Lentamente abrió sus ojos, los cerró de nuevo y alzó su perezosa mano hasta dejarla sobre su frente.
- Buenos días, mi señor - saludó la mucama caminando en dirección de las cortinas, apartando una de la otra, dejando entrar la luz natural -, ¿no le parece que hay un lindo día?, la señora Min está abajo esperándolo, tiene algunos asuntos que atender con usted, también hay que ir a la ciudad hoy, tiene una sesión de pintura con el señor Kim.
La mucama no se callaba a la par que abría las ventanas para dejar pasar el aire fresco de tan bella mañana.
Lentamente se sentó en la cama, procesando todo a su vuelta, con uno cerrado y uno entreabierto, buscándole lógica a la realidad que lo impactaba tan temprano.
- Beatriz - susurró Min.
Ella lo miró con un semblante tranquilo, el joven dirigió su mirada dormilona hasta ella.
- Cállate - exigió.
Beatriz abrió y cerró la boca, no cuestionaría absolutamente nada, después de todo, él era su amo. Hizo una reverencia caminando con la cabeza agachada para terminar de preparar el baño de su señor.
Por otro lado, en la cama esponjosa, Min Yoongi se recostaba de nuevo, suspirando en cuanto cerraba sus ojos, meditando si era buena idea tener una mucama tan, pero tan habladora.
La joven volvió a escena, en su mano sostenía una toalla, estuvo de pie unos cuantos minutos esperando que su amo se levantara.
Nada que se levantaba.
- Amo Min - susurró cerca de Yoongi, tratando de levantarlo, la chica ya rogaba que la mucama original de este hombre volviera pronto, ya no lo aguantaba -, tiene que bañarse para desayunar.
- Recuerdo haberte pedido que te cerraras la boca - abrió los ojos, sentándose para mirarla fijamente - ¿lo hiciste? - indagó irritado.
Ella negó.
- Perfecto, ahora sal - le quitó la toalla de la mano y fue a tomar su baño.
Beatriz salió casi corriendo de la habitación, ahora entendía la mala fama que tenía la familia Min.
Por otro lado, Yoongi ya se estaba metiendo en la bañera, se recostó con cuidado en la fría porcelana, a diferencia de otras personas, él odiaba el agua caliente, no importaba si era invierno o verano, primavera u otoño, él siempre se bañaba con agua fría.
Fue apodado como "el cuervo" por su pesada presencia y su mal genio. Suspiró de nuevo, mirando las pinturas que había hecho en el techo, entrecerró los ojos para detallarla mejor.
Había un error, ¿cómo no se dió cuenta?, faltaba un pequeño espacio por pintar, de pronto, la puerta del baño fue abierta por su madre, quien, ahogó un grito del enojo.
- Min Yoongi - susurró Ji-yeon.
- Soy yo - afirmó el pelinegro hundiendo más su cuerpo en el agua, hasta que su boca quedó tapada.
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𝐿𝐴 𝑀𝑈𝑆𝐴 || Yoonmin.
Fanfic❝La pintura roja cae por mis ojos, abriendo mi mirar a tu verdadero ser, cruel y arrogante, amante y marido, amigo y enemigo, pintor y musa de la infinidad de mis sueños❞ Historia original. Yoonmin.