Pasear de tu mano
por las calles de Madrid.
Nunca antes había sentido algo tan sano.
Siempre he pensado que el amor
debía sentirse así
y no como dolor,
ansiedad e incertidumbre,
y no poder irse de ahí.
No como cansancio
de mover un carro
solo tirado por mí.
Si no como muchas risas
y paseos por Gran Vía,
quién me lo diría.
Es justo lo que de pequeña
siempre he soñado,
tenerte a mi lado.
Es la ilusión cada vez que te veo,
y es que a veces te siento,
te siento y te leo,
y aún no me lo creo.