CAPÍTULO 2

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— A ver, Gina, es que tú te pasas. Llegaste ayer y ya te fugas — me dijo mi prima con una sonrisa que demostraba su satisfacción por exagerar.

Estaba en mi cuarto, mi nuevo cuarto, esperando escuchar la voz de mi abuela llamándome por el pasillo. Gracias a Dios la llamada que me hizo era para preguntarme si ya había llegado a la casa, pues ella había salido y estaba preocupada. Yo, la menos mentirosa, le había dicho que sí, que ya estaba llegando, cuando en realidad no tenía ni idea de qué camino tomar. Así que lo primero que hice fue llamar a mi prima para que me recogiera.

— Salí a dar una vuelta, que es distinto — le dije girando los ojos, mientras me acomodaba en la cama.

— Una vuelta que te llevó a conocer a la oveja negra de la familia, ¿Cómo... cómo es que fuiste a parar allá?

— No lo sé, es una historia bastante simple, la verdad, lo interesante aquí es él, o sea, Roy. Él es normal... — le dije a Belys, extrañada

— ok... ¿Y por qué no sería normal?

— Me refiero a que la faceta que ví de él ayer es completamente opuesta a la que ví hoy. Él, en un principio, hasta se portó amable.

— pues sí... — Dijo Belys pensativa. Sus ojos se deslizaron de los míos hasta mi cuello de forma inconsciente — Él es diferente, sí, pero no en mal sentido. No es el típico chico amable y cariñoso, pero tampoco es la mala persona que dicen que es. Simplemente no le ha tocado fácil en la vida...

Me quedé pensando en eso. “Mala persona” A juzgar por sus actos, cualquiera lo pensaría, pero solo el que es capaz de ver más allá de lo usual se daría cuanta del sufrimiento que esconde. Al parecer Belys era capaz de percibirlo, tal cómo yo lo hacía.

— ¿Has hablado con él? — le pregunté.

— Una que otras veces, y me ha pasado igual que a ti. Él no es para nada grosero cuando no está su mamá cerca. 

— Me gustaría, señorita Belys — una sonrisa pícara se dibujó en mi rostro — que me informara, por favor, de todos los detalles concernientes al joven involucrado en el caso, cuya familia lo rechaza y yo todavía no comprendo muy bien el porqué.

— Ok, señorita Gina Barrios de la Caravana, póngase cómoda, que ya va a comenzar uno de los mejores casos del repertorio de la Rosa de Guadalupe.

Nuestras carcajadas inundaron el interior, y por fin me sentí feliz desde que había llegado.

Resulta que Roy fue un hijo que tuvo Erika fuera del matrimonio con Julián estando casada con él, es decir el pobrecito fue producto de un cacho, de ahí que su padrastro lo tratase injustamente mal, a decir verdad lo trataba como a una mierda. Cuando Roy cumplió 7 años, su propia madre, que no aguantaba la culpa ni la voz de su esposo a diario reprochandole su infidelidad, decidió regalar a Roy. Roy pasó a manos de su maestra de kinder, una mujer humilde que había quedado impactada con su inteligencia, pero sobre todo con la vida que llevaba el pequeño. Está maestra se llamaba María, tenía 35 años y era una solterona, que nunca había tenido hijos y que no le había ido muy bien en el amor. María se murió cuando Roy tenía 13 años, así que a Erika no le quedó de otra que volver a hacerse responsable de Roy. Solo que está vez sería diferente, Roy ya no era un niño pequeño, era rebelde, odioso y detestaba a su madre, pero más aún a su padrastro. Las cosas que sufrió Roy no se conocen con exactitud, Belys supone que hubo agresión física y daño psicológico, sin embargo es algo de lo que Roy jamás cuenta. Lo que sí se sabe es que sus hermanos le hacían la vida imposible, sobretodo Will, el menor, que siempre hacia cosas y hacia ver como que el culpable era Roy. Una noche, Roy se fue de la casa, ya era una costumbre que se escapara por días y luego apareciera más obstinado que nunca, pero esa vez él no volvió. Erika no se preocupó en buscarlo, Julián mucho menos y sus hermanos estaban felices. Y fue ahí cuando el joven Roy, con apenas dieciséis años, se volvió independiente, él mismo consiguió dónde vivir, él mismo consiguió qué comer, él mismo se pagó los pocos estudios que tiene, él mismo se volvió el hombre que es. Y aún así tiene que cargar con el peso de ser la escoria de una historia mal contada.

🥀𝐒𝐈𝐍 𝐏𝐑𝐄𝐉𝐔𝐈𝐂𝐈𝐎𝐒 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora