Crescent Moon "Luna Nueva"

Capítulo IX

Las pájaros revolotearon abandonando sus nidos, las animales corrían una dirección contraria a la mía y las criaturitas híbridas gruñían mirando una sola dirección y retrocedían con el mínimo sonido

Estaban protegiendo a los animales

Y cuando me vieron pasarlos con la velocidad que me permitían mis piernas los escuché gruñir a modo de advertencia

Algo malo estaba pasando y lo sospeché al ver que los gruñidos eran lo único que usaban como medio de protección. ¿Qué hay de sus habilidades?, ¿Por qué no las usan?

Me tensione al ver mi camino ser iluminado por colores rojos y anaranjado, quedé deslumbrada al ver cómo volaba aquella hermosa ave en mi camino aunque al instante me percate de lo que estaba haciendo cuando se perdió en el aire y regreso de una manera tan violenta que las chispas de su cola saltaron a los arboles creando una llamarada. ¿Es está ave la causante? Imposible, lo hubiera hecho antes. De ser otro el motivo…

Sin darme cuenta pise una planta carnívora, que yacía muerta aún plegada su raíz en la tierra,  apreté los dientes y solté una maldición al ver la sangre correr de la plata de mi pie al suelo, apoye mi mano en un árbol y levanté el pie tratando de ver la herida, era profunda y estaba un poco hinchada. Se estaba infectando muy rápido

—¡Leila!— aquel grito, acompañado al galope del caballo, me hizo levantar la mirada. Era Farid quién sin detener su andar estiró su mano a mi y sin pensarlo hice lo mismo en su dirección y cuando estuvo cerca me atrapó al mismo tiempo que me jalada acomodándome detrás de él

—Fa..— tosí al sentir la garganta seca —¿Qué…que está…pasando?— tosí sin poder evitarlo

—20 lunas— indicó apretando las correas —¿Estás bien?

Inhale profundo cuando nos alejamos de la humareda que provocaban las flamas —¿Qué está pasando?— volví a preguntar

—Creíamos que esto no volvería a pasar, tenía cinco años cuando pasó y tú apenas le estabas diciendo hola a este mundo y tu madre le decía adiós sin saberlo. Fue horrible, desastre, gritos, perdimos a muchos de los nuestros . No solo porque desaparecieron sino porque muchos murieron a mano de…— se interrumpió negando

—¿De qué?— insistí

—¿Vez el eclipse?

Y por primera vez en la noche me atreví a mirar el cielo, no habían estrellas, tampoco luna, solo una inmensa oscuridad en aquel firmamento donde mi vista se clavó en un extraño brillo rojizo rodeando lo que debía ser la esfera nocturna

—Es el mismo que apareció en tu nacimiento. ¿No?

—Significa que…— no pude terminar al escuchar varios gruñidos cubriendo el bosque y con pasos desenfrenados acercarse a nosotros —Debemos buscar un refugio, los vampiros tienen un área subterránea. Estoy segura que todos…

—¿No lo entiendes o no lo sabes leila?. Esto no es por unos Tkistahez. Están fuera de control como aquella noche

¿Fuera de control?

Se refería a los nuestros. ¿Por qué nunca me dijeron nada?

—Pero tu…