5. Espera un poco...

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Para aclarar, el texto en negritas y con asteriscos son mensajes de texto.

Max POV

**Max, contéstame por favor, ¿por qué me estas ignorando? **

**Por favor necesito saber si estas bien, contesta el teléfono**

**Compórtate como un hombre adulto y contéstame**

**Acabo de ver las fotos, te lo juro que no es lo que parece, Max por favor contéstame**


Mientras Max corría, mensaje tras mensaje seguía llegando, estaba increíblemente molesto y decepcionado, Sergio le había mentido, le pidió que confiara en él y lo traicionó.

- ¿Todo había sido una mentira? ¿Quién de verdad era esa mujer y porque de repente estaba con él todos los días? -

Este pensamiento rondaba como un cáncer en su cabeza, quizá una amiga, quizá una enamorada, no lo sabía, las palabras de Sergio eran unas pero sus acciones eran otras.

Sabia y entendía que Sergio quizá no estaba claro en su sexualidad, era verdad que esta experiencia era nueva para los dos, ninguno había estado antes con un hombre, pero entonces por que él si se podía aceptar y no dudaba, era fácil, era natural.
En cambio, Sergio de repente lo cambio por una mujer, una que nunca había visto en su vida, se sentía asqueado.

Continuó ignorando los mensajes de Sergio, prefería seguir entrenando para la próxima carrera, tenía que entrenar su cuerpo y su mente ya que lo vería de nuevo en Canadá y no quería caer en sus mentiras de nuevo, sabía que cuando lo viera, cuando viera esa sonrisa, todo se iba ir a la mierda, porque esa sonrisa estaba diseñada específicamente para desarmarlo.

**Max, que estás haciendo? te dije que confiaras en mí y ahora no quieres contestar mis llamadas, por favor cariño, contéstame***


Max estaba molesto, pero decidió contestar ese mensaje, solo para dejar en claro que no lo manipularía.

**Sergio, por favor deja de contactarme, no me digas cariño, soy simplemente tu compañero de equipo. Tú lo has decidió así al pasearte con esa mujer. Si quieres hablar nos vemos el jueves como siempre, pero que te quede claro, ¡tú y yo ya no tenemos nada! **

Tomo cada onza de fuerza de su cuerpo escribir ese mensaje, su rostro hirviendo de dolor y coraje, las lágrimas continuaban, quería ser fuerte, pero en realidad estaba destruido, días después de ver esas fotos también había páginas de chismes diciendo que Sergio y Alex ya eran pareja oficial, detallaban como se conocieron, y lo mucho que estaban disfrutando su tiempo juntos en México, honestamente no sabía si era verdad o no, pero el tan solo leerlo y ver las fotos lo carcomían por dentro.

**No seas ridículo, tú sabes que no te he cambiado, Alex es parte de mi grupo de amigos, no es mi novia ni estoy saliendo exclusivamente con ella, por favor créeme**


Leyó el mensaje, pero ni lo contestó, pensó que las palabras de Sergio quizá si eran verdaderas, después de todo, la sonrisa en las fotografías se veía distinta, no sabía cómo explicarlo, pero no era la misma sonrisa que siempre le regalaba a él, algo en su interior lo sabía, pero estaba demasiado dolido como para aceptarlo fuera de su subconsciente.

Apagó el teléfono, de dispuso a ducharse para ir a dormir, dentro de la regadera con el agua fresca sobre su cuerpo, cualquier rasgo de adrenalina causada por el fuerte ejercicio y la poca fuerza que le quedaba, se desvanecieron, dejándolo desnudo y vulnerable, se abrazó así mismo mientras las lágrimas hacían acto se presencia, no sabía por qué estaba sintiendo esto, Sergio tenía razón, solo habían estado juntos de esta manera un par de meses, pero para Max, habían pasado años de añorar a la distancia, lo veía por ahí cuando era semana de carrera, hacia lo posible para buscarlo y hablar con él, solo conversaciones amenas, solo para que supiera de su existencia.

Sergio siempre había sido muy amable, a decir verdad, el más amable de todos, siempre tenía una cálida sonrisa para él, había días en los que Max podía jurar que le coqueteaba, lo veía de cierta manera, justo como ahora sabía que eran sus miradas traviesas, pero nunca se atrevió a dar ese siguiente paso, no sabía en realidad que pasaba por la cabeza de Sergio, pero definitivamente para Max, había mariposas en su estómago, anticipación para verlo, al menos de lejos.

