11. Marcar

762 131 12
                                    

Recién llegaba a mi departamento.

Un domingo en la noche, estaba relativamente exhausta, en dos semanas terminaba mi carrera y por ahora los maestros nos exigían mucho más.

Aunque eso ocupaba gran parte mis pensamientos, no había nada como volver a casa y ver sus mensajes.

Siempre esperándome, sin importar el tiempo.

Me resultaba lindo si interés y preocupación.

Si me hubieran dicho hace meses que estaría así con mi streamer favorito, no lo hubiera creído.

En el tiempo que llevaba conociendo a Osvaldo me di cuenta que no fingía su personalidad como en cámara, siempre es tan espontaneo y divertido.

Era super lindo…

Me era inevitable no pensar que de algún modo le importaba.

Tampoco podía evitar sentir algo, es que… él era inigualable, pero no quiero ser una tonta y pensar que en algún punto él sentiría algo, es decir, él, El Mariana, el cual a demás de ser tan increíble persona, era muy lindo físicamente y podía tener a cualquier chica.

¿Quién no se enamoraría de él?

Y como si lo llamara con el pensamiento me llega un mensaje de él.

“¿Ya llegaste a casa?”

Sonrió inmediatamente y ingreso a Instagram.





Sonrió inmediatamente y ingreso a Instagram

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Ya llegaste a casa?  20:36 p.m.

Si, acabo de llegar, creo que
me pediré algo de comer,
¿Tu ya merendaste? 20:36 p.m.

También me pediré algo  20:37 p.m.

Me imagino que estas
cansada :(   20:37 p.m.

Si, pero aún tengo fuerza de
voluntad para que no te
deshagas de mi     20:37 p.m.


AJAJAJAJAJA eso jamás, ya
te encontré y no pienso soltarte
20:38 p.m.

m

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.







Suelto un chillido de felicidad.

Me tiro sobre mi cama y elevo mi celular mientras muevo mis pies con emoción por el mensaje.

Estoy por responderle cuando el teléfono cae en mi cara, este se rueda a mi hombro y maldigo por el golpe.

Me sobo mi frente ante el dolor y me quedo estática al escuchar su voz.

—¿Linita?

Mi corazón se detiene por un instante.

No…

¿Es un juego de mi mente?

—¿Linita estas ahí? — de nuevo.

¡Me muero!

Agarro mi teléfono con temor y lo muevo a un costado para ver si se trata de lo que estoy pensando, sin mostrar mi rostro.

Apenas lo veo vuelvo a dejar caer el celular, me siento rápidamente y acomodo mi cabello.

—¿Qué le digo? — murmuro para mí misma.

—Lina, me estoy preocupando.

Tomo el celular y sonrió automáticamente al verlo.

Se lo ve tan lindo, él esta recostado en su cama, su pelo esta desordenado, tiene una camisa blanca y se acomoda los lentes cuando me ve con una sonrisa.

—Pensé que me habias marcado por error — menciona.

—Si, así fue — digo algo nerviosa.

Noto como mi voz cambia de repente, así carraspeo un poco.

—Es que mi celular cayo sobre mi cara — comento y el de lentes ríe.

—No, ¿Estas bien? — pregunta.

—Ahora mismo si — respondo sin pensar.

El sonríe a más no poder.

Nos quedamos en silencio.

—Eres más linda que en las fotos — enuncia.

Veo como mis mejillas se ponen rosadas y cubro mi rostro.

—¿Por qué dices eso? — cuestiono, aunque fue más como un regaño.

—Te ves linda sonrojada.

—Ya, basta — menciono — O te colgare de los nervios.

—No, no, no lo hagas, por favor — pide — Me gusta que, aunque fue una equivocación y me marcaras por error me llamaras, creo que debemos hacerlo más seguido.

¿Sí?

—Bueno, esta bien, solo si tú quieres — acepto.

—Claro que quiero, siempre hablar contigo, estrellita — dice con una sonrisa aquel apodo.

Sonrió, pero por dentro mi corazón late como nunca.

Jamás creí escucharlo decirme así directamente.

—Me siento mal por no tener un apodo para ti, tu me dices de muchas formas y yo solo Osvaldo — musito.

—Valdo me gusta — anuncia.

—Si, pero todos te dicen así.

—¿Quieres un apodo que solo sea nuestro?  — pregunta con una sonrisa encantadora.

—Si — afirmo con timidez.

No quería que se lo tomara mal.

—Pues, no sé — veo como se sienta y empieza a acomodar su cabello, al igual que sus lentes — Mmm…

—¿Qué tal “Lalo” o… — lo pienso un poco — No lo sé, solo se me ocurrió ese.

—Aún tenemos mucho tiempo para que elijas uno, pero Lalo me gusta, nadie me dice así.

Él sobrepone su rostro en su mano mientras me mira fijamente.

—Entonces, Lalo, ¿Qué tal tu día? — cuestiono viéndolo de la misma manera.

—Pues la verdad, estrellita, aburrido — responde — No hablamos en todo el día hasta ahora, por eso ahorita estoy feliz.

Rio levemente.

—No creo que sea solo por mi — murmuro.

—Créelo — menciona — Cuéntame, ¿Cómo vas con la Universidad?

Seguimos hablando por horas, hasta merendamos juntos.

Fue una agradable noche, aunque le haya marcado por error.

Osvaldo era increíble…

HE IS IN L♡VE || El MarianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora