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Los deberes de Ah Mei habían terminado cuando pudo darle tres hijos a Fei Long. Si era así, a pesar de que todavía estaba bajo el patrocinio de una familia de la mafia a sus treinta y siete años, pero la vida de Ah Mei seguía siendo cómoda. Él tenía una casa y el suficiente dinero para gastar en cualquier cosa.
Dentro de una semana, Ah Mei iría a la casa principal por un día para poder ver y encontrarse con los tres niños, aunque sólo fuera para verlos desde lejos. La gran casa que soño era de uso familiar y Fei Long lo consideraba privado, aún así, no le impidió a Ah Mei la oportunidad de encontrarse cara a cara con sus propios hijos, además él podía ver crecimiento de una pequeña que Ah Mei llevaba en su vientre.
Ah Feng, el hijo mayor de Ah Mei y Fei Long, era un niño de diez años tan maduro y tranquilo como su padre.
Ah fha, el hijo mediano tenía una personalidad alegre y tenía la altura apropiada para su edad.
Y el pequeño que más preocupaba a Ah Mei era Ah Fan, su hijo menor, que ahora tenía cinco años y más bien tenía una personalidad enojada y mimada. Su comportamiento no era bueno y no trataba muy bien a los sirvientes cuando estaba insatisfecho con algo. A pesar de ello y de la distancia, Ah Mei amaba mucho a sus tres hijos.
La pequeña madre miró la foto que tenía en la mano, era una fotografía de los tres niños que le había pedido a Fei Long que le llevara. Estaba tan feliz que Ah Mei no podía ocultarlo, no podía ocultar su propia sonrisa.
“¿Entonces te contratan para limpiar la casa durante la semana?” Preguntó del conductor que había sido contratado por Fei Long. Siempre llamaba al mismo conductor de taxi para que recogiera a Ah Mei cuando quería verlo. Cuando se le preguntó, la persona de dulce rostro simplemente sonríe.
"Sí"
"Eso es bueno. Ser el sirviente de una persona rica probablemente sea algo que paguen muy bien.”
Ah Mei sólo podías sonreír cuando en realidad no exactamente así. Pero cuando abrí la puerta y salió del automóvil, lo primero que siempre hacía era mirar hacia arriba. Mirando las ventanas de las habitacines de los dormitorios de los tres niños, que estaban una al lado de la otra. Solo se quedaba mirando desde la distancia, porque probablemente no tendría la oportunidad de entrar a los cuartos de los pequeños, que deben ser hermosamente lindos cuando duermen.
Si alguna vez había visto dormir a los niños, era probablemente sólo durante los primeros seis meses de vida de los niños, cuando todavía necesitaban beber leche materna.
Pero después de eso, nunca más volvió a cantarles una canción de cuna.
“Ustedes vayan a la sala de observación. No hay necesidad de molestarme”. Un saludo del jefe de guardaespaldas que hacía guardia en la puerta de la casa habló. Solo había unas pocas personas en esta casa que sabían que Ah Mei era la verdadera madre de los niños, y este guardaespaldas frente a él era uno de ellos.
"Entonces, ¿qué trabajo tiene que hacer hoy Ah Mei?"
"Ve a limpiar la oficina del señor porque el señor Fei Long salió hoy con su esposa".
“¿Y cuándo volverá?”
“Entonces, ¿por qué quieres saberlo? ¿Es parte de tu deber saberlo?" Muchas veces Ah Mei olvidaba su propio estatus, probablemente porque en el fondo venía a esta casa no sólo porque quería ver a sus hijos, sino que también quería ver al padre de los niños. Pero cuando recibió esas palabras del guardaespaldas, fue como si recuperara la conciencia. Ah Mei recibió apresuradamente la hoja de papel en donde estaban detallados sus deberes de hoy y la leyó.
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RAK DRAGON
RomanceAh Mei era un niño huérfano con su rostro cubierto de cicatrices y solo podía ver con un ojo. Recibió ayuda de una joven mafia con un intercambio en especial. "Tienes que concebir un hijo para mi, pero una madre nunca serás..."