Todas las flores que me regalaste
solo me querían engañar.
Todos los besos que me diste
ya de nada servirán.
Te crees que no dueles
pero no me has visto al despertar
cuando lloro por tu ausencia
sin quererla recordar.
Me preguntan cómo estoy
y no sé qué contestar.
Pensaba que no te volverías a marchar,
pero ahora eres una cicatriz más.
Te escribo en un diario
cartas para poderme desahogar,
pero nunca es suficiente
si no te las puedo enviar.