Cap 6: El comienzo de todo

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ADVERTENCIA!
Este capítulo tiene palabras y descripciones no muy aptas para todo público.

~🌕~

Después del gran incidente de Kaito, Yuki desapareció y Kotarou y Kyoko no volvieron a salir a jugar, solo estaban en su casa alejada del pueblo.

El pueblo se sentía apagado, no habían muchos niños que salieran a jugar pero nadie esperaba que sucediera eso.

Aiko que así se llamaba la madre de Kyoko estaba preocupada por sus hijos pues ya no los notaba tan felices y no tenía el suficiente tiempo para jugar con ellos, tenía que viajar lejos y llegaba agotada, además su esposo Ren no era la excepción, el también se la pasaba ocupado así que por eso dejaba a los niños al cuidado de su tía Dan.

Dos meses después

-Oye Kyoko ya no sigas triste, el decidió irse porque quería, no te sientas culpable por algo que no fue tu culpa.- dice Kotarou tratando de animar a su hermana deprimida todavía. 

-Se que no fue mi culpa, pero me siento triste por no poder decirle todo.- dice entristecida.

-Oye alégrate, mañana cumples 6 y te aseguro que tendrás una gran celebración.- dice una joven chica animando a Kyoko mientras la sostiene en sus brazos.

-Lily! Que bueno que estás aquí.- dice Kotarou con una sonrisa.

Lily era la aprendiz de la tía de Kotarou, estaba siendo entrenada para ser una buena espadachín.

-A comer!- se escucho a lo lejos, era su tía que había terminado de preparar la comida para los niños.

Ellos fueron directamente al comedor, se sentaron en sus sillas y a continuación su tía colocó sus platos respectivos frente a ellos.

-Eh tía...por qué solo Kotarou tiene carne? Yo tambien quiero.- dice algo desanimada.

-Mira niña ya no queda más carne, tu hermano la necesitas más para ser más fuerte, además no olvides que todo lo que pasó hace dos meses fue culpa tuya.

-Eso no es cierto.- piensa con la cabeza agachada, pues no le respondería a su tía porque sabe perfectamente que la dejaría sin comer y la haría dormir afuera como en ocasiones anteriores.

-Por favor no te sorprendas, perfectamente sabes que solo te cuido porque mi hermano lo dice, solo estorbas niña.- dice para luego irse de la habitación.

Kotarou estaba molesto por las palabras que salieron de esa boca, cuando intento pararse para ir detrás de ella su hermanita lo tomo del brazo y lo detiene antes de que haga alguna tontería.

-No es necesario, tranquilo ya me acostumbré.- dice con una sonrisa claramente fingida.

Al día siguiente

Kyoko despertó en la mañana igual que todos los días, su madre entra a su habitación y le da un gran abrazo.

-Feliz día hija, mira toma esto y ve al pueblo a comprar algo de comer para ti.

-Gracias mami.

Su madre se va de la habitación y Kyoko comienza a cambiarse para ir al pueblo, al llegar al pueblo noto que no ha cambiado mucho de las veces que ha ido solo a comprar.

Cuando Kyoko ya compro lo que quería volvió a su casa, al llegar vio que su padre y su madre estaban ahí pero no su hermano.

-Dónde está mi hermano?

-El no aguanto más y el juego empezó.- dice su padre con una sonrisa.

-Juego? Cual juego?

-Escondidas, así como cuando jugábamos todos juntos, escucha yo cuento y ustedes se esconden ¿Si?- dijo su padre ya preparándose.

-Vamos hija.- dice su madre animandola.

-Sí!- dice Kyoko sonriendo como si nunca hubiera jugado con sus padres.

Su padre comenzó a contar y ella rápidamente se dirigió a su escondite preferido, una rama alta de un árbol, siempre la encontraban ahí pero no le importaba.

Varias horas después

Pasó mucho tiempo, todo estaba oscuro y lo único que iluminaba era la luz de la luna.

-Que raro, siempre me encuentran aquí primero, voy a ver si están en la casa.

Kyoko se bajó de la rama y se dirigió caminando hacia su casa, mientras más se acercaba vio que en donde estaba su casa salía humo y se iluminaba por una extraña luz.

Comenzó a correr y al llegar a su casa se impactó por la escena, su casa estaba en llamas y no sabía si sus padres o su hermano estaban ahí, quería correr a la casa pero se tropezó con algo y cayó, al levantarse y ver con que se tropezó vio una imagen terrible.

Su padre estaba boca abajo lleno de arañazos en su espalda, ella cayó sobre sus rodillas y al tratar tocarlo fue levantada rápidamente del suelo.

-Que?!- dice asustada.

Al fijarse bien noto que quien la había levantado era su madre, estaba herida y por sus mejillas corrían lagrimas.

-Mamá? Mamá que pasa?

Su madre no le responde, pues estaba concentrada en seguir corriendo.

Minutos después

Kyoko y su madre estaban en un campo de flores, su madre estaba inquieta y no pronunciaba ninguna palabra hasta que Kyoko preguntó.

-Mamá, que pasa?

-Hija..escúchame bien.- se dirige a hacia ella pero algo la frena.

Kyoko se queda en shock por lo que estaba presenciando, su madre estaba de pie frente a ella, había un tipo de espada que atravesó su pecho.

-...Mami..?

Su madre no pronunció ninguna palabra, solo cayó frente a ella mientras se escuchaba una risa de mujer y una voz masculina dice:

-Que desperdicio, yo pensé que está idiota lo tenía.

-Oye hermanito mira, una niña- dice la chica burlándose de la escena. - Puedo comerla?

-Ni se te ocurra Ume, mejor dejala maldita.

-Ash, hazlo tu imbecil.

-Como quieras.

El chico tomó su espada manchada de la sangre de su madre, se acercó a Kyoko acorralando a la niña, ella no podía moverse, solo podía mirar.

-No vivirás mucho.

Dice para luego atacar y cortar su ojo izquierdo. La pobre niña estaba en el suelo con la mirada perdida sobre su espalda, el cadáver de su madre junto a ella y los pasos de los habitantes del pueblo dirigiéndose a ellas, todos estaban sorprendidos por lo sucedido, pero al ver a la niña notaron dos cosas primero que estaba viva y segundo que en su ojo izquierdo apareció una flor amarilla, como si hubiera florecido sobre ella.

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~Mi gran flor~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora