02: Patriótico

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El viento y el frio golpeaba la cara de aquel muchacho castaño que galopeaba sin frenar ni un minuto, ni aunque pequeñas gotas empezaran a caer sobre su cuerpo, la guerra gaucha había terminado y aunque todos estaban felices por la victoria, Lionel solo podía pensar en una cosa, si Pablo había sobrevivido. Ninguno de sus compañeros sabían que decirle, nadie sabía del paradero de Aimar pero nadie podía preocuparse en ese momento, perdían a miles de ellos en la guerra pero Lionel no se iba a resignar, necesitaba tener a su amigo cerca suyo.

Scaloni, ¿Supo algo de Aimar o sigue desaparecido?

No mi general, voy a buscarlo si me lo permite

Por Favor vaya y si sabe algo hagamelo saber, sería una lástima perder a un compatriota tan importante.

Por supuesto.

El castaño se subió a su caballo y nuevamente comenzó a andar pero ahora mucho más preocupado de lo que había estado, Aimar fue su compañero todo este tiempo, si el estaba acompañado era gracias al pelinegro y por eso no se iba a tranquilizar hasta encontrarlo. Fue en dirección a su casa, pero se dio cuenta lo abandonada que estaba y recordó las palabras del susodicho "ese ya no es mi hogar querido, hace tiempo que ya acepte mi condición y abandone la idea de tener la vida de ensueño que mis padres deseaban que viva, con mujer e hijos, trabajando hasta que la cintura me lo permita y no pueda más".
Ya no tenía sentido buscar donde realmente no encontraría ayuda o compañía así que decidió ahora sí galopear hasta el lugar que sí les pertenecía, una cabaña pequeña y acogedora que usaban para esconderse de los españoles o eso era hasta que se la hicieron añicos y solo quedaran maderas rotas que hacían de pared con agujeros, igualmente decidió ir igual, llevándose con una sorpresa cuando vio a Aimar sentado sobre una piedra en frente del rio cubriendo con una tela su pierna, bajó de su caballo y corrio como pudo tropezandose con las maderas y piedras de lo que alguna vez fue su hogar.

Aimar, está vivo — Gritó mientras se acercaba a él intentando correr.

y Usted también lo está mi amigo.

El pelinegro se paró y trato de caminar hasta Scaloni pero tropezó rápidamente por su herida y cayó en sus brazos.

— ¿Se encuentra bien?

— Sí, perdón, un hijo de puta me disparó y no pude ir con todos ustedes, tuve que escapar para que no me mataran y recordé este lugar... Nuestro lugar

— Que bueno que lo hizo, la verdad es que yo estaba muy angustiado por no verlo, pensé cualquier cosa y tenía miedo de perderlo

— lo extrañe mucho Lionel, no sabe cuanto me costó a mi también no saber nada de usted y no poder festejar juntos el triunfo.

— Pablo, ¿Me cree si le digo que apartir de ahora no quiero apartarme nunca de usted? Somos libres y yo quiero que disfrutemos la libertad acompañándonos.

eso no se va a poder y lo sabe muy bien, pero por lo menos disfrutemos lo poco que nos queda en soledad y después veremos como hacer para poder estar juntos, pero nunca dude del amor y admiración que siento por usted.

Aimar tomo a su amigo por el menton dejando un suave beso en sus labios siendo devuelto al instante por el contrario con un beso más profundo y comprometedor.
Lionel fue el primero en tomar la mano de Pablo guiándolo hasta su caballo y ayudandolo a subirse para volver con sus compañeros, sabían que ya estaban en la mira de muchos siendo llamados extraños, pero poco les importaba, solo sabían amarse y cuando se tenían el uno al otro nada podía hacerles mal.

One Shots - Scaimar Week Donde viven las historias. Descúbrelo ahora