Capítulo 3

1 0 0
                                    

-Ouch- Gimió de dolor -Te dije que me despertaras, no que me lanzaras como un saco de papas-

El chico la miró -Intenté todo lo que pude pero no te movías- Dijo con una ligera sonrisa - Mejor ponte cómoda ahí adentro, falta un rato hasta Kerns-

Helio lanzó la esfera haciendo aparecer a Albert y rápidamente lo enganchó al carro para poder empezar el viaje a Kerns.

Esta vez no había ningún tipo de anomalía, solo el bosque común y corriente, cosa característica de los reinos élficos, lo único que no cuadraba era el olor, a pesar de haberse alejado bastante y haber pasado una noche entera todavía podían percibir el aroma de los trolls, incluso el espectro, a pesar de no tener sentido del olfato, se sentía incómodo.

Pasó cerca de una hora de camino cuando Helio escuchó a Roxanne hablar -¿Crees que lo que pasó en mi ciudad haya pasado en otras?- Preguntó con un semblante algo triste en su rostro.

-Hasta donde sabemos, solo Celez fue afectada- Levantó la vista al cielo por un momento -Y esperó que sea la única- Pensó mientras contemplaba una nube.

-Si ese fuera el caso debería animarme, pero sólo me hace preguntarme, ¿Por qué nosotros en concreto?- Dijo con un tono melancólico.

-Es una buena pregunta- Miró detenidamente a sus manos -Mejor cambiemos de tema, ¿Hay algo qué quieras saber de mí? -Pregunto con un tono algo animado.

Roxanne pensó por un momento su pregunta -¿Tu nombre es realmente Helio?, no, incluso aunque hubiese tardado en responder por el cansancio claramente ese no es su nombre- Consideró varias veces preguntarle aquello, pero siempre se arrepentía.

No podía pensar en nada más que eso, así que decidió mirar detenidamente el interior del carro. Pudo ver varias cosas, algunos cambios de ropa, una pequeña caja de madera, algunos dibujos y las sábanas que habían estado usando, aun así, simplemente no se le ocurría algo que preguntar, hasta que notó que, escondido bajo los dibujos, sobresalía un papel más grande con un par de caras dibujadas.

-No tienes que pensar tanto, puedes preguntar todo lo que quieras- La voz de su compañero la sacó de sus pensamientos.

Roxanne, pensó un momento más, hasta que finalmente recordó algo -Dijiste que ibas a ver a una amiga a Arsabana, ¿Por qué?-.

-Es para darle algunas cosas que necesita y ponernos al día, no le des muchas vueltas- Respondió -Ahora me toca a mi- Hizo una pequeña pausa -Eres una inmortal de clase 1, ¿No es así?- Preguntó con curiosidad.

Roxanne se extrañó ante la pregunta -Todos los elfos lo somos, no hay nadie que no lo sepa - Dijo casi como si lo estuviese regañando.

-Había escuchado que a veces nacían elfos sin inmortalidad, sólo quería confirmar, no te enojes- Dijo algo nervioso.

Continuaron su camino por un par de horas más y, aproximadamente al medio día, vieron que por encima de los árboles se asomaba una columna de humo. Ambos supieron su origen y se dirigieron tan rápido como pudieron a Kerns.

Al llegar se encontraron con la misma vista de Celez, una ciudad devastada, con la diferencia de que esta vez si había sobrevivientes.

-Helio- Dijo con una voz quebrada -No quiero entrar y aunque quisiese no lo tengo permitido, ve, por favor- Dijo mientras empezaba a lagrimear.

El chico obedeció rápidamente y corrió en dirección de los elfos.

-¡Volvió!- Gritó uno de ellos con una mirada de terror.

Todos voltearon en su dirección y se alejaron lentamente sin dejar de mirarlo. -Quédate atrás mío- Le dijo una mujer a su hijo.

Helio podía sentir el miedo con el que lo veían, por lo que decidió levantar ambas manos y arrodillarse para intentar mostrarles que no era un peligro, aún así, había varios que incluso tomaron algunas rocas para poder arrojarselas.

InmortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora