Íbamos de compras, disfrutando de una tarde libre en el centro comercial. Malachi, Grace, Tyler, Noah y yo recorríamos las tiendas, bromeando y riéndonos. Nos habíamos convertido en un grupo muy unido y solíamos salir juntos siempre que podíamos.
Al pasar por una boutique, un vestido rojo en el escaparate llamó mi atención. -Ese vestido rojo está precioso- dije, deteniéndome para admirarlo.
Grace se acercó y asintió. -Sí, yo creo que te quedaría genial-
Tyler, siempre el payaso del grupo, se metió en la conversación. -Pues no creo, la verdad se me vería mejor a mí- dijo mientras hacía una pose exagerada, sacando las pompis.
Noah, riéndose, lo siguió con el juego. -Sí, amigui, se te vería increíble-
No pude evitar reírme ante la escena. -¡Ay, obvio no, envidiosas!-
Fue entonces cuando Malachi, con una sonrisa juguetona, añadió: -Envidiosa tú, preciosa-
Algo en su tono y en la forma en que me miraba me hizo sentir un poco extraña no se el porque. Decidí hacerme la ofendida. -Ok, Malachi, no me hables- dije, fingiendo molestia y comenzando a caminar más rápido con los brazos cruzados.
Detrás de mí, escuché a Malachi llamarme. -No, Madelaine, ven acá-
Ignoré sus palabras, tratando de mantener mi papel. Sin embargo, no estaba preparada para lo que hizo después. -Ey, ven acá- repitió, y al ver que no le prestaba atención, aceleró el paso. Antes de que me diera cuenta, me había alcanzado y, en un movimiento rápido, me levantó como si fuera un costal de papas.
-¡Malachi, bájame!- protesté, golpeándole suavemente la espalda con los puños, aunque no pude evitar reírme.
-Solo si prometes no estar molesta conmigo- dijo él, con una sonrisa en su voz.
-No estoy molesta- admití, riendo. -Solo estaba jugando-
Él me bajó con cuidado, pero no antes de girar sobre sí mismo, haciéndome dar una vuelta en el aire. Cuando finalmente mis pies tocaron el suelo, me sostuvo por los hombros, mirándome a los ojos. -Lo sé, pero tenía que asegurarme-
Nos quedamos así por un momento, mirándonos fijamente. Sentí un calor subir a mis mejillas y me di cuenta de lo cerca que estábamos. Antes de que la situación se volviera incómoda, Grace interrumpió, acercándose con una sonrisa.
-¿Todo bien aquí, chicos?-
Asentí, soltando una risita. -Sí, todo bien. Solo Malachi siendo Malachi-
El resto del grupo se unió a nosotros, y seguimos nuestro camino por el centro comercial. Tyler y Noah continuaban con sus bromas, haciendo poses ridículas frente a los espejos de las tiendas y manteniendo el ambiente ligero y divertido.
Finalmente, nos detuvimos en una cafetería para tomar algo. Nos sentamos en una mesa grande, todos hablando al mismo tiempo y disfrutando de la compañía mutua. A pesar de las bromas y los juegos, me di cuenta de que había algo especial en la forma en que Malachi me miraba, una calidez y ternura que me hacía sentir especial.