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Estaba conteniendo mis ganas de reír viendo como Abril casi echaba humo con el comentario de mi amiga. Luego me miro a mi con grandes ojos y una mirada asesina. Sabia muy bien que estaba pensando que yo era la novia de Vicky. En ese momento tanto Vicky y yo éramos dos lesbianas asquerosas y atrevidas en su cabeza.

- Con permiso... - dijo antes de retirarse.

Vicky y yo seguimos preparando la exposición durante una hora y media más hasta que Nuvia la llamó para exigir atención en el departamento. Se despidió, salió del café y yo estaba a punto de hacer lo mismo cuando la voz de Abril me detuvo.

- De verdad que bonita pareja hacen! En serio no deben tener vergüenza para ir insinuándole a todas estando juntas. Me dan asco.

No tuve tiempo de responderle porque Vicky volvió a entrar

- Oh y Sam! Nuv quiere que le devuelvas el disco de The 1975, no lo olvides. No hagas que mi novia se enoje, eh! - me advirtió.

- Estas loca, no le daré eso, si quieres que te mate, hazlo tu! Bueno, nos vemos! - nos reímos y ella salió.

Volví a mirar la expresión descompuesta y avergonzada de Abril.

- Estuvo muy bueno el capuchino. Hasta luego -. di unos pasos para irme antes de volver a mirarla. - Ah, y yo no tengo novia -. le guiñe un ojo y salí.

El padre de Abril volvió la semana siguiente y ella volvió a sentarse en la misma mesa para hacer sus tareas. Todo volvió a la normalidad pero un par de semanas después, Abril volvió a acercarse a mi mesa. Esta vez no solo se acerco, simplemente se levanto de su silla, camino hasta mi mesa y se sentó frente a mi sin permiso, haciendo que alzara la vista.

- ¿Por qué ya no me miras? - La pregunta me tomo por desprevenida. Hablaba con una mezcla de molestia, nervios y desesperación. En ese momento supe que nunca dejaría de gustarme aunque esté loca.

- ¿Por qué ya no sirven donas?

__ ¿Qué? No me contestes con otra pregunta que además no tiene nada que ver.

- Perdón, pensé que era una ronda de preguntas -. sonreí.

- Quiero una respuesta. ¿Por qué ya no me miras? - volvió a preguntar mas tímida.

- Esta bien... Pues así como un día decidieron dejar de hacer donas, yo decidí dejar de molestarte.

- ¿Entonces lo hacías por molestarme...?

- Ya te dije por que lo hacia, luego tu me dijiste que te molestaba.

- Pero eso no te importaba antes.

- Creo que simplemente perdí interés -. me encogí de hombros.

Se quedó callada, mirándome un instante. Ya no tenia esa mirada de desprecio, ahora solo parecía estar perdida en sus sentimientos. Finalmente se levanto para irse.

- Hey, yo también quiero una respuesta -. le dije. Me miró confundida unos segundos.

- Ah... No sé, no me interesan las decisiones que toma mi padre en su trabajo.

Otras dos semanas pasaron hasta que... No, esta vez no se acerco a mi mesa, tampoco la volvi a mirar demasiado y tampoco me insulto. Ese día, no estaba sola. Su hermanita estaba con ella y estaban hablando mientras intentaba concentrarme para estudiar.

- ¿Me la enseñaras? - escuché la voz de la niña detrás de mi cuando llegaron juntas.

- Si....

- Hola hermosuras, ¿Qué hacen por acá? - preguntó su padre.

- Papa, siempre vengo a estudiar aquí por si aun no te diste cuenta... - dijo Abril con una pequeña risa - Y Ama quiso acompañarme hoy.

- No vas a poder estudiar tranquila entonces -. se rió su padre.

- Bueno ya Abichu, tenemos cosas que hacer, recuerda! - exclamó la pequeña.

Las mire por curiosidad y vi que Abril ya me estaba mirando. Aparto rápidamente la mirada ruborizándose y sonreí. Vi a la pequeña, que por cierto se parecía mucho a ella, y volví a concentrarme en mis apuntes.

- Ven, Ama....

Volví a alzar la mirada y vi que en vez de sentarse en la mesa de siempre, Abril se dirigió a la cocina con su hermanita. Reapareció unos minutos después sin la niña y se sentó en el lugar de siempre, sin mirarme.

Volví a negar con la cabeza antes de seguir tomando mi capuchino.

- Buenos días -. vi a la pequeña Ama a mi lado, mirándome con una sonrisa. Se había puesto una camiseta de mesera que le quedaba grande y tenia algo envuelto en las manos.

𝐿𝑎 𝑐ℎ𝑖𝑐𝑎 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑓𝑒 | ʀɪᴠᴀʀɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora