Capítulo 1

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-¿Nueva vida?, ¿con cuarenta grados pegándome en la cara?...¡Carajo!, ¿A quién le gusta eso?-hablé guardando mí ropa con furia

-mira el lado bueno, Madi. Podrás salir sin tener que usar cincuenta prendas, conocer chicos sexis en la playa...-subió sus cejas, causandonos risa

-es lo que menos me emociona.-reí

-¡Vamos...!, no te pongas mal...podrás surfear, te encanta cuando eras niña.

-sólo cuando lo hacía con mi madre, Rachel...-sonreí lamentable

-lo que le pasó a tu madre fue un accidente y sólo eras una niña, no fue tu culpa-se levantó del sofá color naranja, caminó unos pasos hacia mí y tocó mi hombro, mirándonos a los ojos

-lo sé...-sonreí mientras cerraba mis ojos

-mierda, voy a extrañarte tanto, Idiota-tomó ambos hombros míos y me abrazó con fuerza, tratando de no soltar lágrimas

-también yo, Rache. Trataré de mandarles mensaje cuando pueda-sonreí

...

Ya nos encontrabamos en el auto rumbo al aeropuerto, sin soltar una sola palabra ni mirarnos

-¿Sigues enojada?-preguntó aquel hombre que se encontraba manejando

-¿Por llevarme a una ciudad espantosa y alejarme de las únicas personas que más amo?, No. Ni un poco.-contesté con sarcasmo, mirando por la ventana

-no es una ciudad espantosa, Madison. Podrás conocer a varias personas y-

-¿Con "varias personas" te refieres a Wendy y el idiota de su hijo?-pregunté con una sonrisa odiosa

-vamos, Madi...no seas tan amargada, tú siempre jugabas con Miguel cuando eran pequeños.

-¿cuando viste que jugara con Miguel, Papá?, lo único que hacíamos juntos era discutir y tirarnos arena en los ojos.

Este soltó una risa al escucharme, hasta finalmente subir el volumen de la radio, comenzando a escuchar "Could you be loved- Bob Marley"

(...)

Miré hacia la ventana al ver cómo estabamos a punto de llegar a "nuestro destino" y giré los ojos, bufando

(...)

Tomé las maletas y la hermosa tabla de mi madre que había bajado Carlos de la camioneta, y seguí a mí padre hasta la puerta de esa enorme y lujosa casa de verano

Giré mí cabeza al ver esas preciosas flores azules y amarillas que se encontraban un poco a lo lejos, sonriendo

Tal vez no sea tan horroroso haber venido...

El mayordomo, Carlos, tocó el timbre y habló

-¿Necesita que le lleve sus maletas y la tabla hasta su habitación?-preguntó tomándolas sin esperar una respuesta

-no, se lo agradezco-las tomé nuevamente y miramos hacia enfrente, de donde salía una mujer morena con rulos largos y una sonrisa muy alegre, quien saludó

-¡Trevor!-lo abrazó con fuerza, dándole un gran beso

Mis ojos se distrajeron al ver a aquél muchacho de trenzas largas detrás de la mujer, mirando para abajo y tocando su nariz para no mirarme

Luego de analizarlo bien, me di cuenta que él era aquel horroroso muchacho que odiaba...¿Qué le pasó?, está un poco más...maduro.

Tragué saliva al ver sus grandes brazos

-Madison...mírate, ya eres una mujer.-sonrió dándome un gran abrazo, bastante incómodo

-gracias.-sonreí intentando ser "amabr

-¿Quieren pasar y acomodarse?-sonrió y automáticamente miró a Carlos, haciendole señas de que no sea mal educado y tome mis cosas

Este al instante me las quitó y gire mis ojos, entrando todos juntos

-Si quieres pueden desayunar y luego vamos a la playa...-nos miró con una sonrisa apenada

Al ver que no me causó ninguna clase de emoción, habló nuevamente

-O si quieres puedes ir a tu habitación, ya está lista.

-Sí, mejor.-Carlos comenzó a caminar hacia las escaleras y yo lo seguí

Miré con curiosidad hacia atrás al escuchar voces y sentir una mirada pegada en mí, pero al instante de darme vuelta ya no la sentía...

-Tranquila...ya va a acostumbrarse.-habló mi padre, tocando su hombro

Pero sólo estaban ellos dos...

(...)

-¿y cómo te encuentras?, ¿ya te encontraste con tu hermanito?-habló entre risas

-ahg...tiene la misma cara de idiota.

-¿pero has hablado con él?

-no...ni siquiera me saludó.

-¿y cómo te sientes?-preguntó preocupada

Esta situación era muy fuerte para mí y pasó muy rápido

-No lo sé. Estar aquí, ver este clima, las flores...el mar...Todo me hace recordar a ella, Rache-hablé corriendo suavemente las telas blancas de la cortina, mirando la vista a la playa

-Lo sé, Mad...pero no hagas que eso te apague, disfruta de hermosa tabla y esas increíbles olas y olvídate de los demás-habló con emoción, intentando animarme

-lo haré...gracias Rache, me hacía falta una charla con mí mejor amiga-sonreí

-adiós, Mad-sonrió, cortando la llamada

Colgué y suspiré pesadamente, mirando esa preciosa tabla que había dejado mí madre...

Una tabla blanca, con una flor azul reluciente en el medio... Definitivamente esa flor me hacía acordar a ella

Bufé y la tomé, saliendo de la habitación lentamente

Me encontraba descalza y con unas trenzas que me hacía mi madre en el pasado

Baje cuidadosamente las escaleras para que nadie logre escucharme, y al parecer logre que no lo hagan, hasta abrir la puerta

Carlos me miró sorprendido al verme cómo me iba tan escondida

-Carlos.-sonreí

-¿A dónde va?-preguntó viendo que estaba descalza, en traje de baño y con una gran tabla en la mano

-A...caminar.-confirmé, marchandome a pasos rápidos y seguros hacia la playa

(...)

Ya estaba lista. Sólo tomé la tabla rumbo al mar y corrí hacia él

Mientras surfeaba, sentía mucha nostalgia...Era como el sentimiento de oler un aroma que solías oler de pequeño, era la misma nostalgia

Volver a tocar las olas con mis dedos y rosarlas con la tabla, me hacía recordar mí niñez

Hacer esto era algo que solía hacer de pequeña con mí madre, pero lamentablemente un accidente surgió...

El recuerdo borroso nuevamente pasó por mí cabeza y derrepente todo comenzó a salir mar, sentía que la tabla temblaba y que en cualquier momento caería. Hasta ver una gran ola acercarse, estrellando contra ella.

...

Enemigos - Miguel Cazarez Mora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora