Los viajes en carretera eran un martirio para muchos y los hermanos Spencer no serían la excepción más cuando sus padres cantaban canciones con sus voces rompe tímpanos al máximo y lo peor de todo es que tendrían que soportarlo por las 3 horas del viaje hacia Atlanta.
Eran una familia típica, madre omega y padre alfa, cuatro pequeños alfitas de ojos azules y cabello negro, eran tres niños y una bebé de 2 años que debido al exceso de trabajo de sus padres se habían vuelto pequeños demonios que podrían volver loco a cualquiera.
El mayor se llama Roger en referencia a su padre Rogelio y es un mocoso malcriado que consiguió un secuas al cual educar cuando nació su hermano Asher y luego ambos pequeños transmitieron su maldad al siguiente niño de nombre Alek, la pequeña niña parecía ser más dócil, pero era obvio que iba a seguir los malos pasos de sus hermanos como un ciclo de hermandad negra.
—¿No podrían haber contratado a alguien para que nos cuidará?
—¿Y terminar en juicio de nuevo por una "inocente broma"? —el padre cuestiona a su hijo mayor.
—El juez lo reconoció como eso —informa Roger viendo a sus hermanos con una sonrisa.
—Y es por eso chicos que no tienen amigos.
—¡Rogelio! —la madre regaña a su esposo.
—Pueden dejarnos en una gasolinera que este abierta 24 horas y volver por nosotros cuando terminen sus asuntos.
Los padres se veían sin decir nada y apretaban las manos qué tenían enlazadas al ver la actitud del mayor.
—Esto no es solo un viaje de trabajo —habla la madre—. Vamos a vivir en Atlanta a partir de ahora.
—¿Y no pensaron en discutirlo? —el menor comienza a patear el asiento de su padre desde atrás.
—Alek ¡Ya basta! —ordena el padre soltando feromonas de autoridad.
—Por favor, respeten a su padre.
La pequeña alfa comienza a llorar desde su asiento para bebés y el mayor se une al menor en lo de empujar los asientos.
De un momento a otro el caos comienza a reinar con los gritos, golpes y quejidos de los niños acompañados de suplicas y reclamos para que se detuvieran por parte de los padres, entre todo el espectáculo una bolsa de seguridad se abre y el auto pierde el control, pero afortunadamente el padre logra frenar a tiempo dejando únicamente el susto.
Ese accidente fue más tranquilo que el propio viaje, al parecer el susto del momento había tranquilizado en cierta manera el caótico ambiente.
—¿Están bien? —el padre se gira y ve a los niños con miedo.
—¿Dónde está Roger? —suelta asustada la mujer al no ver a su hijo mayor.
—Ro...gie —habla la pequeña mirando por la ventana.
—¡Nooo!
La madre sale del auto y corre llena de angustia ante una vista terrorífica.
Su hijo corre en medio de la carretera desviando autos y pasando de carril en carril yendo directo al borde del puente con una velocidad anormal y al llegar comienza a trepar.
El menor se baja con cautela del auto y ve a su cobarde padre siendo insultado por los autos que pasaban al estar estorbando en la calle y da algunas miradas a su madre quien seguía a su hermano entre gritos desesperados.
—Papá ¿nos compras helado? —dice sin ver a su padre.
Al no recibir respuesta gira indignado encontrando a su padre que mira con detenimiento hacia adelante, el pequeño se impacta al notar a varias personas saliendo de los autos y a otras escalando la barra que separaba el puente del océano y cuerpos cayendo del puente mientras todo el lugar se volvía intranquilo.
—¡Roger! —grita asustado al ver como su madre apenas tiene los pies de su hermano sujetados con mucha dificultad.
Con rapidez busca ayuda en su padre, fue una mirada veloz y fugaz la que le permitió dar con esa imagen del hombre dando un salto hacia un auto en movimiento, no pudo gritar, ni llorar porque no parecía tener sentido.
—¿Y tu padre? —la madre se acerca temblorosa —¿Dónde está tu padre? —lo sacude con histeria.
Los ojos del niño se abren en grande al verla abrazando un zapato con la nariz sangrante.
—Está muerto.
Siempre se arrepentirá de esas palabras, no tenía idea del porque fue tan insensible, podía culpar a la edad, pero siempre fue un niño inteligente al igual que sus hermanos y el cuidar sus palabras era importante para ellos ¿acaso fue por el momento? El niño no lo sabía, pero se arrepentía de todo.
[Las tasas de suicidio en alfas aumentan en un 35% en los últimos días, la preocupación crece y se especula que el hecho de que ocupen la mayoría de los cargos es un factor determinante por el exceso de trabajo de estos]. Habla la periodista rubia con un traje rojo fuerte y un lunar cerca del labio.
[Las investigaciones sobre una posible epidemia inician en busca de la causa de la muerte de miles de alfas al día]
[Querían bailar hasta el suelo y bailaron hasta el cielo. Horror se desata en discoteca donde 124 alfas pierden la vida y 12 se recuperan en hospitales].
[Escuelas han sido cerradas después de decenas de casos de suicidios colectivos en los estudiantes alfas].
[¡Insólito! un millón de alfas muere en un solo día].
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Todos Sufren
FantasyUn mundo sin la existencia de los alfas es el sueño perfecto que se convirtió en una macabra pesadilla.