Hari iba caminando por los pasillos de la universidad conversando con su mejor amiga Giselle hasta que se percató, a unos cuantos metros de distancia de ellas, de la presencia de Heeseung.
Su expresión cambió por completo. Sentía miedo y a su vez emoción, su corazón comenzó a palpitar con rapidez mientras más cerca estaba de él. Sin embargo, al pasar por su lado y sonreírle apenas murmurando un simple "hola", no recibió lo mismo de parte de él, en cambio, recibió su total ignorancia.
-¿Hari? ¿Estás bien? -Giselle le preguntó posando su mano en el hombro de su amiga.
-¿Crees que me odie de por vida? -Pregunta mirando la silueta de Heeseung desapareciendo poco a poco entre la multitud de estudiantes.
-Deja de pensar en eso, te hace mal... Además, no creo que te odie, tal vez esté molesto aún pero ¿Odiarte? No lo creo.
Hari suspiró y posteriormente ambas siguieron su camino a sus respectivas clases. Claro que Hari nuevamente no le prestó mucha atención a la clase debido a que el dueño de cada uno de sus pensamientos era Heeseung, y es que... Quería y anhelaba recuperarlo.
—Señorita Hari, ¿Se encuentra bien?
—No, profesor, ¿me permite ir a la enfermería? Me siento un poco mareada.
El señor Woo simplemente asintió sintiendo cierta preocupación por su alumna. Giselle por su parte no creyó ni una sola palabra de su amiga, por supuesto, sabía que tramaba algo.
Hari salió del salón de clase y sin preámbulos se dirigió con confianza a la cafetería para pedirle una bandeja de comida a Heeseung. En 15 minutos sonaría la campana indicando la hora de almuerzo y quería esperarlo; Como toque final le añadió unos dulces favoritos de Heeseung, le agradeció al personal gastronómico y se sentó en la mesa en la que él suele sentarse siempre.
Al cabo de 15 minutos la cafetería de la universidad comenzó a llenarse, estaba tan concentrada viendo a su alrededor que no se dio cuenta de que Heeseung la miraba con una expresión seria, parado junto a la mesa de brazos cruzados.
—¡Heeseung! -Hari se levantó en cuanto lo vio y se detuvo frente a él.
Heeseung pasó de mirarla a ella a mirar la bandeja de comida. Hari lo notó, había olvidado la bandeja así que la tomo en sus manos sonriéndole tímidamente.
—Quise armarla para ti y esperarte -comenzó a decir, pero estaba tan nerviosa que ni siquiera podía sostenerle el contacto visual-. Quería disculparme por todo, Heeseung, yo hablaba en serio cuando te dije que te amo.
Antes de que Hari pudiera continuar con sus palabras de arrepentimiento, Heeseung tomó la bandeja y la lanzó con fuerza al suelo haciendo inmediatamente que la cafetería se vuelva en completo silencio. Hari podía sentir todas las miradas sobre ellos casi atravesándole el alma.
—Lamentablemente no hay nada que pueda hacer que se compare con lo que tú me hiciste sentir, Hari. Tú verdaderamente tuviste mi corazón y lo usaste, lo destrozaste y no te importó. -Heeseung hablaba con su mirada fija en la de ella- Pero no te culpo... Es mi responsabilidad por haberme enamorado de ti sabiendo muy bien que no debía suceder y que mientras yo te entregaba mi corazón, el tuyo ya le pertenecía a Jay.
—Heeseung, no... por favor, perdóname.
Él negó,— Lo que me enojó realmente fue que a pesar de eso, sabías muy bien que me gustabas y en lugar de ser honesta conmigo y decirme que no sentías lo mismo, tomaste ventaja de eso ilusionándome.
—Hee, hablemos en otro lugar. -Hari comenzó a sentir poco a poco como las lágrimas salían de sus ojos.
—No. No me importa si escuchan, tampoco creo que te importe. -él miro a otro lado suspirando tratando de calmar sus emociones- No quiero que vuelvas a hablarme, Hari, ni siquiera sé por qué lo haces. Al fin y al cabo, ya tienes lo que querías, ya tienes a Jay a tus pies.
Sin más, Heeseung se dio vuelta dejando la cafetería, está vez siendo Hari quien quedó con el corazón entre sus manos y los ojos llenos de lágrimas y dolor.
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Esta noche trabajaré en una mejor portada y header 🥰
He vuelto para retomar la escritura y con varias ideas para continuar <3.
Nos leemos~ 🧡
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We Can't Be Friends
Fanfiction«Desde el inicio siempre supe cómo terminaría todo. Desde que un simple roce de manos con él hacía que mi mundo brillara y una mirada bastaba para hacerme sonreír. Desde el día en que supe que me estaba enamorando de Heeseung, sabía que no iba a sal...
