Extra

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Harry llego tarde ese día a la escuela, sabía que no lo dejarían entrar, de igual forma quiso intentar.

—No puedo entrar señor Styles — el profesor le habla molesto.

—Entiendo, pero quiero que sepa la razón por la que vine tarde — dice amablemente, tratando de calmar su respiración.

—Me lo justifica después, con una carta firmada por su madre — le cierra la puerta.

Harry con un suspiro, baja hasta la cafetería, no había desayunado.

Tomó su café y su plato con comida cuando, una persona chocó con él, provocando que tirara todo.

Estaba cansado, la otra noche se había quedado pintando hasta tarde, era una sorpresa y necesitaba terminar ese cuadro.

—Lo siento — se apresura a decir la persona que lo empujó — Uh hola Harry — le saluda el castaño de ojos azules, apenado se rasca su nuca.

Louis era el capitán del equipo de futbol, se conocieron en el curso de vacaciones. Harry estaba un poco interesado en aprender a tocar algún instrumento y se apunto al curso de música.

Se llevaban muy bien, comenzaron una lista amistad. Hasta que ese sentimiento de amor comenzó a llenarle el corazón a Harry y le dio miedo, aunque el tuviera claro su gusto por lo hombre, no podía soportar pensar en que, si se enamoraba de Louis, este no le pudiera corresponder.

—Hola — dice bajo, odiaba que su mente lo pusiera tímido al verlo.

—Ven, te compraré tu desayuno de nuevo — iba a negar, prefería aguantar hasta que llegara la hora de irse — pasen, yo los alcanzo — le dice a sus compañeros de equipo.

—No es necesario, en unos minutos empezará mi clase.

—No puedes quedarte sin comer — le dice, dirigiéndolo a la barra donde se podía ordenar — además que te ves cansado, ¿Estás enfermo? — le preguntó preocupado.

—Yo...yo — se sonrojó al pensar que tal vez se miraba mal — no, no estoy enfermo.

—Vale — la cocinera le da a los dos sus platos de comida, Louis al final comprar algo y comer con el rizado. —Vamos a comer.

Y Harry no quería negarse, más si se trataba de pasar tiempo con el castaño.

—¿Qué harás en la tarde? — pregunta Louis después de pasar un rato en silencio. Se limpia y observa a Harry esperando alguna respuesta. —Con mamá iremos a un museo de arte, creo que te gustaría ir.

Tenía mucho que hacer, el cuadro que estaba pintando era para el aniversario de sus padres, ellos harían una cena y quería regalarles algo hecho por él, la cosa es que era muy perfeccionista con sus pinturas y le estaba costando más de lo normal terminarlo. Lo quería perfecto y faltaban dos días.

Aún así, no lo pensó.

—Creo que sí, me gustaría ir.

—Perfecto— dice feliz — llagaré por ti, a las 3:00.

Harry asiente y se queda embobado cuando Louis se despidió con un beso en su mejilla, lo hacía siempre desde que lo conoció y la verdad era que no le disgustaba nadita tener los labios de Louis sobre el.

—Te veo — dice tímido, casi en un susurro.

...

Harry se alistó lo más bonito que pudo, se miraba en el espejo y arreglaba sus rizos. Claro que ya había conocido a la mamá de Louis, a los dos les tocó que hacer pareja para la entrega final de su proyecto, entonces tuvo que ir a la casa del castaño a ensayar unas cuentas veces.

—Que hermoso vas, mi amor — alaga su madre al verlo bajar — creo que ese niño que te gusta se quedará embobado.

—Mamá — dice, en su mente esperaba que tuviera razón.

—Ten cuidado, ¿vale? Si pasa algo no dudes en llamarme. — le da un beso en la frente de su hijo.

—Está bien, gracias mami.

Louis ya lo estaba esperando en la entrada, sonrío al verlo y le abrió la puerta para que pudiera entrar al auto.

—Vas a disculpar a mi mamá, tuvo que irse de emergencias para su trabajo. Así que creo que solo vamos tú y yo.

—Oh bueno, no hay problema — en su estomago comenzaron a nacer miles de mariposas.

Llegaron al museo, Harry había ido a ese museo muchas veces, pero nunca a una exposición de arte, vio con curiosidad cada una de las obras. Louis se miraba un menos interesado, aún así escucho cada palabra de Harry cuando le explicaba el significado de los cuadros.

Y es que, si Harry pudiera ver, como Louis lo miraba no dudaría ni un poco de que el castaño gusta de él.

Terminaron de ver y decidieron ir a caminar un poco más en el parque del lugar. Comieron palomitas de maíz y helado. Hasta que sus píes no pudieron más y se obligaron a sentarse en una de las muchas bancas del lugar.

—¿te gustó la exposición? — estaban demasiado juntos y los nervios de Harry estaban al límite.

—Sí, gracias por traerme.

—No es nada, sabía que te iba a gustar. — se escuchaba tan satisfecho consigo mismo.

Regresaron al auto, ya estaba anocheciendo y el atardecer estaba hermoso.

Louis jugaba con las llaves de su carro y antes de poder llegar agarró el brazo de Harry para que pudiera verlo.

—Mmh Harry — llama sueva y el rizado lo ve, esperando a saber qué necesitaba.

—¿Sí?

—Yo...bueno — jugó con sus manos y un leve sonrojó cinceló su rostro — es que...— suspiró cansado, tomó a Harry por el rostro y lo besó profundo y duro. Porque moría por hacerlo y a Harry le costó un poco reaccionar y seguir el beso, nunca lo habían besado y jamás se imagino que su primer besa fuera con Louis.

—Lou— dice en un susurro, estaba sin aliento, se agarro del pecho del rizado y estaba de puntas. Sus labios todavía se rozaban y Louis se permitió besar suabe antes de alejarse y ver bien su rostro.

—Me gustas Harry — confesó, más valiente. — Y mucho, estaba muriendo por probar tus labios — acarició su nariz con la del rizado. —Está bien si no sientes lo mismo, pero quería que lo supieras; que sepas que estoy a tus pies desde el primer día que te vi en ese salón de música.

Harry no podía más, sentía que en cualquier momento sus piernas fallarían.

—Es reciproco — le dice —tú también me gustas — Louis sonrío ante la confesión.

Se separa por completo de Harry y este solo observaba los movimientos de Louis. Lo tomó de la mano y se la acercó a los labios.

—Harry... — comienza y pone la mano sobre su pecho — ¿quieres ser mi novio?

Iba a morir, el revoloteó de las mariposas se sentía más fuertes en su estómago, quería salta de alegría y gritar. La idea, solo la idea de que el fuera novio de Louis lo hacía sentirse en la luna.

—Sí — dice jadeante — claro que quiere — sonríe alegre y contagia a Louis.

Y aunque se conocieran desde un tiempo atrás su historia comenzó aquí.

DANCING WITH YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora