Viajero Perdido - [Cinco y T/n]

Cap. XX: Promesas.

----˚ ⟢ .˚ ----⭑✿⭑----˚ ⟢ .˚ ----

¿Cómo te explico? Como te explicó qué para mí no es fácil decir lo que siento. Deseo contarte mi dolor y que puedas curar esas heridas que hasta hoy no han cicatrizado. Desde pequeño aprendí a guardar lo que siento, tanto que olvidé lo que era siquiera sentir algo. Que en mi cabeza hay engranajes que no paran de girar. ¿Cómo te explicó que me da miedo sentir este amor que siento por ti, mi amada princesa?"

----˚ ⟢ .˚ ----⭑✿⭑----˚ ⟢ .˚ ----

Dilan entró a la habitación dispuesto a hablar con Klaus de una buena vez.

Desde que Klaus había ido prácticamente corriendo a cuidar a Cinco, ellos no habían podido hablar de nada. Al inicio, se calmó pensando que sería uno o dos días, pero eso no fue así.

Y eso... jodidamente, tenía a Dilan desesperado.

Klaus se detuvo en su acción de tratar de acomodar su cama para dormir cuando sintió al contrario entrar. Suspiro sin voltear a mirar y cuando quiso seguir su acción una mano cálida tomó la suya.

—No hemos podido hablar. Me has evitado —reprochó suavemente.

—No quería presionarte —pronto miro como el contrario se postraba frente a él.

—Deseaba que lo hicieras. Me costó mucho armarme de valor para venir a ti. Suena cobarde, pero ya no aguanto más sin poder aclarar esto.

—¿Esto?

—Klaus... —miró atentamente a sus ojos—. Estoy asustado, esto se siente muy bien. Tu presencia, tu tacto, tu voz... Esto es tan cálido. Y aterrador —ambos rieron.

—Supongo que eso está bien...

—¿Esta... bien?

—Si, no está mal amar a otro, Dilan.

Pronto una lágrima recorrió la mejilla de Dilan, y aun con una sonrisa, Klaus la retiró con una caricia.

—¿Pasa algo mas? ¿Algo que te preocupe además de eso?

—Que... ¿Qué pasará cuando tengas que irte? Me abandonaras.

—Dilan...

—Me asusta este sentimiento, pero me aterroriza más saber que te iras y me dejaras. Comienzo a amarte, Klaus. De verdad que lo hago.

—Creo... —sollozo—, que también comienzo a amarte, Dilan.

Pronto los labios de ambos se unieron y las manos cálidas de Klaus llegaron a las de Dilan.

Ambos sonrieron.

Dilan paseo las manos por encima de los brazos de Klaus, y acarició con parsimonia.