betroyalty ▪︎ haobin

Capítulo 01

Sung Hanbin ha sido catalogado uno de los mejores detectives de la ciudad, ha resolvido casos en los cuales, los que eran considerados buenos detectives no han podido. Y es que Hanbin, desde pequeño tenía una cierta pasión por descubrir cosas, atar cabos sueltos y sobre todo por la justicia.

Es por eso que fue reclutado en la comisaría de una ciudad a las afueras de la capital. Donde los robos, crímenes y desapariciones eran muy comunes. En la última década se han reportado más de 180 secuestros entre niños y adolescentes.

Pero a pesar de estos casos, el capitán le asignó a Hanbin la misión en dar con él paradero de Zhang Hao, uno de los criminales más buscados de la ciudad. Desde hace algunos años, su cara comenzó a salir en los periódicos locales y en algunos papeles de "se busca" pegado en los postes de las calles.

El pelinegro recibió el expediente con la información de aquel chico, tenía 26 años, dos años menos que él, su informe reportaba casos de homicidio, agresión agravada, estafa y lavado de dinero.

Las pistas eran excusas, pero no había algún caso que Hanbin no pueda resolver, sólo necesitaba unir las piezas, llegar a una conclusión y dar con el culpable.

—¡Detective! —Gunwook, uno de los oficiales se acercó a él —unas mujeres afirmaron haber visto a Zhang Hao merodeando en unos puestos de comida cerca del centro

—Interesante... —tomó su placa y fue en camino a aquel lugar

Tenía una hoja de papel con el dibujo del rostro de aquel chico y al llegar al centro observó varios puestos de comida, así que decidió preguntarle a cada uno de ellos.

—Disculpe, ¿ha visto a este sujeto?

La mujer dejó de hacer lo suyo para observar al pelinegro notando lo bien vestido que estaba, tenía una camisa blanca, con un arma sostenida por lo que parecía un arnés alrededor de sí cintura con tirantes a los hombros, un pantalón y zapatos de vestir, nunca había visto a alguien tan guapo en el pueblo, así que le llamó la atención.

—¡Hola! —saludó con felicidad —¿usted está soltero?

—Ah... señora, no tengo tiempo para esto, yo...

—Mi hija está soltera y ya tiene 25 años, ¿cuántos años tiene usted?

—28...

—¡Excelente! —aplaudió de la emoción —te la traeré para que la conozcas, ella debe estar toda despeinada ahora pero cuando se maquilla y se viste bonito es toda una modelo, créeme

—Señora, disculpe, soy detective, trabajo en la comisaría de la ciudad, estoy buscando a este chico, ¿lo ha visto? —la mujer hizo caso omiso a sus palabras y se dirigió a buscar a su hija

El pelinegro rodó los ojos y bufó dejando el puesto de comida, era obvio que no iba a colaborar, así que se fue a otro.

—Disculpe, soy detective —le mostró su placa y ella prestó atención a lo que le decía —estoy buscando a este chico, ¿por casualidad lo ha visto?

—Mhmm... me suena su cara —se rascó la cabeza —¡ah sí! —chasqueó —estaba con mi comadre comprando, siempre viene por aquí cerca a comprar comida, algunas veces lleva gorra, asegúrate de fijarte bien

—Muchas gracias por su colaboración, señora —sonrió

—Gracias a ti, nunca se ve oficiales tan guapos por aquí —le guiñó el ojo y siguió friendo las papas a su lado

Hanbin sólo rió ante el cumplido y se alejó para dar vuelta en una pequeña bodega en la que justo un chico con gorra estaba saliendo de comprar, así que se acercó a él notando que llevaba lentes.

—Disculpe, soy detective —el chico frenó en seco unos segundos pero después evadió al pelinegro haciendo que este lo detenga e insistiera —disculpe, sé que está muy ocupado, pero esto será rápido, sólo me tiene que responder una pregunta

—¿S-sí? —respondió con la cabeza baja y en un tono inaudible

—Estoy buscando a un sujeto, hace poco estuvo por esta zona, es él —le mostró el dibujo —¿lo ha visto?

—Ah... no tengo idea...

—¿Disculpe? —se acercó a él para tratar de escucharlo mejor

—No he visto a nadie...

Quiso evadir a Hanbin, pero este notó una cierta similitud entre la altura y la forma de su cuerpo con la descripción del criminal, cosa que lo hizo sospechar.

—¿Se puede quitar los lentes y la gorra, por favor? —preguntó con amabilidad

—Lo siento, estoy apurado

—Será sólo un momento —sin embargo, el contrario comenzó a caminar más rápido haciendo que Hanbin sospechara aún más —oiga, espere, le estoy hablando —en un movimiento rápido le sacó la gorra dejando su cabello castaño al aire

—¡¿Qué le pasa?! —se quitó los lentes inmediatamente —¿no le enseñaron a respetar a las personas?, ¡el hecho de que sea detective no significa que abuse de su poder con cualquier persona!

—Eres tú... —lo miró a los ojos observando que coincidía totalmente con el dibujo que tenía —quedas arrestado por diferentes delitos cometidos...

—Debes aprender a ser más rápido —abrió el puño de su mano soplando polvo de harina sobre el rostro del pelinegro dejándolo sin misión por unos segundos para darle tiempo a escapar

—¡Alto ahí!

La gente alrededor en los puestos de comida comenzó a gritar al observar la persecución. Hao se metió en una calle estrecha llena de personas y puestos, y empezó a tirar las cosas a su alrededor para ralentizar al pelinegro. Pero, este esquivaba los objetos hasta lograr estar casi a la altura del contrario.

Mientras el castaño corría entre calles cruzando entre pistas en las que la luz verde estaba iluminada y los autos pasaban a toda velocidad, casi es atropellado, pero logró detenerse a tiempo para dejar pasar aquel auto, cosa que lo hizo perder tiempo.

Se tuvo que desviar por un callejón con salida hacia el otro lado para perder de vista al contrario. Al mirar atrás se dio cuenta que ya no estaba, se aseguró de haberlo perdido, así que avanzó hacia la otra esquina tomando un gran suspiro.

—¡Estás arrestado!

Antes de que pudiera darse la vuelta sintió unas manos tomando sus brazos hacia atrás, fue el detective, quien hizo caer todo su torso sobre el capó de un auto para colocarle las esposas.

—Mierda... —dijo entredientes con molestia

Lo jaló de sus manos esposada haciendo que se levante y lo arrastró hasta su auto para empujarlo en el asiento trasero y cerró la puerta con fuerza observando como el castaño lo veía con la mirada fulminante.

—Debes aprender a ser más rápido, Zhang Hao —mencionó antes de entrar al asiento del piloto y comenzar a manejar

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