Tzuyu miró a Sana con confusión, sin entender por qué la mujer aún reconocía el verdadero rostro de Chou Tzuyu y no había estado bajo el efecto del deseo de la mujer con la que había hecho un trato horas antes. Se paseó por la sala de estar con su mirada fija en la rubia, dejando su bolsa sobre el sofá, parecía estar acechándola más que mirándola, sin embargo su mirada penetrante no parecía tener efecto alguno sobre Sana, pues ella continuaba mirándola con sus brazos cruzados y su ceño fruncido, esperando una explicación.
"¿Y bien? ¿No vas a decirme nada?"
Tzuyu negó con la cabeza sin comprender.
"¿Cómo conoces a Chou Tzuyu?"
"¡Ese no es el punto!", la pelinegra frunció su ceño, cruzando sus brazos al igual que Sana y mirándola con sospecha, a lo que Sana giró sus ojos y contestó, "Mi... primo es periodista, lo visité justo cuando Tzuyu fue a su hogar para revelarle información acerca de su hermano Tai, sólo la vi durante unos minutos pero conozco su rostro... ¿Qué le hiciste?"
La pelinegra soltó una risa sarcástica ante aquellas palabras.
"¿Qué le hice? ¿Acaso se te olvida quién soy?", por un momento Tzuyu no sintió aquella especie de control que había tenido Sana sobre ella desde el comienzo del día. "Sí, quizás tú deseaste que fuera tuya, ¡Y estoy cumpliendo con mi parte del trato! Fui tuya ayer e iba a serlo hoy en la mañana, he actuado como cualquier novia lo haría, te serví el desayuno, te di un aventón a tu trabajo y adicionalmente obtuve tu café favorito y el de tu ostentosa jefa, pasé por ti para almorzar como lo pediste, ¡Conseguí una vida, un apellido y un oficio como me lo pediste! ¿Y aun así te atreves a cuestionar mi verdadero trabajo? Es el colmo, he tenido suficiente en un solo día, ustedes las humanas son increíbles".
Hizo un gesto con sus manos girando sobre sus talones para comenzar a caminar en dirección a la puerta. Sana la detuvo, tomándola del brazo para que no se marchara.
"¡No se me olvida quien eres!", Sana soltó un suspiro, mirando a Tzuyu con un gesto suplicante en su rostro que hizo a la otra mujer sentir un escalofrío en su espalda, "Tzuyu, no olvido quien eres y no cuestiono tu trabajo, únicamente quiero saber qué sucedió con la verdadera Tzuyu... ¿Ella está bien? ¿No la... desapareciste o algo así?"
Tzuyu soltó un suspiro, quitando de su brazo la mano con la que Sana la sostenía, sosteniéndola entre las suyas por un momento y fijando sus ojos en su mano, detallándola, su piel era blanca, sus uñas ligeramente largas estaban pintadas con un esmalte de un color cremoso, era suave y delicada, podía recordar como esa mano recorrió, junto con la otra, su cuerpo el día anterior sin pudor alguno, acariciando cada rincón de su cuerpo, haciéndola sentir una extraña sensación de calidez... lo cual le parecía extraño porque su temperatura corporal generalmente era más caliente de lo normal, sin embargo al sentir las manos de Sana contra su piel había sentido una calidez que no podía explicar. Era raro. Todo en Sana Minatozaki le parecía raro. Entrelazó su mano con la de Sana y por fin la miró a los ojos.
"No la desaparecí", jugó con sus dedos entrelazados, "ella estaba desesperada, luego de desenmascarar a su hermano varios aliados del mismo trataron de hacerle daño, inclusive su madre trató de quitarla del camino... no podía confiar en nadie", llevó la mano de Sana a sus labios, depositando un pequeño beso sobre el dorso de la misma, "No voy a decir que fue una coincidencia, no lo fue... todos mis clientes son personas que alguien suele investigar minuciosamente hasta encontrar el momento perfecto para que yo aparezca frente a ellos, ella no fue la excepción, su desesperación la llevó a aceptar un trato rápido".
"¿El mismo trato que hiciste conmigo?"
"Correcto, el mismo... su alma a cambio de algo que deseara", Tzuyu liberó la mano de Sana y ésta la llevó hasta su mejilla, acariciándola con cariño, "me dijo que deseaba desaparecer, le expliqué que eso implicaba morir... así que le ofrecí algo mejor. Ella podría iniciar una vida normal, desde cero, en cualquier lugar que deseara... inclusive aquí en Seúl, yo tomaría su lugar es decir que mi rostro sería reconocido por todas y cada una de las personas que la conocieran como el de Tzuyu Chou, mientras que ella no sería sino una simple ciudadana más. Y al morir, como siempre, su alma sería mía".
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Tus Deseos Son Mis Órdenes - Satzu
HumorTzuyu es la ama y señora del infierno. Ver al mundo decaer en el pecado mientras bebía un vaso de whisky o una copa de vino podía ser considerado uno de sus pasatiempos favoritos. Sin embargo, lo que más amaba hacer era arrastrar almas al infierno q...