—¡¡MANOS ARRIBA, POLICÍA!! —se escuchó casi a lo lejos y poco después un bullicio entre hombres y niños
—¡Es la policía, Hao!, si recibieron mi mensaje —cargó al castaño entre brazos haciendo ruido en la celda con los pies para que los oficiales los vieran
Los agentes se desplegaron ágilmente en la playa, sus pasos resonando en la arena mientras atacaban al resto de hombres quienes intentaban hacerles daño creando que el paisaje se torne en un escenario de caos y desesperación.
Los policías, sin tiempo que perder, comenzaron a derribar las puertas y destruir las ventanas en un intento desesperado de liberar a los niños.
En medio del caos, los hombres malos empezaron a disparar, agrediendo a los agentes. La playa, se convirtió en un campo de batalla. Las balas zumbaban alrededor, y las explosiones ocasionales levantaban columnas de arena.
La lucha se volvió brutal; los buenos y malos caían a medida que la balacera se intensificaba impregnado de humo el lugar. Mientras tanto, los niños y adolescentes fueron guiados hacia el exterior con autos de policía esperando por ellos.
Una bala perdida cayó justo en la cerradura de la celda desgastada haciendo que se abra y Hanbin pudo salir de esta observando el campo de batalla en lo que se había convertido con algunos secuaces de su jefe heridos en la arena.
—¡Hao, vamos! —lo trató de cargar pero este se resistió
—¡Ve tú! —lo empujó —me duele todo... no quiero ser una carga para ti...
—No te pienso dejar, Zhang Hao
—Me van a capturar... van a creer que soy un criminal también
—¡No!, no voy a dejar que pase eso, les haré saber que es mentira, van a creer en mí
—Hanbin...
—Vamos, Hao —lo levantó a pesar que el contrario no quería y salieron de la celda atravesando a los hombres
—Hanbin... duele... —el mencionado bajó la mirada dándose cuenta que el castaño había vuelto a sangrar, la tela de su camisa no era lo suficientemente resistente como para bloquear toda la sangre
—Mierda... —se acercó a la oficina y abrió la puerta dejando a Hao a un lado de esta —vas a estar bien, por aquí debe haber algo
Empezó a buscar vendas en la zona, no podía dejar que Hao se desangre, hallar un hospital en el pueblo era difícil, y no iba a resistir hasta llegar al hospital de la ciudad.
—¡Sung Hanbin! —el jefe estaba detrás de él apuntándole con un arma
El pelinegro se giró a punto de gritar para que los agentes lo noten, pero antes de hacerlo, el hombre apuntó a Hao.
—Basta, señor... él no tiene nada que ver, yo llamé a la policía
—Lo sé —sonrió malamente —pero él me traicionó mucho más que tú, así que se merece la muerte, pero primer me encargaré de ti
Soltó un disparo sin aviso que el contrario logró esquivar en un segundo abalanzándose contra él a pesar de alguna balas perdidas, la cual una le rozó el brazo izquierdo.
Hao quien quiso levantarse para ayudar fue sostenido por Gunwook quien le tapó la boca e impidió que se moviera.
—Crees que eres tan valiente, ¿no Hanbin? —tiró el arma lejos dándole un puñetazo en la mejilla al pelinegro —de esa misma manera tu padre creyó ser valiente, y luego terminó enterrado bajo tierra
—¿Qué? —su cuerpo se congeló al oír aquello dándose cuenta que el culpable del fallecimiento de su padre estuvo siempre frente a él
—Tu padre siempre fue muy débil... se dejaba guiar por lo que dictaba su corazón más que su cerebro, cuando te llamé para ser detective creí que tu serías diferente, pero me equivoqué, eres igual de inútil que él, y si no fuera porque me trajiste a Hao te habría asesinado
—¡Maldito infeliz! —corrió hacia empezando a golpearlo y recibir golpes de vueltas también
—De todas formas voy a matarte, Sung, tu destino será igual que el de ese maldito criminal, ninguno de los dos merece vivir
—¡No si yo te mato antes!
El pelinegro se levantó y el hombre se lanzó encima de él aprovechado su torso desnudo dejándole marcas y arañones en este, se alejó para volver a tomar la pistola, sin embargo, Hanbin tomó un bate de béisbol rápidamente para darle con eso en la cabeza, cosa que esquivó en un instante y la ventana frente a ellos se rompió en pedazos.
Vidrios volaron por el lugar, fueron esparcidos en suelo llegando al alcance del castaño, quien a pesar de tener las manos apretadas por las muñecas del oficial Park, no fue impedimento para alcanzar un gran pedazo de vidrio y cortarle la muñeca.
Este se alejó retorciéndose de dolor, Hao aprovechó este momento para lanzarse contra él cortando parte de su cuello, derramando sangre en toda su ropa y parte de la cara del contrario.
Hao tenía parte de su mano llena de sangre por la cortada que el vidrio le generó. Se dio la vuelta dándose cuenta que Hanbin y el jefe se habían alejado de la oficina hacia el exterior y el arma ya no estaba.
—Hanbin... —dijo en voz alta con temor tratando de levantarse con las pocas fuerzas que le quedaban para seguirlos
Observó a lo lejos como el hombre tenía acorralado al pelinegro en un rincón y lo apuntaba con la pistola con el gatillo entre dedos a punto de ser apretado.
—Llegó tu final, Hanbin —soltó una sonrisa triunfante dispuesto a disparar —di tus últimas palabras
—Nos vemos en el infierno, hijo de perra —dijo con total seguridad cerrando los ojos esperando que la bala caiga sobre él
Pero el gatillo fue jalado, el disparo se escuchó en todo el lugar, sin embargo, el pelinegro se sorprendió al notar que su cuerpo seguía intacto.
Abrió los ojos dándose cuenta de Hao, quien estaba acostado en el suelo casi agonizante con la bala en su estómago.
—Hao... —soltó sin más quedándose helado, y antes de que el hombre pueda disparar de nuevo, un agente se lanzó sobre él arrestándolo y quitándole el arma
—Ha... Ha... Han... Bin... —dijo en un intento de hablar
—¿Por qué...? —se dejó caer en el suelo tomándolo entre brazos —¿por qué...?
—N-no lo sé...
—Debí haber sido yo...
—Supongo que... no quería que él te haga daño...
Una débil sonrisa se apoderó de su rostro mientras que las lágrimas del pelinegro no paraban de caer.
—Hao...
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betroyalty ▪︎ haobin
Hayran KurguSung Hanbin es el nuevo detective policial y su misión es atrapar a Zhang Hao, el criminal más buscado del pueblo.