𝘼𝙁𝙏𝙀𝙍 𝘿𝙐𝙏𝙏𝙔 𝑰𝑰/𝑰𝑰

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── ¿C-cómo... Lo haremos? ──preguntó el soldado. Su voz temblaba por la calentura más que por la timidez, pues ya estaba tan cachondo que había perdido su pudor, clavando sus dedos en los muslos de Wooyoung para mantenerlo pegado a su cuerpo.

── No te preocupes por eso, deja que las cosas sigan su rumbo. ──le calmó San.

Había algo seductor en la forma en que no despegaba sus ojos de los de Yeosang mientras hablaba o mientras se metía la mano en su pantalón para sacar su verga y dejarla a plena vista del soldado, sobándola un poco y agitándola en su mano antes de acercarla a la de él. Con mucha facilidad envolvió las dos en su mano, tenía una mano muy grande, y comenzó a masturbar ambos miembros juntos; Yeosang lo miró con la boca ligeramente abierta, altamente estimulado por aquel contacto tan íntimo. Sí, ya había cogido con otros hombres, pero de la forma más básica y sosa posible, nunca había tocado a nadie como San y Wooyoung lo tocaban y eso le producía un placer casi morboso. Wooyoung abandonó su lugar detrás de él, juntándose a ellos, entrelazando sus piernas de forma que San pudiera tomarlo a él también. Toda la escena completa era bastante obscena por sí misma, pero con los tres unidos en ese abrazo y sus erecciones erguidas, rozándose entre ellas; se quedaría grabada en su memoria para siempre. Era una fantasía que ni siquiera se había atrevido a tener y ahí estaba viviéndola en carne propia.

── Esto es... Muy... ──jadeó, no quería decirlo en voz alta, pero no podía evitarlo.

── Es una jodida delicia. ──le contestó Wooyoung──. Mierda... Mírate, tan sonrojado y tímido, pero no puedes despegar los ojos de mi verga. ──dijo en broma, con arrogancia, pero bien sabía que esos ojos curiosos y ávidos, miraban la erección de San. Era la más grande de las tres, casi amenazante se levantaba entre ellas, con sus marcadas venas y su rojizo glande goteando un hilillo de líquido preseminal.

── No te preocupes, va a entrar despacio. ──aseguró San, sonriéndole con picardía, casi con malicia. Soltó sus miembros y agarró a Wooyoung de la cintura, acarició su cuello, apretándolo suavemente para acercarlo en un profundo beso antes de darle sus indicaciones──. Siéntate en el escritorio, Wooyoung-ah.

El moreno le hizo caso de inmediato, agarrando bien los bordes de su pantalón para poder caminar sin tropezar y reclinarse sobre el escritorio. San tomó los hombros de Yeosang y lo dejó de frente a Wooyoung; los dos lucían entre confundidos y expectantes, sin poder adivinar lo que tramaba el más alto. Pero cuando empujó la espalda de Yeosang, tomándolo por la nuca y reclinándolo sobre Wooyoung, se hicieron una idea de cuáles eran sus planes. El moreno enseguida bajó sus pantalones de nuevo, tomando su pene con la diestra y la cara de Yeosang con la otra mano, llamándolo hacia él.

San se quedó a sus espaldas, agachado a la altura de su culo, bajando su bóxer y su pantalón militar hasta sus tobillos para tener mejor acceso a él. Paseó su dedo sobre el estrecho rincón del soldado, frotando despacio mientras le apretaba una de sus nalgas con la mano, dejando una marca roja que desapareció a los segundos. Yeosang se tensaba cada vez que el dedo de San le hurgaba entre sus nalgas, pero Wooyoung le hacía reaccionar con una suave bofetada, haciéndole regresar su atención a él.

── Yeosang-ah, no te distraigas... Deja que Choi San haga su trabajo y tú chúpamela. ──pidió, con su sonrisa de diablillo, tan coqueto que cómo iba a negarse alguien a cumplir sus caprichos. La verdad era que Yeosang solo había hecho mamadas una vez, pero sabía lo básico, y en su memoria estaba fresca la imagen de Wooyoung haciéndoselo a San antes de ser descubierto. De todas formas, no había espacio para la vergüenza, sus zonas más íntimas palpitaban con fuerza, dilatándose y humedeciéndose, así que agarró la erección de Wooyoung y la metió en su boca sin pensarlo, dándole una lamida y una sonora succión antes de sacarla. Wooyoung sostenía su cabeza, no importaba si Yeosang era algo tosco, él también estaba demasiado cachondo como para aleccionarlo en esos momentos, y su boca salivaba tanto que sentirlo envolver su erección y empaparle con su saliva, lograba hacerle gemir.

𝘼𝙏𝙀𝙀𝙕 ᛬ 𝘖𝘯𝘦𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴 ݂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora