Mayra Caruso, la hermana de Juani, lo acompaña a España a rodar una película. Conocé a Francisco Romero, un chico que al principio le parecía dulce. Pero cuando tenía momentos privados con él, era el ser más despreciable.
¡Ficción! No busco incomoda...
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Hoy, hoy era el día en el que mi corazón se rompía.
Hoy Francisco iba a presentarnos a Josefina.
Creo que llega en diez minutos. —No te pongas así, May.-Me dijo Alfo, al ver como estaba.
¿Cómo estaba? Enojada.
—Llegó.-Aviso y la rabia aumento en mí.
Bajo, y a los pocos minutos, llegó con una chica de pelo corto, pelinegra y muy linda.
—Mucho gusto, soy Josefina. Me pueden decir Sefi.-Sonrió y dejo ver sus dientes blancos y perfectos.
Todos nos presentamos.—Un gusto, soy Mayra y me podés decir May.-Dije sonriendo.
— Mucho gusto, May.-Me sonrío.
RATO DESPUES.
Estoy harta, me quiero ir. Pero, una propuesta por parte de Pau me llama la atención.—¿Y si vamos al boliche?
—Eu, yo si, me re copo.-Todos dijimos que si, hasta la pareja.
—¿Y a qué hora vamos?-Preguntó Rocco.
—A las 22 nos vamos. Vayan a prepararse que son las 20.
Y con eso, me fui. No sé si los demás se quedaron ahi.
Subí a mi pieza y me busque ropa para meterme a bañar.
Elegí un vestido pegado, con escote y de manga larga con unos borcegos.
Me metí a bañar, tarde como media hora y después salí.
Me cambié y me peine.
—¿Puedo?-Hablo Juani desde el otro lado de la puerta.
—¡Si!-Le respondí y entro.
—Que linda, hermanita.-Sonrio.—Escuchame,-Me dijo para que le dé atención.— Hoy no te aloques, no hoy. Nada de alcohol, ni de cigarrillos, ni de aceptar cosas de desconocidos.
—Juani, soy más grande y sé lo que hago.
_La vez que te metiste dos fasos, sabiendo que lo eran no parecía.-Me jodió, pero lo decía de verdad.
—No voy a hacer nada.-Aseguré.
—Más te vale, y espero que si lo haces no sea por Fran.
Dicho esto, se agarró su ropa y se fue a bañar.
Bufé y terminé de arreglarme, vi la hora; 21:34PM
Fua, ¿tanto tardé?
Baje al último piso, dónde ya se encontraban; Mati, Male, Rocco, Pau, Della, Santi, Luciano, Pipe, Blas, Pardella, Francisco y Josefina.
Solo faltaba Ju y nos íbamos.
—¡Ya estoy, ya estoy, ya estoy!-Dijo corriendo hacia nosotros