Cuando se enteró que sería su nuevo compañero de equipo, no cabía de felicidad, el sentía que todos los astros se habían alineado a su favor, ahora lo tendría solo para él, podría convivir con el siempre, cualquier excusa sería buena.

Siendo compañeros Max se sentía en paz, era feliz, además de un coequipero que de hecho aportaba al equipo, aportaba a su persona, desde que estaban juntos, él lo ayudo a madurar, a calmar su temperamento, él lo hizo un campeón y, sobre todo, él lo hizo un hombre.

Pero también había algo... íntimo entre ellos, su amistad era fuerte, pero Max no sabía si los coqueteos mutuos, a veces muy públicos, y los privados rondando en avanzadas que dejaban a Max extremadamente confundido y a punto de arriesgarlo todo, pero ¿eran solo eso?, ¿inocentes coqueteos? así como los de todos estos años, en donde sabía que una simple sonrisa de Sergio podía derretir a cualquier tempano de hielo, o su voz suave tan suave como mantequilla lo doblegaba.

Estaba confundido, pero al mismo tiempo extrañamente decidido, así que aquella noche puso las cartas sobre la mesa, no quería merodear entre el deseo y lo prohibido, quería comprobar si Sergio sentía lo mismo que él.

Ya lo había tocado antes, pero nunca así, nunca con intención, en esa SUV mandó al diablo sus dudas y se aventó un clavado a un mar profundo del cual ya no podía salir, cuando Sergio sin palabras confirmo que lo que él sentía también era deseo, Max simplemente se dejó caer, sin dudas, sin remordimientos, nada, simplemente era suyo y Sergio lo sabía, lo poseyó sin ningún tapujo, eran ellos dos contra el mundo.

La manera en la que Sergio lo miraba, lo tocaba, le hablaba, era tan perfecta, en su corazón no había duda alguna de que ambos sentían lo mismo. - Solo una persona que ama a otra, acaricia de esa manera, besa de esa manera- se dijo así mismo, reviviendo cada momento juntos, para Max era inconcebible que Sergio no lo amara, su sonrisa dulce, sus ojos tiernos, sus caricias tan delicadas como si tuviera miedo a romperlo, pero al mismo tiempo, cuando lo tomaba, cuando lo hacía suyo, la fascinación y adoración por su cuerpo no pasaban desapercibidas, las palabras dulces y amorosas que se dedicaban en el acto solo hacían que el vínculo fuera más fuerte, Max creía que era indestructible.

Estos pensamientos, en vez de entristecer a Max, lo hicieron cuestionárselo todo,
- ¿una persona podía mentir así de fácil? - Se preguntaba una y otra vez.
Quizá eran sentimientos verdaderos, pero Sergio solo estaba muy asustado para admitirlo, después de todo, Sergio mismo se lo había repetido un par de veces, para él no era fácil.
Pero entonces por que desde un principio no se lo dejó claro, ¿porque no le dijo? -no te enamores de mí, no puedo corresponderte- ¿porque simplemente no se lo dijo? Max pensó que le había dado todo el amor que tenía para ofrecer en ese corto tiempo, estaba preparado para darle más, ¿acaso Sergio lo tomo, pero no le podía responder?

Estas preguntas se repetían una y otra vez, se mezclaban con los recuerdos hermosos que tenían, toda la luz, todos los colores, todos los aromas que le recordaban a él. Pero ahora el mundo era gris, no tenía sentido, la confusión, la tristeza estaban contaminando, su una vez mundo perfecto.

Saliendo de la ducha, se acostó con los ojos abiertos viendo al techo, ahora más confundido que nunca, necesitaba hablar con Sergio, no lo quería perder, no quería que se robara su felicidad, su luz... su amor.

Necesitaba saber todo, sus razones, motivos, sus sentimientos, si todo lo que vivieron era mentira, porque no habían sido solo los últimos meses, habían sido ya años de interés mutuo que había culminado en unas noches en donde se sintió que sus almas por fin hacían comunión con sus cuerpos.

Them...all AloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora