Trapisonda.

2.

Efímero: de corta duración.

Toda mi vida me eh preguntado: «¿Quién soy?» O «¿Quién seré?», al principio quería ser médico, pero me di cuenta que no soy capaz ni de mantenerme despierta haciendo el turno nocturno ahora voy a estar despierta todo el día, pensé en ser profesora pero no soy tan paciente ni dedicada como esa labor lo amerita, y por último decidí gastar más de tres años de mi vida en Contaduría; me fue bien, pero me estanqué; no pasé la otra página, me quede en el primer capitulo y no avance. Mi abuela me ayudó mucho en conseguir trabajos, pero me despedían, solo por llegar tarde (que quede claro que nunca eh sido buena con mi horario de despertar).

Mi papá dice que trabajé en su empresa, pero no me cuadra lo de trabajar con mi papá, pienso mucho en que: «¿Y si me vuelvo su rival?» O «¿Y si se aburre de verme en su trabajo?», siempre que voy a progresar me detengo a pensar, pero no avanzo de allí. Siempre me estanco, las páginas del libro de mi vida se rompen a mitad de la historia, y allí se detiene hasta nuevo aviso; cosa que nunca llega. A lo largo de mi vida me di cuenta que, siempre pienso en mi futuro y no en el presente, tal vez por eso es que no avanzo, porque sin presente no hay futuro, tengo que aprender a vivir en el ahora y no en el mañana.

─ ¿A qué hora sales hoy? ─ Pregunta mi papá, mientras se arregla la corbata; mi abuela me decía que mi papá nunca aprendío a ponerse la corbata, siempre lo hacía ella o mamá, y cuando ella se fue le tocó aprender.

─ Pues, creo que a las 10:00pm si viene mi reemplazo, sino, salgo en la madrugada. ─ Me levanté para ayudarlo, suavizó su mirada, parecía frustrado con la corbata; se la arregle, el me dió un abrazo y un beso en la frente de agradecimiento.

─ Bueno, iré a comer contigo. ─ Coge su maletín y me da una sonrisa. ─ Ya me voy, cuídate, te quiero. ─

─ Yo también te quiero. ─ Lo veo salir y cerrar la puerta a su paso; mi relación con mi papá es buena, nunca eh tenido problemas más allá de lo normal, desde que mamá se fue el trata de siempre estar para mí, hasta me dice que prendió cosas de chicas solo para saber de mí, eso es muy lindo.

Estoy en mi cama, pensando sobre si quiero seguir trabajando allí o buscar algo que hacer, de mis 5 trabajos que eh tenido no aprendí nada; aunque, ¿Se supone que debo aprender algo?
Paso canales uno por uno, no encuentro nada interesante; siento que últimamente mi vida no ha tenido sentido, los ratos en los que estoy feliz y decidida con lo que estoy haciendo son tan efímeros, ya las tardes en casa son las más tortuosas y tediosas, prefiero estar con mi abuela, aunque ella dice que debería salir y disfrutar de mi juventud porque ella quisiera tener la edad mía y poder correr sin que le duelan las rodillas o comer todo lo que quiera sin que se le deteriore la salud; pero no sé que hago, mis amistades no van muy lejos solo tengo a dos personas que considero amigos, a Nicholas y Camila.

La semana pasada Camila me invitó a una fiesta en una discoteca, mi papá me dejó, fue un perfecto día pero no fui; simplemente no me dieron ganas y le puse la típica excusa de «Me vino la regla» para mi suerte se lo creyó y no insistió, pero al final del día tuve una sensación como de melancolía; me eh dado cuenta que la palabra "pero" no sale de mi vocabulario, siempre hay un pero; creo que es muy necesario por ejemplo: «quiero ir pero...» O «Me gusta pero...» O «Está lindo pero...»; los "peros" suavizan las palabras fuertes, la verdad creo que son necesarios sin eso literalmente todo sería como; un caos, o solo para mi sería un caos porque ya tengo dependencia de esa palabra.

𓇼

─ Hijita, deberías salir con tus amigos, no te empeñes en estar solo conmigo, yo estoy vieja, ¿Qué puedo tener yo que tanto te agrade? ─ Pregunta ella, y le da un sorbo a su taza de café.