cap. 1

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En una escuela como cualquier otra en la ciudad de Puebla, Leo San Juan se encontraba sumido en sus pensamientos como ya era costumbre, fingiendo prestar atención al maestro, simplemente matando el tiempo, su momento favorito del día era cuando regresaba a su casa después de tanto "sufrimiento" en la escuela se dedicaba a jugar videojuegos, ver memes o ver tiktok.

Ese día parecía ser como cualquier otro no tenía nada de interesante, las mismas clases, el mismo almuerzo en la cafetería, la monotonía lo abrumaba en verdad pero no tenía opción. Sabía que debía estudiar y a la vez sabía que no era lo que quería.

El mayor sueño de Leo era ser algún día un gran jugador de básquet, reconocido a nivel nacional y ya si se pudiera a nivel mundial, pero era solo eso, solo un tonto sueño en el que solo el tenía un poco de fé, ya que en ocasiones había intentado unirse a equipos de básquet en su colonia o en la escuela pero no era tan bueno así que casi nunca lo elegían y el mismo dejaba de ir a los entrenamientos.

El día estaba por terminar, solo le faltaba una clase y esa era la clase de historia la cual no le molestaba mucho, no por que le gustará la materia sino que le caía bien el profesor, el profe Don Andrés era su favorito ya que siempre encontraba la manera de hacer reír a sus alumnos.

La campana sonó, los alumnos se dirigieron a su próxima clase, al llegar el profesor los recibió con una noticia por no decir chisme.

-Atencion chicos necesito que se sienten y se callen ya que les daré una noticia que se supone era un secreto pero como se que son de confianza se los contaré -

Ya era costumbre que el profesor les anticipara algún evento de la escuela antes de que lo supiera cualquier otro alumno, talvez incluso antes que los conserjes.

-Bueno chicos me enteré que en aproximadamente una semana transferiran  a una niña nueva y lo más probable es que este en su grupo-

En el salón se empezaron a escuchar murmullos entre grupitos mientras que el profe empezaba su clase.

Por su parte, Leonardo garabateaba en su libreta mientras pensaba, ¿Una niña nueva?, Solo otra molestia más en el salón.

Entre risas la clase pasó muy rápido, ya era la hora de salida y Leo está vez no quiso tomar el transporte público y decidió caminar hasta su casa, en fin que solo estaba a unos 40 minutos.

Rara vez se iba caminando, pero le gustaba, sentía que era una forma de despejar su mente.

Unas cuantas cuadras antes de llegar a su casa Leo se detuvo en una tiendita, pues tenía ganas de comer alguna golosina.

Saliendo de la tiendita antes de reiniciar camino hacia su casa, Leo sintió que alguien chocaba contra su espada. Al voltearse vio a una chica, más o menos de su edad, tenía el cabello negro y largo, entre recogido en una media coleta atada por un largo listón verde, una blusa naranja y unos jeans verdes, sus muñecas estaban decoradas por algunas pulseras y en sus pies llevaba unos tenis blancos.

-Oye ten más cuidado- *extendiendo su mano para ayudar a levantarse*

-¿Cuidado de que?-

Sin aceptar la ayuda la chica se levantó de un brinco y comenzó a recoger lo que se le había caído.

-Pues acabas de chocar conmigo-

-Pues discúlpame y déjame seguir con lo mío -

-Ok creo que no estás de humor, adiós-

Tras decir esto Leo retomó su camino dejando atrás a la chica.

Al llegar a casa encontró a su abuela en la puerta de la casa vecina, era raro ya que esa casa llevaba años sin dueño, talvez por fin habían logrado venderla.

Acercándose más noto que en la puerta conversando con su abuela se encontraba un hombre, se veía joven, parecía tener alrededor de 20 años.

Por educación Leo saludó a su abuela y a su vez a aquel muchacho.

-Ya regresé abuela-

-Mijo decidiste volver caminando otra vez-

-Si abuela, perdón si tarde se me atravesó... Una situación-

-Mira el es nuestro nuevo vecino-

Leo se volvió hacia aquel joven y extendió su mano.

-Mucho gusto, Leo San Juan, para servirle-

-Mucho gusto, mi nombre es Chimo-

-Abuela, me iré a mi cuarto,necesito hacer tarea-

-Andele pues mijo-

Leo corrió a su cuarto que se encontraba en el segundo piso, en realidad no tenía ganas de hacer nada pero no tenía opción, se sentó en su escritorio el cual estaba junto a una ventana que daba vista hacia la calle, pudo ver como su abuela continuaba hablando con el nuevo vecino.

Observó un rato en lo que decidía si hacer su tarea o ponerse a jugar con su celular hasta que algo llamó su atención.

Aquella niña que antes había visto llegó junto a ellos y entró como si nada en la casa de a lado, ¿Será que también es su nueva vecina?

Bueno que importaba de todos modos no la tendría que ver, su abuela siempre le decía que la primera impresión no era la definitiva aunque el no creía eso, y en esa ocasión la primera impresión fue muy incómoda, esa chica se vio como una niña grosera así que no tenía pensado juntarse con ella, talvez ni siquiera hablarle.

Después de una pequeña crisis existencial Leo decidió hacer su tarea, por raro que sonara, no tenía ganas de jugar videojuegos.

Algunas horas pasaron y recibió un llamado de su abuela para ir a cenar.

-Abuela-

-¿Si?-

-Vi a una niña entrar a la casa de al lado, ¿También era una nueva vecina?-

-Si mijo, era la hermana de Chimo-

Leo ya no contestó, se apresuró a comer, lavó los trastes y regresó a su cuarto.

No sabía que hacer, los videojuegos ya no le divertían como antes y no encontraba nada bueno en tiktok.

Un rato pasó "haciendose menso" cuando le salió un anuncio de una aplicación donde supuestamente podía hacer amigos.

Sin nada que perder, Leo instaló la app y se creo una cuenta, se puso de nombre de usuario "Chisguetito San Juan" en honor al apodo que su hermano mayor alguna vez le puso.

Inmediatamente al segundo de crear su cuenta hizo Match con un usuario llamado "Flor de cempasúchil"

Encestando en tu corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora