UGLY [Meanie || Minwon]

Capítulo 2: Wonwoo

La gente decía que Mingyu tenía un aspecto feo y aterrador. No lo creo, de verdad. Claro, era enorme, más alto que yo, más alto que la mayoría, con hombros anchos y brazos largos y gruesos. Sus manos enormes y sus dedos anchos y cuadrados, y parecía que podía cavar agujeros en piedra sólida con sus manos de palas. Atravesaba las puertas encorvado y de lado, pero silenciosamente, como un gato, por lo que podía suceder que te volvieras y de repente, este hombre gigante estuviese parado justo detrás de ti. Incluso los chicos que habían trabajado para él durante años se sobresaltarían.

Y por supuesto, lo primero que todos notaban eran las cicatrices. No sabía qué le había pasado a Mingyu y no me atrevía a preguntar. Una telaraña de cortes recorría el costado de su rostro, interrumpiendo su ceja izquierda, hasta la comisura de su boca y a lo largo de su cuello. Desaparecían bajo el cuello de su camisa y reaparecían en su antebrazo izquierdo. Me imaginé que él también debía tener cicatrices debajo de esa camisa. Pero ¿por qué eso sería aterrador en sí mismo? Simplemente demostró que debió haber sentido un dolor grave en algún momento, pobrecito.

Había que conocerlo bien para saber cuándo sonreía porque un lado de su cara no se movía en sincronía con el otro. Su sonrisa era torcida y, desde algunos ángulos, te preguntabas si en realidad te estaba mirando con el ceño fruncido. Pero podía decir cuando sonreía porque tenía un hoyuelo en una mejilla que se hacía más profundo cuando lo hacía. Además, sonreía mucho con los ojos: tenía unos ojos preciosos, brillantes y amables. También me gustaba su voz. Sonaba grave y reconfortante, como esos viejos que leen cuentos en la radio. Considerándolo todo, Mingyu era súper amable.

Para mí, Mingyu no era nada feo. Quizás la palabra feo significara algo más para mí que para otras personas. Había conocido a un montón de gente fea en mi corta vida: monstruos horribles y malvados cuyos rostros mostraban su crueldad. Por la noche, las calles de Dalton City estaban llenas de ellos, pero Mingyu no se parecía en nada a ellos.

Su pub era el único lugar de la ciudad donde me sentía seguro. Tres alfas habían intentado algo conmigo cuando estuve aquí en noviembre. Sólo palabras, en realidad, y sólo una vez. Estaban borrachos, y tal vez uno de ellos me recordaba de los días en que tenía que chupar pollas para ganar dinero para la comida en los callejones de East Village. Por cierto, hacía mucho tiempo que no hacía eso. Algunos chicos ganaban mucho dinero así, pero yo ya no podía hacerlo porque cuanto mayor me hacía, más miedo me daba. Sin embargo, cuando tenía quince años, pensaba que era invencible. A veces se lo hacía a dos o tres chicos por noche.

Algunos se pusieron difíciles, pero yo siempre me escapé. Pero últimamente, un alfa sólo necesitaba mirarme de manera extraña y yo corría a esconderme. Prefiero buscar comida en los contenedores de basura que volver a ello.

De todos modos, esos tipos borrachos habían pensado en invitarme a un par de cervezas, y yo iría con ellos y dejaría que todos me follaran. No lo habían entendido cuando dije que no. Una puta es una puta, ¿no? Es como si no contara una vez que lo has hecho por dinero. Mingyu simplemente los miró, solo miró (ni siquiera había fruncido mucho el ceño) y los chicos se escabulleron como cucarachas cuando enciendes la luz. Me preguntó si estaba bien y me dio la cena gratis.

Cuando comencé a sentirme dudoso y Jihoon me dijo que debía ser el celo, me aterroricé. Pensé que tendría más tiempo. Diecinueve es temprano. La mayoría de los chicos entran en celo entre los veinte y los veintidós. Afuera también hacía muchísimo puto frío. Sin siquiera tomar la decisión, terminé en el pub de Mingyu. Era como si mis pies me hubieran llevado hasta aquí por sí solos.

Ahora me sentía avergonzado de haberle pedido que me follara. No lo había planeado. Sólo quería esconderme en algún lugar cálido antes de poder descubrir qué iba a hacer. Pero entonces él me olió, y lo miré y pensé... Sí, no sabía lo que había pensado.