Viajero Perdido - [Cinco y T/n]

Cap. XVII: Celos.

----˚ ⟢ .˚ ----⭑✿⭑----˚ ⟢ .˚ ----
Cuando era adolescente, siempre supe que no podría ser feliz, ninguno de mi familia podríamos serlo, eso estaba previsto desde nuestro nacimiento. Todo lo que tocamos se destruye y eso es lo que me asusta al tenerte
----˚ ⟢ .˚ ----⭑✿⭑----˚ ⟢ .˚ ----

Klaus entro a la habitacion siendo ignorante de lo que pasaba en el exterior, y fue ahí fue cuando se encontró a Dilan, quien sonrió tímidamente al verlo.

—Klaus...

El nombrado le sonrió y se acerco al contrario teniendo una distancia que puso incomodo a Dilan, quien de inmediato se alejo.

Ante esto, Klaus sonrió tristemente.

—Lo... lo siento, yo... esto es muy nuevo para mi...

—Dilan... —le interrumpió suavemente viéndolo atento—. Desde hace unos días eh querido preguntarte algo.

Se miraron atentamente hasta que finalmente Klaus murmuro:

—¿Por qué piensas que soy enfermo?

Ante esta pregunta, Dilan parpadeo confuso.

—Se que quizá pareciera que nada me importa, y si, era así antes, pero ahora..., me importas y eso me asusta. Porque lo que me digas me afecta, que me odies me duele. Y lo que pienses de mi... me importa.

Klaus comenzó a respirar agitado al no tomar tiempo para respirar correctamente, por lo cual, Dilan opto por colocar una mano en su mejilla.

—Lo siento... —murmuro—. Fue idiota decir aquello, es solo que... hubo un momento en mi pasado en el que me hicieron pensar que ser... gay estaba mal.

—¿Algún día me dirás que...?

—Si, pero no ahora. Yo... no estoy preparado para eso y...

Dilan suspiro rendido, y lamiendo sus labios organizo sus pensamientos.

—Escucha, Klaus. No pienso que seas enfermo, no me da asco que me toques o te me acerques, es solo que... esto es nuevo. No se como sea tu línea temporal, pero aquí no es tan facil.

Los ojos del chico se cristalizaron y Klaus se dedico repartir suaves caricias.

—Y duele saber... de lo que es capaz la gente por ver algo que no es "normal" a sus ojos. Y estoy asustado.

—¿Asustado?

—Si, de... de esto. De esta nueva faceta, de la gente ahí fuera, del que dirán, de lo que... lo que siento por ti.

Dilan bajo la mirada y son un suspiro cansino, murmuro apenas:

—Me asusta quererte y que un día, simplemente me dejes.

—No voy a dejarte.

—Eso dices ahora..., pero tu no perteneces aquí, y lo sabes.

Y era cierto.