Camile.
Mi vida aunque monótona me ha gustado más de lo que me gustaría admitir.
Sinceramente me he cohibido de hacer muchas cosas por lo que piensen los demás y mi familia de mí.
Nunca he sido una chica fiestera, que le guste el alcohol o algo parecido.
Soy... Relativamente normal.
Mi madre se siente orgullosa de mi, supongo.
Aunque a veces parece que ni con todo lo que hago puedo hacerla feliz.
Mi novio Erik es perfecto aunque tiene sus defectos, claro.
Mi hermanita menor de 15 años es la rebelde de la familia.
Bueno, por así decirlo.
Ella decidió no hacer todo lo que mi madre le dice, ella es más aventura.
Ella es mucho más valiente que yo que soy la mayor.
Voy y curso en la mañana la carrera de música y por las tardes la de idiomas.
Soy buena en la música y un asco en idiomas.
Este trimestre debí cambiar mi turno de la mañana a la tarde debido a la música, así fue como pude coordinar mis tiempos para asistir a ambas.
¿Lo único malo?
No conocía a nadie de la carrera de idiomas y es bien sabido que es con un grupo de amigos o por lo menos conocidos que se saca la carrera adelante.
Y para mí más que soy pésima en esto.
Mi plan era hacer amigos y por ende llegue temprano el primer día en que mi solicitud de cambio fue aceptada.
Llegue y tome asiento ignorando lo vacío del aula.
Me centre en mi teléfono, no tenía el valor suficiente para acercarme a hablar con alguien.
Por lo menos no ahora.
En mis auriculares retumbaba la música imposibilitabdome el escuchar cualquier otra cosa.
Estaba inmersa en mi mundo que cuando alguien se detuvo delante de mi no me di cuenta.
Ella me tocó el hombro y alcé mi vista para ver quién era.
Era una antigua amiga de la secundaria, sonreí por inercia, ella fue una de las pocas chicas con las que mejor vincule en mi adolescencia.
—Josy ¿Cómo estás?
Me levanté para darle un abrazo como sus brazos me lo indicaron.
Después de unos momentos y de deslumbrarme por su perfecta sonrisa ella se sentó a mi lado con un par de chicas junto a ella.
Me las presento a todas.
Una de ellas era Emily (como mi hermana), Araceli y la última según recuerdo se llamaba Emilia.
Todas eran muy bonitas.
Cuando faltaba unos minutos para que la clase iniciará escuche con las amigas de Joselyn (Josy) murmuraban:
—Ella no ha llegado.
—Nunca llega tarde.
—¿Estará bien?
Las mire sin entender y Josy me explico de lo que hablan.
De una chica, llamada Alexa y que comúnmente le decían Alex no había llegado.
Entendí que no se trataban pero que aún así era muy conocida.
Aunque no entendí el porque.
Solo supe que era novia de una tal Marie y que como ya me había dado cuenta, era lesbiana.
La puerta se abrió y por ella apareció una pelinegra como de uno setenta vestida totalmente de negro.
Su cabello cortado en capas era despeinado por ella misma mientras entraba.
Sus ojos negros recorrieron el aula y se detuvo en una chica de piel clara y regordeta.
Camino hacia ella y tomó asiento a su lado mientras regulaba sus respiración.
Sacudió su cabello por última vez y todas las chicas que se encontraba a mis lados detuvieron la respiración.
Admito que eso fue sexy... y algo extraño.
Fue como si todo ocurriera en cámara lenta.
De repente volteo y nos atrapó mirándola y no se porque me sentí nerviosa.
Ni siquiera medite mis acciones solo quite mi mirada lo más rápido que pude de ella.
Y mi cara, como fiel traicionera que era me traicionó.
Me sonroje.
Maldije para mis adentros tratando de calmar el color de mi rostro.
Y al parecer las demás chicas pensaron lo mismo porque se hacían las que no habían visto absolutamente nada.
Sentí como ella volvió su atención hacia la chica a su lado y se entretuvo en una conversación.
Ella era... Muy guapa.
Por no decir que completamente atractiva.
Alex.
ESTÁS LEYENDO
Canta para mí.
Novela JuvenilA veces me pregunto ¿Si me hubiera guardado mis sentimientos las cosas serían diferentes? Quizás y solo quizás está opresión que siento en el pecho no estuviera presente y tan arraigada en mi. No me arrepiento pero si solo quizás... Sin importar lo...