IV

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Estúpido Edward

Frene de golpe al oír la confesión del rubio

¿Cómo putas es que Bella era la perdición del pelo de escoba?

Mi cara reflejaba terror, las cosas se podrían poner muy, MUY feas...

- Pero no irá durante un tiempo para controlarse, tranquila - abrí mis ojos incrédula

- Tranquila la vieja de la esquina! Dios... ¡maldito Eduardo! - sabía que él no tenía la culpa pero necesitaba desquitarme un poco.

- Bonita, seguro que estará bien - por un momento quise recordarle a él que ayer casi desgarraba la garganta de alguien normal pero me calle la boca, no quería que mi humor arruinara todo y lo hiciera sentir peor de lo que se había sentido

- Ya, eso estará por verse... A todo esto, que haces aquí? - si, el rubio había asaltado mi coche como si fuera suyo y ni siquiera le había preguntado el porqué

- Bueno, no te había visto desde la mañana... - encarné la ceja mientras tomaba nuevamente el rumbo a casa - También quería contarte lo de Edward. -

- Igual, no creo que sea buena idea que estés en casa - el me miró confundido - estoy peleada con Dina, así que lo mejor será que no entres. - dije en un tono firme, dando a entender que no le iba a explicar el motivo de la pelea

- De acuerdo, nos vemos mañana - se despidió de mí con un besito y se perdió por el bosque

Entré a mi casa e hice lo que había estado haciendo desde ayer, ignorar a la morena.

Puede que me esté pasando, pero me importa culo y medio. Agradecida debe de estar de que no le haya clavado una estaca y la mandase a dormir por décadas... Vaya, soné como Klaus, demonios...

Ahora tenia un problema/mision; evitar que el vampiro psiquico no entierre sus colmillos en el bello cuello de la chica Swan.








...








Los días pasaban volando, hacía casi una semana que el Cullen no se aparecía por el instituto por lo que estaba algo tranquila, la que estaba enojada era Bella porque enserio quería enfrentarlo.

En cambio, lo que no me tenia nada tranquila era las noticias que habían llegado a mi mediante el sheriff, han habido mas "ataques de animal" y cada vez se aproximaban mas.
Ya no era el norte de Washington, estaban llegando a Seattle y por lo que veia en las fotos, robadas, era mas de un sujeto.

Era un obrero, lo investigue como pude y no tenia antecedentes, por lo que simplemente habia sido una presa.

No me las doy de justiciera, o eso creo, pero cuando hay muertes cerca mio resulta que los problemas me vienen de golpe y ¡Oh! Sorpresa! Me señalan como culpable.

Así que si podia deshacerme de ellos, lo haría con gusto.

- Tenemos Biología ¿me acompañas? - vi a la castaña y asentí, caminamos hasta la puerta y casi me quedo helada al ver al desaparecido sentado como si nada. Hice un movimiento de cabeza saludandolo y me sente en mi asiento esperando que Bella se sentara conmigo, pero se fue con el pelo de escoba.

Por un momento olvide que queria enfrentarlo

Un chico, bastante lindo, se sento conmigo - Hola ¿Clarissa Legrand? - saludó amable

- La misma en persona ¿tu eres? - dije mientras volvía a hacer garabatos en mi cuaderno, el profesor no había llegado. 

- Ethan Hartmann, un gusto - agarré su mano estrechandola, su aroma era distinto al de un humano... otro lobo, genial... pero este olía como yo y se que el sabía quien era yo al igual que yo sabia que era el - He oido mucho de ti, mis compañeros no paraban de hablar hasta por los codos de la rubia despampanante que llego hace unos meses, lastima que tuve que estar fuera un tiempo, por motivos personales -

𝐒𝐞𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐩𝐢𝐚 || Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora