01: ❝ El inicio.❞

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Atsumu Miya ama a Hinata.
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Desde que los ojos avellana del Miya mayor se posaron por primera vez en Hinata Shoyo, se sintió increíblemente cautivado.

- ¿Quién demonios es él?

Aunque el jugador del Karasuno apenas pasaba el 1.63 irradiaba un aura intensa que provocaba una devorante presión, era algo abrumador, pero eso... le encantó.
Hinata era alguien interesante por naturaleza, y él alguien caprichoso, "¡No podía evitar quererlo!" eso debió pensar.
Por su parte, "Es un maldito chiflado." era lo único que la mente de Osamu repetía mientras los ojos brillosos de su gemelo se enfocaban de manera aterradora en el aún desconocido peli naranja.

Y no paró, ni siquiera cuando el silbato que da inicio al partido entre el Inarizaki y el Karasuno resonó en la gran cancha.
Desde el primer hasta el último segundo de su partido juntos estuvo atento a todo acto impresionante que el pequeño chico realizaba, incluso a sus metidas de pata algo vergonzosas, verlo saltar sin golpear la pelota fue una revelación graciosa y a su modo cautivadora.

O quizá Miya sólo estaba cayendo loco por el chico.

Los demás integrantes del Inarizaki estaban sinceramente confundidos cuando entre puntos su colocador estrella parecía celebrar las habilidades innatas de su contrincante, demasiado entusiasta. De entre sus labios se escapaban palabras de aliento y suspiros maravillados, algunos ya ni siquiera discretos, pero aunque estaba un poco perdido en él, nunca se contuvo de ir en serio, lo dieron todo contra ese equipo.

Para su desgracia, perdieron, aunque quizá ¿Atsumu ganó?
Para él fue un sacrificio que tendría su recompensa a largo plazo, un ganar-perder justo.

El Miya mayor honestamente anhelaba que Hinata fuera parte de su equipo, o quizá no le importaba lo suficiente, sólo quería que fuera SU rematador.

¿Es que acaso todos los jugadores de voleyball tienen la percepción de convivencia, amor y amistad alterada?
¿No saben diferenciarlos?

Fue gracias a su conocida personalidad indiscreta que pudo ser capaz de hacer lo que a su punto de vista, era la mejor declaración de amor que podría hacer.
Quería jugar con él, quería colocar para él.

- Shoyo-kun - El chico que hasta ahora no era consciente de las dobles intenciones de quien era conocido como el mejor setter de preparatoria se dió la vuelta hacia él en cuestión de segundos. Estaba luciendo como una bella y brillante revelación universal que había surgido sólo para el rubio.

Sí, Atsumu era un filósofo romántico esa mañana.

- ¿Sí? - Su expresión era confusa, primero que nada porque se había tomado la libertad de llamarle por su nombre apesar de no haber tenido ni una sola conversación antes, aunque eso no le impidió ser respetuoso y dirigirse a él.

- Algún día, colocaré el balón para ti.- Carraspeo con una sonrisa convencida, no era una propuesta, era una advertencia.- Pero prepárate, porque te aplastaré en el intercolegial.

Eso fue, la declaración de guerra.
La que alteró a todos esos jugadores locos por la alegría personificada, a aquellos que ni siquiera sabían que podían sentir esa sensación rara de posesión.
E incluso sin sentir algo romántico por Shoyo, el aura amenazante del gran Atsumu hizo que el Karasuno completo le devolviera la mirada con esa tensión peligrosa que llenó la cancha.

¿Quién diría que esas palabras trajeron un gran problema a la vida entera del aún muy pequeño Hinata?

Para él, para el Karasuno, para aquellos "amigos" y no tan amigos de otros equipos, y en ese momento, una guerra para Kageyama que se había quedado en la primera oración que pronunció una persona que no le terminaba de agradar desde la primera vez que conoció.

Shoyo es amado. | Hinata Shoyo x allDonde viven las historias. Descúbrelo ahora