Freen estaba estacionando el auto en frente de una casa muy hermosa, en una villa parecida a dónde estaba mi casa sólo que a diferencia de aquella esta estaba muy cerca de la playa, la cual era privada.La casa era hermosa, grande; no era una casa, este lugar era una mansión, si, eso era, en definitiva era tan grande como mis nervios en esté momento.
-Sólo serán unos minutos, Freen- volví a decir por décima vez en lo que teníamos de viaje.
-Si, Becbec, lo sé, sólo unos minutos, mis padres conocerán a la bebé y listo.- asentí y solté el aire que había retenido en los pulmones.- Tranquila, Becbec, no comen gente- murmuró en tono burlón y la miré mal haciendo que ella levantará los brazos y después se estirara entré nuestros asientos para sacar a Samy y su pañalera de los asientos traseros del auto.
Salí del auto con mi bolsa y celular en las manos, tratando de aplacar mis nervios en la medida de lo posible. A los pocos segundos Freen se posicionó a mi lado con mi bebé en brazos, y la pañalera en su hombro derecho.
-Vamos- susurró y empezamos a caminar hacía la puerta de entrada, a las afueras del lugar habían unos tres o cuatro hombres de seguridad, que miraron a Freen con respeto y a mí con curiosidad.
Al llegar a la puerta, Freen sacó unas llaves del bolsillo lateral de su pantalón y las introdujo en la cerradura de la puerta, que rápidamente se abrió, ella dió un pasó adentro de la casa y luego me invitó a hacer lo mismo.
Así que con los nervios a millon, decidí hacerlo. Una vez adentró, nos encontrábamos en el recibidor de la casa. Por lo que se podía apreciar desdé el lugar, la casa era muy, muy hermosa, el piso era de malmor blanco, igual al de mi casa, pero en este lugar los colores que predominaban eran el blanco y el negro.
En el recibidor no había nadie, la casa estaba en completo silencio, Freen camino hasta situarse al lado de un mueble, donde dejo el bolso de Samy y yo la seguí hasta quedar por lo menos unos tres pasos separada de ella.
De pronto, una señora muy elegante apareció detrás de una pared, era la misma señora que estaba en el supermercado la otra vez, esa misma con la que Samy se carcajeaba mientras yo pagaba nuestras compras.
La señora nos miró sorprendida por unos segundos que parecieron eternos, mientras yo la miraba con duda, hasta que comprendí; la señora se parecia tanto o más que Samy a Freen, talvez en el supermercado no me di cuenta por lo rápido que fue nuestra interacción, pero está señora era la madre de Freen, la abuela de mi bebé.
-¿Hija?- dijo y con esa palabra confirmé mis sospechas.
-Buenas noches, madre- saludó Freen. ellas son Samy, mi hija y Rebecca,su madre- añadió.
-Buenas noches, señora- saludé, y ella me sonrió aún sorprendida.
-Maria, pequeña, llámame Maria dijo y asentí con cautela.-¡Oh! ¡Dios! - exclamó reparando en Samy que yacía acurrucada en el pecho de Freen con su chupete en la boca- ¿Me permites cargarla?- pregunto hacía mí, yo sólo asentí.
La señora se acercó a Freen posicionándose frente a Samy, que la miró con curiosidad.
-Ven princesita, yo soy tu abuela- dijo en un tono de voz muy dulce que hizo que Samy abandonara el lugar que al parecer se había vuelto su favorito, y alzando sus pequeños bracitos con una sonrisa en dirección a la señora.
-¡Oh! No te imaginas cuanto quise tenerte así, mi amor- dijo la senora Maria, con Samy ya en sus brazos - Llamaré a tu padre, le encantará conocer a esta princesa- dijo con alegría saliendo del recibidor a quien sabe dónde, lo que hizo que me desesperara un poco.
-Tranquila Becbec, mi madre no le hará daño a mi bebé, ella la adora. Ven sientate- dijo tomando mi brazo y encaminadome a un sofá, pero yo deshice su agarre debido a la corriente de emociones que está provoco en mí.
-Creo que esto no fue buena idea, estas yendo muy rápido- dije en un susurro y ella me miró atenta, con duda- quiero decir; que estó de venir aquí para que tus padres conozcan a Samy no fue buena idea, ¿Quien me asegura a mí que a la primera de cambios tu no te irás de nuevo?- dije arrepentida de haber venido a esta casa.
-No me iré, Rebecca, no esta vez. Te lo juró por lo más hermoso que tengo en la vida que es mi hija; te lo juró - aseguró tomando mis manos, lo que causo que esas corrientes eléctricas regresaran, la miré a los ojos, en su mirada había sinceridad, pero yo no podía creerle, me negaba a hacerlo y que luego me dejara rota como lo hizo meses atrás.
-Buenas noches- dijo una voz masculina un poco ronca, que hizo que retirará mis manos entrelazadas con las de Freen rápidamente y mirara al dueño de aquella voz.
-Buenas noches, señor- dije levantándome del sofá, con los nervios florecidos nuevamente.
El señor que tenía delante de mí, era un hombre que derrochaba elegancia y pulcritud por cada poro de su piel, un hombre alto, con el cabello lleno de hebras blancas con uno que otro mechón rubio, su postura era la de un hombre que se ejercitaba muy bien en su juventud, un hombre que sin duda era muy guapo, pero lo que mas llamó mi atención fueron sus ojos, esos que eran los mismo que poseía Freen y Samy, sin duda el señor era el padre de Freen.
-Buenas noches, padre, ella es Rebecca, la madre de mi hija- habló Freen sacandome de mis cavilaciones.
-Un gusto señorita, yo soy Arthur Chankimha fue entonces cuando caí en cuenta que el señor traía un cilindro de oxígeno al cual estaba conectado por medio de una cánula nasal.
-El gusto es mío señor- dije con una sonrisa tímida estrechando la mano que me había ofrecido- si quiere, puede llamarme Becky, no es necesario que me hablé de usted.
El señor asintió y se sentó frente a nosotros seguidamente de la señora Maria que traía a mi hija en sus brazos, la cual al ver a Freen de nuevo se abalanzó sobre ella.
-Entonces, Becky está bien- sonrió - ¿Así que eres tu la madre de está princesita?
-Así es, señor Arthur- respondí con una sonrisa.
-En nombre de mi hija te pido una disculpa, por lo que te ha hecho pasar- habló con un poco de enojo dirigido a la mujer a mi lado.
-No sé preocupe, señor, usted no tiene nada que ver con las decisiones de Freen- dije con comprensión y él me sonrió.
-¡Ah! ¡Claro!-exclamó la señora Maria de repente llamando la atención de todos- ¿¡Como no me dí cuenta antes!? ¡Ni siquiera cuando te miré en el super mercado caí!- volvió a exclamar- ¡Eres Rebecca Armstrong la dueña de la empresa y boutique's Chanel Fashion - añadió al final y yo sólo pude asentir.
Sentía la mirada de Freen y la del señor Arthur en mí.
-¿En serio?- Preguntó el abuelo de Samy y yo Asentí- Felicidades entonces, has sabido sacar una empresa que fue reconocida internacionalmente en tan sólo ocho meses, y con una hija pequeña que estabas criando sola, eso es algo admirable, mis respetos- dijo con un asentamiento y me sentí orgullosa de mí misma al saber que un hombre con una gran trayectoria en el mundo de los negocios como él, de algún modo me admiraba.
-Muchas gracias señor, significa mucho que esas palabras vengan de hombre como usted.
-Te invitó a cenar, pequeña, así podremos hablar más, sobre las empresas y por supuesto de está hermosa pequeña- miré a Freen, ella me miraba sorprendida, esa era la única expresión en su cara.
A diferencia de ella, sus padres si me caían muy bien así que en vista de que ella sólo me miraba sin decir nada acepté.
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EXTRA🤭
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MI HERMOSO ERROR ♡||FREENBECKY G!P| ♡ BECKFREEN||♡
FanfictionEl camino de Freen y Becky se cruzarán irresponsablemente. Dejando en medio de ambas a su pequeño y hermoso error. FREEN G!P Adaptación FreenBecky / BeckFreen ♡ ⚠️⚠️Esta historia no me pertenece solo sera una adaptación.....TODO LOS DERECHOS LE PEE...