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Hyunjin llevaba trabajando en la comisaría número 143 desde hace varios años, pero cuando Felix le dijo que iban a trasladarlo allí por el cambio de dirección que hizo, ambos tuvieron que improvisar sobre cómo manejarían la situación. Para empezar, no es raro que vivan en el mismo edificio, así que la dirección no importaba, lo que si sería difícil para ambos es que tendrían que fingir que no se conocen tanto.

Y ese fue el mayor problema.

Se conocían mucho.

Felix está en un rango mayor al suyo en la oficina, así que técnicamente es su jefe, por su voz sus peticiones y exigencias son intimidantes... O bueno, los demás comisarios le hacen creer que lo son, la verdad es que su apariencia no le sirve de mucho para apoyar su autoridad. Hyunjin sabe que su novio es muy guapo, pero a veces le pesa que otros lo digan en voz alta también.

Desde que llegó enamoró a más de la mitad de los empleados, todos quieren acercarse a él a pesar de que hay una regla muy estricta de no relaciones dentro del ámbito laboral o sino habrá traslados.

El rubiecito de cabello largo apareció por la sala con el ceño fruncido y apretando unos fotocopias, los demás oficinistas se dirigieron rápidamente a sus pantallas cuando le vieron ir directo al escritorio de Hyunjin.

—tienes que escribir el informe, Jisung se fue sin hacerlo—dijo en voz alta, apoyó una mano en su escritorio y se inclinó para mirarlo a los ojos, allí Felix susurró—que sea la última vez que me ves la cara de idiota, ví que me robaste del lonche.

Hyunjin rio bajito y se mordió los labios—en mi defensa, me pusiste menos trozos de pollo.

—te gustan más los rollitos de huevos—se quejó golpeando el escritorio—¡Rápido!—gritó volviendo a su oficina.

—si—canturreó Hyunjin.

Sus compañeros le miraron y se rieron entre ellos, quizás pensaban que Felix siempre se la agarraba con él, es que generalmente siempre le gruñía como un gato enojado, pero el problema no era su trabajo, era la división de tareas en casa. Felix era muy perfeccionista y si las cosas no se hacían a su modo entonces no le gustaba, pero siempre se quejaba de que Hyunjin debería dejar de ser tan holgazán y colaborar también, sin embargo cuando colaboraba Felix se exasperaba porque "¡Todo lo haces de manera muy desorganizada!".

A ver, que Felix no llegó a su puesto porque era un angelito obediente, sino porque estaba obsesionada con la perfección.

Pero más allá de eso, no era un tipo despreciable, su faceta laboral no se parecía en nada a como era en casa cuando no se trataba de doblar la ropa o preparar las comidas.

En general Felix era muy pegajoso, mimoso y sumiso.

—Hyunjin, deja de hacer enfadar a Felix, está comiendo su lonche completamente enfadado porque tú y tu compañero olvidaron hacer el informe del último allanamiento—el jefe Bang se acercó a su escritorio mientras Hyunjin se atascaba con unos rollitos de huevo.

El chico de cabello oscuro y corto levantó la mirada y arqueó una ceja.

¿Y éste qué? Se preguntó con recelo.

¿Quién se creía para decirle cómo comportarse con Felix?

Masticó lo que tenía en la boca y se aclaró la garganta—oh, sí, debería disculparme con él, sí—murmuró levantándose, dejó su lonche a medio comer y se dirigió a la oficina de su novio.

Golpeó la puerta y el rubiecito susurró—adelante.—cuando le vio entrar rodó los ojos—un chocolate no solucionará tu crimen.

Hyunjin rio, se apoyó en la puerta y llevó sus manos hacia atrás de su espalda para discretamente cerrar la puerta con seguro—no tuve tiempo de ir a comprar un chocolate, traigo una disculpa mejor.

Dos policías en apuros hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora