Rosa Acorazada // Guardián Tales x RWBY

2: Fantasmas

Contra todo pronóstico, el caballero se alzó victorioso en aquella tormentosa noche y llena de amenazas latentes. Desafiando su destino preestablecido, logró escapar con vida del peligroso Bosque Esmeralda.

durante mas de 8 horas, el caballero se enfrento a oleadas interminables de grimms al abrigo de la oscuridad, matando un numero tan grande de estas criaturas que era hasta impensable. Desde serpientes mutantes hasta aves gigantes conocidas como Nevermores, el destino realmente buscaba acabar con el joven de una vez por todas

Ojalá se pudiera decir que el caballero salió ileso de aquel bosque de la muerte, pero desgraciadamente, ese no era el caso con nuestro cara tontuna, quien sufrió de la forma mas dolorosa con su cuerpo reflejando el desenlace de la batalla. Aquellas miles de heridas que ahora decoraban su cuerpo, eran un testimonio del infierno nocturno que tuvo que vivir

Sus heridas y la hemorragia que ahora estaban presentes en su cuerpo, estaban generando pensamientos suicidas en el ahora convaleciente caballero, quien buscaba rendirse, arrojar su espada y acabar con su sufrimiento de una vez por todas. Sin embargo, una voz en lo más profundo de su mente, lo estaba motivando a no abandonar su misión por sobrevivir 

"Levántate colegui, yo confió en ti, por favor, no te atrevas a caer!" El panoli escuchaba una voz resonando en su cabeza mal herida. Era la princesita, no estaba presente, pero aun asi podía sentir a su motorcito que le daba la fuerza y determinación para no caer al suelo, cueste lo que cueste

Tenía que hacerlo. Si él sucumbía, la dulce niña que confiaba en él perdería a su guardián y con ello, todos los reinos caerían bajo el asedio de los invasores. Era una carga casi insoportable, comprender cómo el destino de innumerables vidas pendía de un hilo tan frágil como su propia determinación.

El campus de la academia Beacon rebosaba de vida en cada rincón, impregnado por la energía vibrante de cientos de estudiantes de esta institución. Las actividades diarias dotaban de personalidad a este sector académico, tejiendo un tapiz bullicioso de aprendizaje y camaradería.

No obstante, esa tranquilidad paradisiaca se vio abruptamente interrumpida cuando los estudiantes, absortos en sus quehaceres cotidianos, se vieron sobrecogidos por un escalofrío de horror al divisar a un joven de apenas veinte años cojeando penosamente por la entrada del campus.

Su figura estaba envuelta en una armadura de caballero, oxidada, maltratada y manchada de sangre fresca. Cada paso que daba resonaba con un eco de desesperación y agotamiento, mientras sus heridas recientes gritaban silenciosamente la crudeza de su sufrimiento.

"Aguanta... solo un poco más... ya casi estás" murmuró el caballero para sí mismo, en un susurro entrecortado por el dolor y la fatiga.

Desgraciadamente, el caballero comenzó a perder la batalla contra las fuerzas que conspiraban para arrebatarle la vida. Entre mas pasaba el tiempo, mas iba perdiendo la noción del tiempo ante las heridas que lo debilitaban cada vez mas, desangrándose en frente de las narices de todos los presentes que ahora yacían horrorizados en Beacon 

Sus piernas, que una vez habían sido su sostén en innumerables batallas, ya no le respondieron. El joven pese a sus esfuerzos por tratar de sobrevivir, había caído al suelo y mas de un estudiante presente, lanzo un grito de horror por la sangrienta escena que se observaba en la academia

Su alma, impregnada de valentía y determinación, aún anhelaba continuar la lucha, pero su cuerpo había alcanzado un punto de no retorno. El caballero sabia que la salvación ya no era una alternativa, teniendo presente que morirá de la forma mas patética posible, solo y abandonado en un universo desconocido

"No... no puedo terminar así... por favor... no puedo morir aquí" susurró el caballero con voz entrecortada. "No puedo dejar a mi niña sola otra vez... ¡no!"