𝐒𝐞𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐩𝐢𝐚 || Jasper Hale

VIII

Ellos

Forks - Omnisciente

- Creéis que la hemos espantado? - dijo la del corte pixi algo inquieta. La chica no podía ver el futuro ni de la rubia ni de la morena, al igual que Edward no podía entrar en la cabeza de ambas

Era frustrante para ellos no tener cierto control

- No creo amor, a fin de cuentas ambas son lo mismo - Dijo su respectiva pareja acariciandole el brazo, logrando calmarla

- Entonces porque no está aquí? - Jasper mantenía la boca cerrada, era el que estaba más intranquilo con la situación

Aunque a decir verdad no era el único. La morena miraba su asiento al lado con el ceño fruncido ¿Dónde se ha metido? era la pregunta que rondaba su cabeza. La chica pensó que después del revolcón con él aún no lobo iría a la escuela, ella la noche anterior se llevó las cosas para el siguiente día
Angela la había colado por la ventana ya que sus padres dormían

Los vampiros tenían sus orejas bien puestas a la conversación de la mesa frente a ellos, por si llegaban a oír algo que les interesaba

- Oye Dina - La morena miró al asiático - ¿Tienes idea de dónde está Issa? El profesor entregó un trabajo y me dio el suyo - hablo entregándole unas hojas a la chica

- Eh, está indispuesta ahora mismo, pero tranquilos, pronto volverá jaja - respondió con cierto nerviosismo

"Esta me la cobro cara, Clarissa Mikaelson" pensó mientras daba una risa disimulada

"¿Indispuesta?" pensaron todos los demás vampiros

...

Clarissa

llevaba más de diez horas conduciendo, la cosa está en ¿porque no cogí un vuelo? la respuesta es tan simple como que adoro conducir. Pero mi bonito trasero terminaría como una carpeta si no hacia una parada de máxima urgencia.

"Estás llegado a Missoula"

Pues aquí mismo me bajo.

Llegué al pueblo, era grande y estaba repleto de verde... si, era bonito. Me bajé en un gasolinera a repostar y entre dentro a merendar algo y comprar mi cena, el dependiente me echaba el ojo cada dos por tres pero estaba demasiado ocupada en mi hamburguesa como para ponerle atención
Me llevé unas cuantas energéticas y cosas para picotear, pagué e ignore las sonrisas del chico.

Y nuevamente, a la carretera.

Y como no era necesario dormir, al menos no tanto para nosotros. Me lancé otras catorce horas seguidas entre música, comida y por qué no, excediéndome los límites de velocidad pero en mi defensa diré que no había ni una sola pobre alma

Así que ahora estaba a nada de llegar a mi destino...

...

reproduzcan la canción, confíen

Podía oír el ruido de la ajetreada ciudad, llenado así mi corazón y poco a poco, llenándome también de emoción

Grandes edificios me daban la bienvenida, el aire que respiraba era distinto... lleno de paz

Porque cuando estoy de vuelta en Chicago, puedo sentirlo, soy otra versión de mí, una mejor versión