𝓇𝒾𝒹𝒾𝒸𝓊𝓁𝑜
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En la penumbra de su habitación, Jake se siente atrapado en un torbellino de emociones que rivalizan con los cables y tubos que lo conectan a las máquinas que monitorean su presión arterial y cada latido de su corazón. Cada respiración es un susurro de vida, un eco que parece desvanecerse con cada palpitar. Desde el día de la operación, la misma que le promete la esperanza de un mañana sin temor, hace que su cuerpo se mantenga en una lucha contra el trauma de la cirugía y la enfermedad que lo estuvo debilitando por tanto tiempo, no sabe cómo exigirle más, no puede dar más.
En la sala, Jake se encuentra reducido a la sombra de lo que alguna vez fue. Su cuerpo, marcado de por vida por el rigor de la cirugía, había sufrido una metamorfosis implacable. Donde antes hubo vigor y vitalidad, ahora no quedan más que vestigios de una fortaleza abandonada. Desde aquel día que despertó de la anestesia, su cuerpo y alma emprendieron un viaje oscuro. Cada día, sus músculos parecen perder un poco más de su firmeza, su piel se tornó frágil y pálida, y su figura se desdibuja sobre la cama.
Cada día que pasa, siente cómo las fuerzas se le esfuman cual parpadeo. Cada movimiento se vuelve un nuevo desafío, cada respiración es un recordatorio punzante de la vulnerabilidad de su ser. Todo es peor cuando recuerda que se encuentra totalmente solo en esa batalla, únicamente con el eco de los pasos apresurados de los enfermeros a través del pasillo y el susurro constante de toda la máquinaria como única compañía. La ausencia de cualquier amistad y su propia familia se vuelven un puñal más, el que se clava en su corazón con cada hora que pasa mirando al techo o el propio cielo que se deja ver por la ventana. Él estuvo para todos en sus peores momentos y ahora yace completamente solo en compensación por haber sido quien los enterró. La muerte que se le escondió en la sombra a todo su círculo, ahora yace de pie junto a la puerta esperando que su cuerpo ceda. Siente ese vacío que se amplía en su pecho y se mezcla entre dolor físico y emocional.
Aquel que una vez desafió la vida con determinación, quien vivió al extremo, ahora se encuentra postrado, como una marioneta sin hilos, a merced de un mal que le ha dejado su marca indeleble en cada fibra del ser. Los espejos que alguna vez reflejaron su imagen, ahora solo devuelven el reflejo de un cuerpo roto y marcado por la batalla.
Creyó que haberse confinado allí le costaría más de lo que ya había perdido años atrás.
Entre las blancas paredes del hospital, dónde el tiempo parece detenerse en un susurro de esperanza y temor, está Jake. Su figura delgada yace recostada sobre las pulcras mantas de su cama, rodeado de las sombras que se cuelan tímidamente por la ventana entreabierta. El zumbido constante de las maquinas que yacen tanto fuera como dentro de la habitación se entrelazan y mezclan con los murmullos de las enfermeras que, como guardias de la vigilia, velan por su bienestar durante el turno nocturno. Con cada ronda que dan, sus siluetas se muestran por la luz que cuela a través de su puerta abierta.
Los minutos se vuelven eternos con cada segundo que trascurre, causándole dolor de cabeza por el simple hecho de querer que pase más rápido por lo menos para poder moverse un poco más. Debe esperar a la ronda de la madrugada que da el médico de cabecilla junto a sus internos, dónde todos entran vestidos pulcramente y con sus tablas para anotar cada dato que pueda salir de lo normal y además formarse para el futuro, preguntándole cómo se encuentra mientras el médico en estas rondas casi siempre dice lo mismo: "El paciente es Jake Sully, macho de 29 años, operado por un cáncer de páncreas estadio 3 y actualmente se encuentra con el tratamiento de radio y quimio terapia, además de apoyo psicológico y terapia física. Su condición está siendo favorable". Luego, simplemente le decían a qué hora vendría la comida y a qué hora deberá recibir sus tratamientos; para estos es el mismo oncólogo que lo atendió la primera vez quien lo lleva.
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ᴇᴄᴏꜱ ᴅᴇ ᴜɴ ᴀᴅɪᴏꜱ ɪɴᴍɪɴᴇɴᴛᴇ 「ᴀᴠᴀᴛᴀʀ 」
General FictionEn el rincón más recóndito de la memoria, donde los latidos del corazón se entrelazan con los suspiros del efímero destino, nace la historia de dos almas destinadas a cruzarse en un camino marcado por la fragilidad de la vida y la fuerza inquebranta...