.

"Oh, claro, Karl, por supuesto", respondió Hermione, devolviendo la sonrisa con cortesía mientras apartaba su libro.

Karl se sentó frente a ella, jugueteando nerviosamente con los cubiertos. "¿Cómo estás hoy?"

"Estoy bien, gracias", respondió Hermione, preguntándose qué querría Karl esta vez.

Hubo un breve silencio incómodo antes de que Karl hablara de nuevo. "Escucha, Hermione, hay algo que quería decirte..."

Hermione levantó la mirada, anticipando lo que estaba por venir. "¿Qué pasa, Karl?"

Karl respiró hondo antes de continuar. "He estado pensando mucho últimamente, y... bueno, creo que tal vez sería mejor para los dos si dejamos de intentar forzar algo que claramente no está destinado a ser."

Hermione se quedó sin habla por un momento, sorprendida por la franqueza de Karl. "¿A qué te refieres?" preguntó, tratando de ocultar la confusión en su voz.

"Quiero decir que he estado tratando de ganar tu corazón durante meses, y parece que simplemente no está funcionando", explicó Karl, con una expresión de resignación en su rostro. "Quizás sería mejor para ambos si seguimos adelante y tratamos de encontrar la felicidad en otros lugares."

Hermione sintió un nudo en la garganta mientras procesaba las palabras de Karl. ¿Estaba sugiriendo que renunciaran a su amor? ¿Era eso lo que realmente quería?

"Lo entiendo", dijo finalmente, forzando una sonrisa. "Gracias por ser honesto, Karl."

Karl asintió con tristeza. "No quiero que las cosas se pongan incómodas entre nosotros, Hermione. Eres una amiga muy importante para mí, y no quiero perderte por completo."

Hermione asintió, sintiendo un apretón en el pecho mientras veía a Karl levantarse de la mesa y alejarse. ¿Acaso acababa de perder a su mejor amigo por su propia terquedad?

Durante los días siguientes, Hermione no pudo sacarse de la cabeza la conversación con Karl. Se culpaba a sí misma por no haber sido más receptiva a sus avances, por no haber apreciado el amor y la dedicación que él le ofrecía. Ahora que lo había perdido, se daba cuenta de lo mucho que lo había subestimado, lo mucho que lo había dado por sentado.

Mientras tanto, Karl comenzó a distanciarse gradualmente de Hermione, centrando su atención en Daphne Greengrass. Aunque sus sentimientos por ella no eran tan fuertes como los que tenía por Hermione, Karl estaba decidido a dejar atrás su amor no correspondido y seguir adelante con su vida.

La dinámica entre Hermione y Karl cambió irrevocablemente en los días siguientes, y ninguno de los dos pudo evitar sentir el peso de lo que habían perdido. Sin embargo, en medio del dolor y la confusión, ambos comenzaron a darse cuenta de que a veces es necesario perder algo importante para valorarlo realmente. Y mientras el tiempo pasaba y las heridas no podían sanar completamente Hermione y Karl comenzaron a reconstruir su amistad, aunque Hermione, tal vez si quería algo con el chico de Slytherin, pero pues ella se dio cuenta de qué desaproveche un gran momento, y ahora ella sería la que tendría que dar un plan para poder ganar el corazón del chico.

[...]

Hermione se sentía atrapada en un torbellino de emociones mientras caminaba por los terrenos de Hogwarts, perdida en sus pensamientos. Neville había sido un compañero encantador y atento, pero su corazón aún latía por alguien más: Karl Malfoy, el chico de Slytherin que había capturado su atención desde el primer día en Hogwarts.

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