Capítulo 3 : Eres linda

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Mis padres se miraron entre ellos, una mezcla de alivio y sorpresa en sus rostros. Supongo que esperaban más resistencia de mi parte, pero después de lo de Emily, estaba dispuesto a aceptar cualquier cosa que me mantuviera ocupado y me hiciera olvidar.

—Bien, Jaylen. Haremos los arreglos necesarios—dijo mi padre, su voz más suave de lo habitual—. La cena de compromiso será este fin de semana. Catriel y su familia vendrán a nuestra casa.

Asentí, sintiendo una extraña mezcla de nerviosismo y determinación. No conocía a la hija de Catriel, apenas sabía su nombre. Se llamaba Katerina, si no me equivocaba. Intenté recordar algún momento en el que nos hubiéramos cruzado, pero no vino nada a mi mente.

Esa noche, en mi cuarto, me encontré pensando en cómo había llegado a este punto. Mis pensamientos volvieron a Emily, a cómo todo se había desmoronado entre nosotros. No quería volver a ese lugar oscuro. Tal vez este compromiso forzado sería la manera de salir adelante.
Llamé a Lucan para que me sacara de casa, estas cuatro paredes me volvían loco.

El fin de semana llegó más rápido de lo que esperaba. Me vestí con el traje que mi madre había elegido para la ocasión y bajé las escaleras, donde el bullicio de la preparación para la cena llenaba la casa. Mis padres estaban en la entrada, esperando ansiosamente a los invitados.

Cuando el timbre sonó, sentí un nudo en el estómago. Mi madre abrió la puerta, y allí estaba Catriel con su esposa Karina y, detrás de ellos, Katerina. En cuanto la vi, sentí una punzada de sorpresa. No era como la había imaginado.

Katerina tenía una presencia tranquila y reservada. Su cabello largo, de un negro azabache y brillante, caía en suaves rizos sobre sus hombros, enmarcando un rostro de rasgos delicados pero definidos. Sus ojos, de un intenso color gris, tenían un brillo fascinante y profundo, como si ocultaran un mundo de pensamientos y emociones internas. Vestía un elegante vestido negro que destaca su esbelta figura, y llevaba un collar sencillo pero elegante que añadía un toque de sofisticación a su apariencia.

Había algo en ella, una especie de fuerza oculta, una firmeza en su postura que contrastaba con su evidente timidez. Sus movimientos eran pausados y medidos, como si estuviera constantemente evaluando su entorno.

—Jaylen , quiero presentarte a Katerina—dijo Catriel con una sonrisa amplia.

—Encantado—dije mientras me  extendía la mano y la bese en sus delicadas manos.

por un momento, nuestras miradas se encontraron y me dedicó una pequeña sonrisa. Sentí una conexión inmediata, como si pudiéramos entendernos sin necesidad de palabras. Había en ella una mezcla de calidez y reserva que era difícil de ignorar.

Me iba obsesionar

—Hola—murmuró Katerina, apenas audible.

—Hola—respondí, tratando de sonar lo más amable posible.

La cena fue un evento lleno de formalidades. Noté que Katerina y yo compartimos algunas miradas tímidas. Parecía tan atrapada en esta situación como yo, pero también parecía dispuesta a hacer lo mejor de ella. Necesitaba hablar con ella sin la presencia del resto, así que la llevé al balcón de la casa después de que nos sirvieron el postre.

—¿Te gustó el postre? —pregunté, tratando de romper el hielo.

—Sí, estaba delicioso—respondió ella, mirándome  con una tímida sonrisa.

—¿Te gusta la cocina? —continué, esperando mantener la conversación.

—Un poco. Me gusta más la repostería—dijo ella, sus ojos grises brillando un poco más.

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⏰ Última actualización: Jun 02 ⏰

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