5. Sombras.
POV: Hellen.Basta, paren, por favor.
Deténganse, ¿Que me hacen? Déjenme ir.
¿Donde estoy? ¿Mamá? ¿Papá?
No de nuevo, se los suplico, no otra vez.
Siluetas sombreadas frente a mi se ríen, sus carcajadas hacen ecos en mi mente, todo mi cuerpo siente dolor, mis gritos se alzan más pero sus voces sobrepasan la mía y me aíslan, me desgarro las cuerdas vocales gritando, pidiendo ayuda, suplicando que paren pero se mofan de mis intentos, sus alargadas manos me toman de mis extremidades arrastrándome a la oscuridad, lucho por huir, por correr, por salir de ese lugar pero una vez mas me halan con más fuerza y la mia pierde.
-Suelteme, ¡Ayuda! ¡Por favor, alguien ayúdeme! -Sigo intento escapar aún cuando se que perderé otra vez está batalla.
-No seas ingenua, mocosa, nadie te ayudará. -La sombra mas alta se acerca a mí formando una sonrisa que solo me hace llorar más y más.
Nunca saldré de aquí...
•••
Me despierto gritando completamente sudada, con todo mi rostro cubierto de lágrimas, veo a un punto fijo mientras me encojo en mi misma sentada en mi cama, la puerta se abre dandole paso a Leah agitada corriendo a donde estoy.
-Nena, ¿Que pasa? ¿Tuviste otra pesadilla? Hell, mírame, por favor. -Se sienta en la cama, intentado llamarme pero mi cuerpo aún sigue frío y mi mente repite las palabras de esa pesadilla una y otra vez. No podré salir de ese hueco nunca.
Siento el contacto de sus manos en mi cara y me aparto bruscamente. -¡NO ME TOQUES! -La miro y ve en sus ojos dolor pero no sé si es por cómo le he gritado o por el estado en el que me encuentro. -Sal de aquí, déjame sola.
Ella me da una última mirada preocupada y sale de mi habitación, yo me desplazo de la pared al suelo juntando mis piernas a mi pecho dejando caer mi frente en mis rodillas mientras intento calmar mi respiración y latidos, cierro mis ojos y voy contando mis respiraciones calmandome poco a poco, cuando ya me siento mínimamente mejor me levanto y en completo silencio voy al baño a darme una ducha para terminar de quitarme todo este mal sabor que me dejó la pesadilla.
Me visto con un pantalón ancho y un suéter que me queda enorme, me coloco unos zapatos y amarro mi cabello en un moño mal hecho, la verdad no me importa si me veo de la mierda o no, además hace frío por la lluvia de esta mañana y mi cabeza duele por el efecto que dejo el alcohol que tome anoche, prefiero olvidar por completo el día de ayer aunque tampoco es que recuerde mucho.
Camino a la cocina, me sirvo una taza de café, tomo una aspirina y como un sándwich que dejo Leah en la mesa del comedor con una nota.
"Cuando estés lista hablamos, yo tengo que irme o voy llegar tarde, cuídate, besos:)"
Guardo la nota en mi bolsillo ignorando lo que pone, no quiero hablar, mejor hacer como si nada hubiera pasado y listo, es más fácil así.
Las pesadillas son recurrentes, a veces no las recuerdo, a veces solo despierto en la madrugada llorando sin saber por qué, y luego estan las ocasiones como está mañana en la que suelo perderme tanto que cualquier contacto me pone histérica, es difícil controlarlo, Tati, la tía de Leah a la cuál le decimos asi de cariño, me ha dicho muchas veces que debería ir a un psicólogo pero la primera y última vez que lo intenté no termino nada bien, una historia para otro día.
ESTÁS LEYENDO
Pintando Enigmas.
RomantikPintar es algo que siempre disfruté, moldear cuerpos con forma de trazos, darle vida a un paisaje, guardar momentos en un retrato, es fascinante como las pinturas pueden grabar sentimientos, sentirte abrazado por los colores, generarte emociones ver...