꙳𓏲 𝐈 ˙. ๑

19 4 0
                                    

Jan / 2019

Los días de enero siempre solían ser los más largos para MinHo, especialmente cuando las clases comenzaban y no había más remedio que asistir. El octavo semestre estaba iniciando y no podía estar más ansioso. La Universidad de Medicina podía ser aburrida para muchos pero para él no, desde muy joven quizo ayudar a más personas y sanarlos, salvar vidas.

Lee MinHo, un joven de casi veintidós años, estudiante de Medicina y especializándose en pediatría, sociable, alegre, un chico de "bien" para muchos.

- ¿A qué hora saldremos hoy? - Preguntó a su mejor amigo, Changbin.

- Siete y treinta, ¿puedo llevar a un amigo? Te prometo que no será igual a Jeongin, él es más tranquilo. - Juntó ambas palmas de sus manos en señal de súplica hacia el castaño, quien solamente lo miraba enarcando su ceja. - Por favor, perdóname lo de esa última vez, ¿si? Aprende a superar.

MinHo solo siguió su camino a su respectiva clase, intentaba ignorar las súplicas del más bajo pero era inútil, su voz lo irritaba de vez en cuando... Justo como en esos momentos.

- ¡Bien! Pero si intenta hacer algo indebido, me iré.

El mayor celebró quedándose en su lugar, MinHo solo puso ojos en blanco y entró a su aula. La clase no había comenzado (para su suerte). Suspiró pesado dejando caer su cuerpo sobre la banca de madera, esa que había usado por los últimos cuatro años, para él era perfecta pues estaba justo en el sitio con mejor vista al frente, no estaba en el centro pero tampoco se alejaba demasiado, el aire acondicionado quedaba cerca suyo, la iluminación artificial y natural daban sobre su sitio, tan perfecto.

Las clases transcurrieron con total normalidad, Changbin por su parte no dejaba de mencionar a su amigo del cual MinHo estaba cansado, no lo había tratado y ya insinuaba que era una persona demasiado extrovertida, y aunque él mismo podía llegar a serlo, el hecho de que su mejor amigo estuviera hablando de otro lo molestaba un poco, ¿celos? Quizá, se negaba a admitirlo y que por eso se crearan ideas erróneas, Changbin y MinHo eran amigos desde tercer año en el colegio, ¿cómo podía siquiera pensar en estar con él de otra forma que no sea amistosa? Terminaba en la conclusión de "Somos amigos, si quisiera andar con él ya seríamos novios desde hace bastante tiempo". Muchos en la Universidad murmuraban sobre su extraña relación, y no era para menos, pues sus apodos entre ellos eran "extraños" para personas que solo son amigos.

- ¿Quieres que vaya a tu casa?

- No, mi madre estará ahí y podría meterme en problemas si vas de nuevo, la última vez pensó que... Bueno, tú sabes. - El más bajo soltó una carcajada al recordar aquel día, una de sus manos fue al hombro ajeno sin parar de reír por lo que MinHo lo miraba sin gracia alguna. - No es gracioso, Bin, casi me mandan al otro lado del mundo por tus homosexualidades.

- Hoy estás muy amargado, relájate. Tampoco es que vayas a morir por viajar al otro lado del mundo, vivir solo y sin amigos los primeros dos días.

MinHo lo pensó, ¿qué estaría sucediendo si Changbin realmente lo hubiera besado aquel día? Su madre era una persona bastante reservada, con una mente anticuada como solían decir los amigos de Lee. Jamás en su vida permitiría que su único hijo estuviera en una relación con un chico, al menos mientras él viva en su casa, fuera de ella era consciente de que podría hacer lo que quisiera, sin embargo el repudio y cierto asco hacia su descendiente seguiría en ella. La homosexualidad estaba mal vista en aquel hogar, el padre de MinHo había fallecido por salvar al hombre que amaba, quizá por eso el odio a los gays, pensaba él.

Quizá su vida no sería tan distinta, extrañaría a su mejor amigo, claro, pero para eso existían las redes sociales y teléfonos móviles en sí. No era malo socializando, podía hacer amigos con facilidad y eso estaba más que claro, a donde sea que iba lo conocían como una persona bastante dulce y extrovertida. No podía quejarse sobre su supervivencia, sabía cocinar, administrar correctamente el dinero y trabajar, tampoco tenía vicios.

- Ni lo pienses, si te vas me pego a tí como piojo. - Amenazó.

- Tienes el tamaño, te falta ser negro.

- ¡Racista! No soy tan bajo, mi estatura es buena. - Lo miró de mala gana mientras que el castaño reía a carcajadas. - Tampoco eres tan alto, son sólo 8 centímetros.

- Sí, ya todo el mundo sabe que eso mide.

La risa por parte del castaño resonó por todo el aula vacía, los demás alumnos habían salido hace ya un par de minutos y como era costumbre, MinHo esperaba a Changbin pues siempre tardaba en recoger sus cosas así solo sea un bolígrafo y su libreta (en la cual jamás tenía apuntes), simple decoración del pupitre.

Ambos universitarios salieron de aquellas instalaciones y cada uno comenzó su camino a su hogar. Había una pregunta que MinHo se hizo todo ese trayecto, ¿Quién será ese nuevo amigo? Parecía ser importante o al menos relevante, lo mencionó demasiado en la mañana y parecía estar más emocionado que él, ¿será tan bueno como dice? ¿Podría caerle bien? Tenía ciertos celos por la forma en la que Changbin le contaba de él. No es que le gustara, pero siempre había sido solo él, tenía exclusividad y era sorprendente que de un momento a otro sus temas de conversación sean mayormente sobre el misterioso joven que conocería esa misma noche.

- Es viernes, ¿qué podría salir mal? Debo disfrutar mi fin de semana.

Intentó animarse y despejar su mente. Realizó sus deberes, toda la tarde estuvo convenciendo a su mente de que en realidad aceptar que vaya aquel extraño no era algo malo, todo saldría bien y tendría otro fin de semana agradable. Lee MinHo brillaría nuevamente en aquella fiesta.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tell Me You Love Me || HyunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora