Me encontraba en mi taller, haciendo un precioso vestido para una clienta, era verde claro, de tirantes y una bonita cola de tela casi transparente. Me encantaba hacer trajes y vestidos, desde pequeña me enseñaron, y siendo una hacedora resultaba mucho más facil de lo que cualquiera podría imaginar. A mi lado estaba Ian, un chico que trabajaba con mi padre, un hermano para mi. Los dos estabamos emocionados por la fiesta de cumpleaños del principe Nikolai, a la cual nos habían invitado a mi familia y a mí.
-¿Rosa entonces?
Me preguntó Ian.
-Claro, que remedio, no me dejas probar otro color.
-Es que el rosa te queda de maravilla.
-Si tú lo dices.
Los dos nos reimos.
-¿Crees que el príncipe se casará con la Santa del Sol?
Me preguntó.
-No tengo ni idea, tengo muchas ganas de conocerla. Pero en todo caso, imaginate una Grisha como reina, eso haría cambiar muchas mentes.
-Eso espero. Me encantaría ir, pedirle un baile a una hermosa doncella, como Lily, la hija del cazador; y bailar hasta estar cansado. Luego iríamos algún lugar tranquilo para hablar.
-Y puede que su padre te peguase un tiro
Se pudo rojo, lo que provocó mi risa.
-Ojalá alguien quisiera bailar conmigo.
-¿Y tu prometido?
-Sabes que Lord Grigory odia bailar, la última vez solo aprovechó para estar cerca de mi, que desagradable.
-Aún no entiendo por qué aceptaste casarte con él.
-Fue cosa de mi madre, yo no quería, no quiero. Si mi padre siguiera vivo no lo hubiera permitido.Ambos seguimos hablando mientras trabajábamos en distintos trajes. Los llevamos todos con cuidado hasta un carruaje que esperaba en la puerta de mi casa, listos para llevarselos a los clientes.
Entonces llegaron mi madre, una mujer alta, de rostro estrecho y puntiagudo con unos hermosos ojos color verde y el cabello rubio más hermoso que he visto nunca; y Lord Grigory, un hombre un poco más mayor que mi madre, por su cabello ya empezaban a verse algunas canas, en cambio su barba seguía intacta.
-Buenas tardes chicos.
Nos saludó mi madre, Grigory se adelantó a ella, cogió mi mano y deposito allí un beso.
-Buenas querida.
-Hola, Grigory.
Mi madre miró los vestidos que los criados metían en el carruaje.
-¿El reparto?
-Así es señora. -contestó Ian- Ahora nos dirigíamos a entregarlos.
Dijo mirándome. Grigory le lanzó una mala mirada, no soportaba verme cerca de Ian, o de cualquier otro hombre más bien.
-No es necesario que la señorita Ivanov te acompañe. -luego se dirigió a mi.- Cuando nos casemos el mes que viene solo tendrás que preocuparte por cuidar de mi y de nuestros encantadores retoños, por fin podrás olvidarte de este negocio.
-Pero- me vi interrumpida por la dura mirada de mi madre. -Claro.Finalmente conseguimos salir de la villa. Me había negado a abandonar la casa de mi padre antes del matrimonio, el cual deseaba con todas mis fuerzas que no llegara. Pero era inevitable.
-Ian, ¿soy mala si deseo que mi prometido tenga un horrible accidente de caza?
-Hombre, a ver, esos muy buenos deseos no son, perdona que te diga. -suspiré. -Pero no, no eres mala, eres la mejor persona que conozco.
Nos dirigimos una sonrisa fraternal el uno al otro. Más tarde me preguntó por la discusión que tuve con mi madre la noche anterior, y es que ella no estaba muy de acuerdo en que invitara al cazador y a su familia a la casa ese día, ¿como no iba a hacerlo? El señor Petrova había sido amigo de mi padre desde siempre, nos solían vender las pieles de los animales para hacer ropa. Mi madre también había sido amiga suya, pero desde que me prometió con el Lord se había olvidado de ellos. Según ella ya no estaban a nuestro nivel, además que nosotros siempre nos habíamos codeado con la familia real de Ravka, cosa que muchos solo pueden soñar.Pasamos toda la tarde entregando los encargos, todos alabaron mi trabajo.
-Es tan hermoso, sabes perfectamente como fundir los colores. -me dijo una, otro dijo que su traje era digno de un rey, de hecho era parecido al que hice para Vasily en su último cumpleaños. -Tienes unas manos divinas para la costura- decían. -Lo tuyo es un don de los santos. - todos decían lo mismo, pero me encantaba ver sus sonrisas al ver su ropa, y mucho mas cuando se la probaban, esa sonrisa, esa alegría de sentirse feliz, hermosa o bello, era mejor que todo el dinero que me daban. Aunque el dinero tampoco estaba mal.
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𝐌𝐈 𝐏𝐎𝐄𝐓𝐀
ФэнтезиT/N Ivanov es la única hija de Ivanov Volkish, un comerciante amigo de la realeza la cual está prometida con un viejo Lord. Pero un día, llegan a la puerta de su hogar la familia real, Nikolai, él llevaba consigo a un poeta y guerrero shu que desde...