Dónde las almas gemelas comparten huellas dactilares.
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"We don't need money to feel good 'Cause you're the ride or die, the rest of my life Don't need a party to feel high We're like the modern version of Bonnie and Clyde"
-Bonnie & Clyde | Yuqi
En un mundo donde las almas gemelas comparten huellas dactilares, meter en problemas a tu otra mitad no es algo extraño si la otra cometía un crimen.
Aunque aquello no era un problema para la pareja compuesta por el caníbal Hannibal Lecter y el asesino Dexter Morgan. No solo porque no tenían sus huellas en el sistema, pero porque eran cuidadosos cuando cometían sus crímenes. Demasiado expertos como para ser atrapados por la misma policía por la que trabajaban.
Claro está, al principio no sabían que el otro era un asesino en serie, aunque las sospechas no faltaban. Cómo depredadores, ambos podían casi oler el peligro en el otro, no importa cuánto trataran de aparentar ser hombres de bien. Puede que para la mayoría esto no fuera visible, pero ambos eran expertos actores y más que capaces de engañar a otros sin ningún problema.
Pero cuando se trataba de uno al otro, ambos podían ver en el contrario los signos de un asesino.
Un asesino reconoce otro asesino.
Hannibal Lecter pensó que Dexter Morgan, el nuevo analista de sangre, era tan fácil de leer como difícil a la vez. Claramente el hombre era extremadamente inteligente, su trabajo como analista lo demostraba. Aún así, parecía no querer entablecer alguna conexión social. Se le hacía difícil entender el dolor de otras personas o incluso amor.
Parece que al igual que el, los únicos seres que ambos habían podido amar eran sus fallecidas hermanas.
Aunque le fascinaba más que actuara como un cordero cuando sus ojos gritaban que el era el monstruo debajo de la cama.
Había encontrado al hombre fascinante. Aún más cuando este lo miró a los ojos y le sonrió antes de decirle una simple oración:
—Así que tú eres el Destripador de Chesapeake.
Hannibal cruzó sus piernas y observó a Dexter sentado frente a él.
—Yo no creo que tú seas tan inocente, pequeño corderito. —le sonrió Hannibal.
—Digamos que no me gusta la atención, pero un asesino reconoce a otro.
En ese momento, Hannibal pensó que no había manera de que no fueran almas gemelas, y por lo que podía ver, su compañero en asesinatos pensaba igual. En un momento, Hannibal había creído que el intrigante Will Graham sería su otra mitad, pero era claro que el destino le daría a otro psicopata capaz de igualarlo como alma gemela.
El destino le había entregado a un ser que lo aceptaría por completo; sus virtudes, sus defectos, sus ganas por asesinar y su hambre por la carne humana. Todo. Hannibal no tenía que moldearlo para el o llevarlo por el camino de la oscuridad con suavidad para no ahuyentarlo. Su hermosa alma gemela ya camina por ese camino con belleza.
Y cuando decidieron comprobarlo, la sorpresa no los atacó, simplemente vieron los resultados con satisfacción. Por supuesto que ellos estarían en lo correcto, ambos eran hombres inteligentes.
—Que interesante. El destino en verdad decidió unir a dos asesinos. —la voz de Dexter casi hasta sonaba curiosa.
Hannibal sonrió pensando que era perfecto. Cómo asesinos en serie, no había manera de que no se convirtieran en verdaderos compañeros en crimen a lo Bonnie y Clyde. De hecho, serían mejores que aquella famosa pareja, porque ni Hannibal ni Dexter serían atrapados.
A Hannibal le satisfacía que cualquier fuerza divina le haya dado a un alma gemela tan psicopata como el. Oh, el no estaba cegado ante sus defectos, sabía que lo que él hacía no era normal o aceptado en la sociedad. El podía ser un psicopata, pero era uno muy funcional y eso era aún más peligroso.
—Zeus tenía razón cuando quiso separar a las almas gemelas. Es mucho poder dado a los humanos. —murmuró Hannibal al oído de Dexter, sintiendo a este temblar ligeramente.
Dexter jamás se había sentido tan vulnerable frente a otra persona que no fuera su familia inmediata. Eso solo lo emocionó aún más.
—Estoy emocionado por el arte que crearemos.
Y claramente el mundo no estaba preparado para la locura que eran dos asesinos tan cuidadosos y elusivos como el famoso Jack el Destripador. Ambos tenían una mente brillante y talentos que les permitía evitar la policía.
Los dos asesinos en serie vivían una vida perfecta mientras el mundo alrededor de ellos se quemaba en caos por tratar de encontrarlos. Ambos trabajaban, se comportaban como buenos miembros de la sociedad, solo para asesinar una vez la noche caía. Tras una cansada noche llena de sangre, Hannibal cocinaría su exquisita carne de la que Dexter disfrutaría antes de pasar a la cama.
Se casaron y los esposos asesinos continuaron sus asesinatos mientras por el otro lado de la moneda trabajaban con la policía que trataba de encontrarlos. Nadie jamás sospechó, y aquellos que lo hicieron, jamás pudieron encontrar alguna prueba o evidencia que lograra encriminarlos lo suficiente como para terminar con la caza de estos dos asesinos.
Así pasaron años, y ellos jamás fueron atrapados, incluso cuando ambos decidieron que era tiempo de retirarse de sus trabajos diarios, más no de los asesinatos. Pues aunque ahora estaban un poco más viejos, no significaba que la sed de ambos se había calmado. Además, ¿de dónde más Hannibal sacaría su exquisita carne?
Hannibal y Dexter Lecter se habían retirado en tranquilidad. Sus trabajos les había otorgado el dinero suficiente como para que se pudieran permitir una vida más cómoda, añadiéndole la rica herencia que la familia Lecter le dejó en su totalidad a Hannibal. Tenían tanto dinero que les sobraría incluso después de su muerte.
Dexter miró la espalda ancha de su esposo y alma gemela que cocinaba en la hermosa cocina de su hermosa y gran casa.
—Hannibal, ¿qué te parece si añadimos un pequeño Lecter a la familia?
Los movimientos de Hannibal se detuvieron y este, con cuchillo en mano, se giró y lo miró con una sonrisa.
—Me parece una idea magnífica, cariño, digna de tu mente brillante.
Hannibal se giró, su cuchillo impactando en la carne humana que ambos comerían en la cena.
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Miren, trate lo mejor que pude, pero no me he terminado Dexter y no recuerdo nada de Hannibal, pero no pude dejar de shippearlos y tenía que escribir algo aún si no era la mejor historia.
