ABZURDAH | jjk

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"Me llamo Alma, si, Alma. Antes de seguir diciendo que soy, prefiero decir que NO soy, no soy normal.
Tuve amigas, hasta que una me robó a Agustín, el amor de mi vida. En esta soledad apareció Jungkook, él tenía unos... 10 años más que yo, estaba rompiendo las reglas, muchas reglas todas juntas...

Y si, así de fácil ya había saltado en caída libre, lo que no tuve en cuenta es que al final de una caída siempre viene el impacto...

No lo volví a ver..."

—¿Te sentis arrepentida de haberlo amado tanto? —La doctora me miro fijamente, estaba esperando una respuesta mía. Las voces de mi cabeza no me dejaban que le preste atención, en mi cabeza seguía la imagen de él.

Largos minutos pasaron de aquella pregunta, ella seguía mirándome pacientemente, no me sentía presionada ni apurada por contestarle. Supongo que me estaba dando mi espacio para contestar, no fue fácil, nunca fue fácil.

Remoje mis labios secos, sin nombrar que aquellos estaban muy lastimados y con uno que otro moretón, si me preguntan otra vez, no, no quiero contestar. Pero debía, debía hacerlo, para salir de esto, para sacarlo a ÉL de esto.

Los flashaback llegaron a mi mente, como un balde de agua fría que pasaba por todo mi cuerpo, mojándome una y otra vez sin parar.

"Nunca soy prioridad en tu vida
y vos sos toda la mía..

¿Por que no me dijiste que iba a ser así?
Te hubiera amado menos..."

—Supongo que uno siempre aprende... —Finalmente le conteste, ella me miro por unos segundos y lo anoto en su computadora.

•••

Me abrace a mi misma, estaba tratando de darme calor, como nunca la noche fue muy fría y aún faltaban muchísimas cuadras para llegar a mi casa.

Es algo que ya estaba acostumbrada, venir sola por las noches. La palabra "peligro" no existe para mis padres, siempre me arregle sola, siempre fui yo sola, o eso creía yo.

La preocupación de mis padres les duró poco, lo único que hicieron fue meterme en un maldito psicólogo. "Es lo único que podemos hacer, en lo que te podemos ayudar" eso mismo me dijeron, sus palabras fueron un gran cuchillo atravesando mi alma.

Las calles estaban vacías, era raro, nunca solían estar vacías. ¿Miedo? No conocía esa palabra, y es irónico, yo era una persona bastante miedosa. Perdí el miedo, lo perdí estando con el.

Lo admito, a mis diecisiete años maduré muy de golpe, no por que quise, era mi obligación hacerlo.

"Sos una nena inmadura, no podemos considerar lo que tenemos como una relación.

Prometo que voy a madurar, solo, no me dejes..."

Encendí un cigarro que se encontraba en el bolsillo de mi pantalón. "Trátame suavemente" de Soda Stereo, comenzó a sonar en los audífonos que traía puestos. Así es, provengo de familia Argentina, por lo tanto, a veces escucho canciones de esa cultura. Debo admitir que soy muy fan de Gustavo Cerati, el también lo era y eso que él no provenía de Argentina.

La ansiedad se estaba haciendo presente, las calles eran muy largas y oscuras, había poca luz. Di mi última cegada al cigarrillo y lo tire por cualquier parte de la vereda. La verdad me importaba poco cuidar el ambiente del planeta, uno se mata haciendo sacrificio para cuidar algo cuando a la otra persona le importa poco lo que hagas.

—Por lo que veo se preocuparon bastante. —Tire mi mochila en el sofá, dirigiendo mi mirada a mis padres, quienes estaban cenando tranquilamente en la mesa. Trate de soñar lo más sarcástica posible, lo sabían, pero decidieron ignorarme, una vez más.

—Te hemos estado esperando, sírvete de comer. Amanda cocino carne asada con ensalada y le salió muy rico. —Mi padre rompió el silencio que había, dándome una sonrisa.

—No tengo hambre. —Rodee los ojos y me di la vuelta, estaba decidida a irme a mi cuarto.

—¿Otra vez no vas a comer, Alma? No has comido en todo el día. —La voz de mi madre se hizo presente a mis espaldas, volví a darme vuelta digiriendo mi mirada a ella. —No has comido desde ayer, no quiero que volvamos a discutir y pelear por la misma mierda.

Sonreí falsamente. —No tengo hambre. —Me burlé y esta vez si salí de ahí, subiendo las escaleras para dirigirme a mi cuarto.

Al abrir la puerta lo primero que está es ese espejo, ese maldito espejo que maldecía siempre. Me veía demasiado mal, tenía bajo peso, dormía mal. Estaba consciente de todo eso, pero tenía que llamar su atención de alguna manera.

Mi teléfono comenzó a vibrar en mi mano, cuando vi supe que era un número que no tenía registrado. Frunci un poco el ceño, hasta dude si contestar o no.

Finalmente lo hice.

—¿Hola? —Mi voz sonó tan malhumorada, no lo niego, lo estaba.

—Hola. —Se oyó detrás del teléfono, su voz se me hacía muy familiar, pero no podía descifrar de quien se trataba.

—Disculpa, ¿Quien eres? —Era sospechoso que alguien llame a las once de la noche.

—Veo que te has olvidado de mi voz...—Del otro lado se escuchó una pequeña risita. Pero esa risa era medio triste. —Soy yo, Alma.

Oh mierda.

—¿Que quieres? —Trague duro, esto tenía que ser una maldita pesadilla. No quería que pase, él había muerto para mi, mi mente lo había matado hace meses.

—Quiero verte... Te necesito.

Si tan solo pudiera decirle que no, pero ¿a quien engaño? Lo amaba, lo amaba tanto que por eso me destrozo sola.

Odio amarlo tanto, odio no ser su primera opción, odio que no me tenga de prioridad. Odio todo esto.

Te amo Jungkook, pero te odio por amarte tanto.

buenas buenass, espero que les guste mucho esta nueva historia, algo que me gustaría aclarar es que, esta historia está basada en hechos reales y que yo me inspire en la película para escribirla, uno que otro párrafo es sacado de la película, una que otra escena va a estar escrito por mi inspiración.
Sin más, gracias por el apoyo. 🫶🏻